PORTADA 9

Un 4.20 de lucha: el cannabis medicinal bajo la lupa

En los últimos días, el vocero presidencial Manuel Adorni anunció las revisiones de más de 90 mil solicitudes al Reprocann. Según sus declaraciones, desde el gobierno nacional consideran que dichas solicitudes carecen de evidencia científica que respalde los diagnósticos. Esto se da en el marco de la feroz reducción del Ministerio de Salud que está llevando a cabo la gestión libertaria de Javier Milei. Adorni añadió: “Seguimos desarmando el modelo empobrecedor del Estado presente. Un modelo de despilfarro que nos quería hacer creer la farsa del Estado que te cuida y al final a los únicos que protegió fue a sus amigos y a sus negocios”, declaró en el medio de una crisis sanitaria por dengue sin ningún tipo de política estatal para controlar la situación y la tasa de mortalidad que crece día a día en el país.

El REPROCANN (Registro del Programa de Cannabis) es una base de datos que está diseñada para poder registrar a todas aquellas personas que cumplen con los requisitos y condiciones para acceder a un cultivo controlado de cannabis, con una finalidad medicinal. Autoriza al cultivo de hasta 9 plantas, así como el transporte seguro de hasta 40 gramos de materia vegetal o 180 ml de aceite de cannabis por todo el país, durante una vigencia de tres años. 

Hasta el año pasado, Argentina contaba con más de 170.000 autorizaciones en el programa. Desde el inicio de gestión del nuevo gobierno, la plataforma Reprocann, nucleada en Mi Argentina, ha tenido demoras de más de cinco meses en comparación con los plazos regulares de evaluación de los permisos, usualmente de 90 días. Durante este tiempo, lxs usuarixs cannábicos han permanecido en un gris legal en lo que refiere a los cultivos y al acceso a la medicina.

En nuestro país, el cultivo y uso de la cannabis para fines medicinales y terapéuticos es legal desde el año 2020, y está enmarcado en la Ley 27.350 de cannabis medicinal.

El programa constituye un gran avance en cuanto a acceso a la salud se refiere, ya que alcanza a pacientes que tienen indicaciones médicas para el uso de la marihuana. Es el resultado de décadas de militancia y activismo de distintas organizaciones sociales, usuarixs, cultivadores y pacientes que encontraron en la planta una mejoría en sus patologías y en su calidad de vida. Históricamente, la lucha cannábica en nuestro país ha sido fogueada por las madres organizadas que han aprendido sobre el tejido comunitario de la salud mediante el cuidado a familiares que padecían enfermedades y no encontraban en la medicina alopática una respuesta a los cuadros difíciles que muchas veces tenían que acompañar. Al mismo tiempo que los reclamos sociales avanzaban, la ciencia se ha puesto al servicio de la investigación científica para respaldar la demanda.

El Dr. Patricio Char, abogado cannábico del Estudio Jurídico Char y Asociados, expresó: “El REPROCANN es una herramienta noble, genuina e inclusiva que no hace más que ensanchar el derecho a la salud de todas las personas del país: vino a mejorar todo. Si alguien diga lo contrario, es solo por prejuicios y estereotipos sociales”

En el marco de la discusión, la semana pasada, autoridades del Ministerio de Salud de la Nación han mantenido una reunión con Anmat, Sedronar y el Consejo Consultivo Honorario para evaluar la situación actual de Reprocann. El Dr. Leonardo Busso, secretario de Calidad en Salud del Ministerio, ha advertido la intención de limitar la inscripción a reprocann a ciertas patologías que, según él, tienen suficiente evidencia científica.

Poner en tensión el REPROCANN es perjudicar enormemente a aquellxs usuarixs que tienen un certificado ya emitido, diagnosticadxs con enfermedades reales. Existen también muchas ONG que tienen las habilitaciones pertinentes para realizar cultivos solidarios para aquellas personas que no pueden cultivar. 

Preocupación en la comunidad médica

El uso de cannabis medicinal esta siendo estudiado hace muchas décadas en todo el mundo, con sobrada evidencia científica de su acción beneficiosa en el abordaje de diversas patologías del área de salud mental, odontología, neurología, cuadros de dolor, oncología, ginecología, infectología, pediatría, gastroenterología, etc. Desde su uso en el deporte y en situaciones cotidianas vinculadas al estrés o la ansiedad, hasta enfermedades terminales, el cannabis ha demostrado su acción positiva. Desconocer la trayectoria científica en este campo es también desconocer la lucha de miles de activistas que han pulsado leyes y políticas de salud pública en beneficio de la población.

