Hace unos días se conoció la denuncia de la ex primera dama Fabiola Yáñez por violencia de género a su ex pareja, el ex presidente Alberto Fernández. Lo hizo dos días después de que salieran a la luz chats privados entre ella y María Cantero, secretaria privada del ex mandatario, que revelaban presuntos hechos de violencia.
- No hace falta mostrar las fotos para creerles a las víctimas. Cuando se conoció la denuncia, los y las referentes del campo popular salieron a solidarizarse de inmediato. Las fotos que “aparecieron” luego sólo alimentaron el morbo e implican una revictimización para la víctima. Las fotos de Fabiola no fueron enviadas por ella ni por sus representantes legales sino que se “habrían” filtrado del expediente judicial a cargo del Juez Ercolini.
- Yáñez denunció estar siendo víctima de “terrorismo psicológico” y acoso telefónico diario por parte del ex presidente, quien la amedrentaba mediante mensajes. Además, expresó su preocupación por la custodia policial asignada, señalando que era una persona de confianza del ex mandatario, y solicitó medidas de protección al juzgado. La Fiscalía Nacional y la UFEM informaron que profesionales de la DOVIC realizaron una entrevista con Yáñez, cuyos detalles permanecerán bajo estricto resguardo para proteger sus derechos.
- Paralelamente a las fotos filtradas que respaldan el relato de la ex primera dama aparecieron videos íntimos del ex presidente con otra periodista. Al parecer Fernández tenía encuentros íntimos en la Casa Rosada y en la Quinta de Olivos mientras Fabiola estaba embarazada o en el puerperio del hijo que tienen en común.
- Asimetría de poder y violencia de género. La violencia física que habría sufrido la ex primera dama, tal como lo indican la mayoría de los casos, fue antecedido por la violencia psicológica. Esta cuando se manifiesta se constituye como una herramienta de control utilizada por el hombre hacia la mujer que puede convertirse en cotidiana, habitual. Las formas que adquiere se traducen en diversos tipos de actitudes y comportamientos, tales como humillaciones, descalificaciones o ridiculizaciones, amenazas repetidas de abandono y un amplio espectro de otras manifestaciones abusivas. Este manual del violento se agrava cuando hay una “asimetría de poder”. No hay que ser muy “ducho” para darse cuenta que la investidura presidencial fue usada para ese ejercicio de la violencia. Mucho más si se demuestra que Fabiola habría estado “cautiva” por meses en la Quinta de Olivos.
- ¿Dónde están las feministas? Este aberrante hecho para la democracia está buscando culpables entre los espacios del campo popular entre ellos, el del feminismo que logró políticas de género y ganó en las calles el derecho a decidir. ¿Nosotras somos las culpables de que una mujer sea violentada o la culpa es del violento? A pesar que las mujeres fuimos ganando lugares en el campo de la política aún siguen muriendo mujeres y otras más siguen siendo abusadas y violentadas. Dentro de los espacios políticos como partidos, gremios y asociaciones hacemos lo mismo peleamos contra los machistas.
- La denuncia contra el ex mandatario representa una oportunidad para depurar de nuestros espacios políticos a los “Albertos” de la vida, de aquellos que usan nuestras causas para sus fines grotescos. Que nos sirva Alberto para no comernos sapos nunca más y creer que en manos de un pequeño y minúsculo grupo de varones aliados vamos a conseguir más y mejores derechos.
- El feminismo, el mejor amigo de las girls. En palabras de Ofelia Fernandez: “la inmensidad de esta frustración tiene que ser la razón por la que, aprendizajes mediante, y sin creer mucho en nadie, volvamos a intentar”