Habitar la (in) comoda bisexualidad

Collage bisexual

Ser bisexual en los tiempos que corren, una experiencia personal y politica en diálogo con la militante Ro Riccomini de Mala Junta.

Googleé a las 4am “bisexualidad” por primera vez en el 2016 luego de tener un sueño recurrente con la primera chica que me besó en el baño de una fiesta electrónica. “Yo atiendo los dos teléfonos” dijo y me conquistó. Era hermosa, nos gustamos pero yo no podía darle el noviazgo que quería pues estaba enamorada de un varón.  

Las relaciones con los varones fueron fluctuantes y con las mujeres muy pocas. Siempre estuve de novia, hasta que quise estar sola. Por esos años me incomodaba el sexo, que todo girara en torno a eso, despertar con personas que no quería o simplemente irme por no soportar conversaciones que no llevaran a nada. 

Tenía mi grupo de amigas tortas, maricas y zurditas en La Rioja, donde viví muchos años. Para mí ese ambiente era el mío, sin embargo me empecinaba en tener citas con varones cis que eran insipidos y machistas. Hasta a uno le daba morbo que siendo feminista, estuviera con él. 

Esta experiencia parece un tanto individual ¿no? pero es más colectiva. Ro Riccomini, militante de Mala Junta, bisexuala feminista de Ciudad de Buenos Aires me cuenta una historia similar mientras organiza la columna de su organización para la marcha de este sábado. “En mi proceso de nombrarme bisexual hay que decir que la mayor parte de mi vida me socialicé como una persona heterosexual y siempre sintiendo que había algo de eso que no abarcaba del todo, que no me era del todo cómodo y con una apertura creo que más inconsciente a que me gustaran las chicas. Ahí dije ´bueno, soy lesbiana´ pero no me terminaba de cerrar del todo hasta que conocó a la primera persona bisexual y me abre una puerta gloriosa”

Bisexuales son aquellas personas que sienten atracción afectiva y sexual o alguna de las dos por personas de su mismo género y los demás géneros. Cabe aclarar que la bisexualidad no es binaria. Las personas bisexuales tienen vínculos sexuales y afectivos con todas las identidades cis y trans. 

La fluidez del deseo es política 

Las personas bisexuales, muchas veces, son doblemente discriminadas: por los entornos heterosexuales, que son abusivos con otras entidades diferentes, sino también por parte de lesbianas y gays por considerar a la bisexualidad con “privilegios” por habitar la heterosexualidad a veces y el homoerotismo por otro lado. 

Hace unos días en el casting de Gran Hermano una joven participante llamada Martina dijo “que no entiende la bisexualidad” y que le da “un poco de asquito”. Luego al ser expulsada de la casa repitió las mismas frases “para picantearla” y agregó “que parece algo medio de moda”. 

@davidangelgudino Se fue #GranHermano2022 ♬ sonido original – David Gudiño

Un poco para responder a las Martinas y un poco para aclarar los tantos. Riccomini parte de la idea de que la bisexualidad es una identidad política. “Es una respuesta al monosexismo. La bisexualidad es rupturista y hay que organizarse y visibilizarse para sostenerlo”, señala. 

“No creo que nadie en este sistema, salvo los varones cis blanco y heterosexuales, tengan privilegios. La sociedad va dando más lugares a personas homosexuales pero las personas bisexuales pasamos desapercibidas”, explica la militante de izquierda popular.

El sistema capitalista obliga a explicar quienes somos, cómo somos, con quién vamos y con quien nos acostamos. “Nos piden elegir un camino único en el cual vamos a construir hasta el final de nuestras vidas. Como si eso fuera estático. Poder decir como ´yo no tengo nada que elegir y no estoy confundida´ es poderoso. Estamos militando la fluidez del deseo”, desglosa Ro.

Cabe destacar que muchas de las personas bisexuales mantienen vínculos abiertos o poli amorosos, pero algunos también son monógamos. “Desde las disidencias y los feminismos venimos insistiendo hace un montón en la ruptura de esa idea de familia hegemónica, de crianzas con dos adultos. Pueden ser uno o más, con o sin hijes”, esgrime.

Para Romi, la salida es la organización como “herramienta que tenemos para que nuestras luchas no sean solo de les bisexuales sino del conjunto de las disidencias”. 

“Este sábado voy a marchar con mis compañeres bisexuales, marikas, tortas; con quienes construyo día a día mi identidad no solo bisexual sino tambien feminista, militante y de izquierda popular”, invita. 

De algún closet hay que salir 

Resulta que soy feminista, marxista y ahora también bisexual. La heterosexualidad no es un lugar amigable para nadie, salvo que seas un blanco varon heterocis (sic). Cuando pienso si es que salí del closet o no, me respondo a mi misma si hay que hacerlo o no.

Según un estudio de Stonewall, la principal organización benéfica del Reino Unido para la igualdad de lesbianas, gays, bisexuales y trans: “ Las personas bi son tres veces menos propensas que los hombres homosexuales y las lesbianas a salir del armario con toda su familia”.

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Foto de Matilde Terán

Solo una de cada cinco personas bisexuales (20%) sale con toda su familia en comparación con tres de cada cinco hombres homosexuales y lesbianas (63%) y dos de cada cinco personas bisexuales (42%) ocultan o disfrazan su orientación sexual en el trabajo por temor a la discriminación.

El estudio también revela el impacto que tiene la bifobia en la salud y el bienestar de las personas bisexuales. Tres de cada cinco personas bisexuales informaron haber experimentado depresión, en comparación con poco menos de la mitad de las personas homosexuales y lesbianas. 

Eso es que algunos llaman “privilegio” es costoso para la salud mental. La presunción de heterosexualidad por prejuicios estéticos a las personas bisexuales les va dejando huella que calan en la autoestima y el desempeño público. 

“Salir a las calles, juntes, organizades, sin tapujos, nombrandonos y mostrandonos, validando nuestras existencias, salir del closet es lo que permite que otres tengan la opción y la posibilidad de hacerlo”, manifiesta Ro.

Este sábado se realizará la Marcha del Orgullo en Ciudad Autonoma de Buenos Aires y convocará a miles de personas. Además esta ola multicolor se repetirá en muchos territorios del país poniendo a la luz las identidades que habitan el suelo argentino. Sentir orgullo, reafirmar la alegría y luchar por las, les y los que no están son las banderas que mueven a la comunidad LGTBIQ+.

 “El Orgullo es nuestra respuesta política a la vergüenza que nos han impuesto, a la invisibilización, a la violencia en todos sus modos. Las primeras marchas del orgullo en nuestro país se hicieron con máscaras, para proteger la identidad de quienes estaban ahí de la violencia ejercida por la policía, en las calles, en las instituciones, en los trabajos e incluso en las casas. El Orgullo es salir a la calle sin máscaras, hacernos visibles y despojarnos de los prejuicios que nos imponen. Es tomar todo eso que nos han dicho como insulto y hacerlo carne, hacerlo visible, con orgullo y mucho honor de ser lo que somos.”, finaliza Ro.

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