En Argentina contamos con la prestigiosa institución CONICET, actualmente sufriendo un feroz desguace por parte del Gobierno Nacional, quien cuenta con un área específica de cannabis llamada RACME (Red de Cannabis de Uso Medicinal e Industrial) orientada a generar conocimientos, desarrollo y transferencia de tecnología, así como elaborar leyes, reglamentaciones y normativas vinculadas a la cannabis.

Recordemos que el REPROCANN no solamente es una herramienta de visibilidad legal, sino que permite acceder al autocultivo de la propia salud. Dentro de este paradigma de autogestión de la medicina, las lógicas del mercado y la industria farmacéutica promueven prácticas que buscan fervientemente encuadrar la salud dentro de regulaciones que solo benefician a aquellxs que cuentan con habilitaciones inaccesibles para producción a gran escala de aceites y otros fitoderivados del cannabis

La comunidad médica de todo el país se ha visto revolucionada por este nuevo intento de retroceso en derechos ya adquiridos, teniendo que justificar, nuevamente, los fundamentos científicos que avalan y propician el uso de cannabis como alternativa terapéutica en el abordaje de las enfermedades. El no reconocimiento de otras prácticas de salud, mundialmente difundidas, solo generan desinformación e incertidumbre.

Al respecto, el presidente de la Asociación Civil Acaecer e integrante de RACME-Conicet, Dr. Julian Núñez, expresó: “en el contexto de la Marcha Mundial de la cannabis, estamos emocionados de formar parte de un espacio en donde se escucha la voz de aquellxs que dedicamos nuestro tiempo al estudio y aplicación de la cannabis bajo la Ley 27.350.

A pesar de los desafíos que enfrentamos en este periodo de transformación socioeconómica y cultural en Argentina, la salud ha sido una de las áreas más afectadas en la última década, especialmente después de la pandemia.

El equipo esta agotado y fatigado, pero ahora más que nunca estamos en el centro de atención, enfocados en el crucial papel de la trazabilidad, el diagnóstico y la aplicación medica transdisciplinaria.

En la comunidad, hay una gran diversidad de opiniones sobre la fitoterapia y los beneficios de la cannabis. Estamos comprometidos en compartir los datos recopilados para fortalecer el reconocimiento de esta medicina complementaria en diversos tratamientos.

Reconocemos que la salud es un estado cultural y, por lo tanto, es fundamental hacer valer los derechos adquiridos en este ámbito”.

La evidencia científica sobre la aplicación del cannabis medicinal no es solamente campo de la ciencia, sino de los innumerables testimonios de personas que han cambiado sus vidas y las de sus familias mediante la planta. Madres de niñeces con discapacidades, pacientes oncológicos y miles de personas que no han encontrado en la farmacología hegemónica una resolución a sus dolencias.

En Argentina, funcionan actualmente formaciones de cannabis destinadas a una población heterogénea que año a año se nutre, al ritmo de la investigación científica, de la información. Especializaciones, diplomaturas, cursos y posgrados son solo algunas figuras que desde las diferentes Universidades Nacionales públicas, laicas y gratuitas (hoy en día la mayoría en peligro de continuidad debido al violento recorte presupuestario en educación) se ofrecen a la comunidad.

Es importante recalcar que Argentina cuenta con muchísimos profesionales del campo médico, veterinario, odontológico y muchxs más que trabajan exclusivamente con la cannabis en el ámbito de la salud.

Al respecto, la Dra. Lucía Coronel, especialista en endocannabinología, afirma: “Les profesionales de la salud formados en endocannabinología que acompañamos personas en el uso del cannabis recibimos con gran preocupación el anuncio desde el gobierno nacional de posibles reformas en la reglamentación de ley 27.350 que buscan limitar las patologías que podríamos indicar para el uso de cannabis”.

Esto implica desconocer el largo camino recorrido por pacientes, familias y activistas cannábicos que a lo largo de los años lograron recopilar la amplia evidencia científica que existe a nivel mundial y, sobre todo, la evidencia del mundo real que dan cuenta de la efectividad y seguridad del cannabis para mejorar la calidad de vida de personas afectadas por una gran cantidad de dolencias”, expresó.

Limitar el acceso al cannabis implica otro retroceso en el derecho a la salud; como profesionales comprometides con la autonomía y el respeto a las personas, seguiremos luchando por políticas que permitan mayor presupuesto para investigación científica y por acceso seguro e informado a los productos derivados de la planta de cannabis, porque CANNABIS LEGAL ES SALUD, finalizó la especialista.

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