Esta mañana, la dolorosa noticia del fallecimiento del periodista Julio Grandjean colmó las redes sociales con mensajes de despedida y homenajes.
La muerte se produjo luego de batallar durante semanas contra una infección provocada por coronavirus. Se desempeñaba como director de comunicación institucional del Ministerio de Desarrollo Social de la provincia.
Con profunda tristeza les cuento que nos dejó Julito Grandjean. Una persona buena, muy querida, un gran trabajador siempre dispuesto a ayudar a un compañero, a enseñar con paciencia. pic.twitter.com/NxEyTEVWdV
— Gabriel Yedlin (@gabiyedlin) September 9, 2021
Nacido en Buenos Aires y fanático de San Lorenzo, se radicó en Tucumán hace más de 20 años y, como Julio Grandi, comenzó una carrera como relator de radio de los partidos de Atlético y San Martín. También trabajó en El Tribuno Tucumán y en diferentes emisoras de la capital y Yerba Buena.
Desde hacía poco más de tres años conducía el departamento de comunicación de Desarrollo Social, desde donde esta mañana confirmaron su fallecimiento y lo despidieron con una emotiva carta.
Hoy nos toca escribir las palabras más tristes, las que nunca quisimos escribir. Pensábamos que nunca –no queríamos en realidad- íbamos a estar frente a una computadora comunicando su partida. Increíble, porque después de todo lo que peleó, hoy se fue.
Esta mañana nos dejó el director de Comunicación Institucional del Ministerio de Desarrollo Social y compañero, Julio Alejandro Grandjean, a quien todos conocíamos como “Julito”, luego de una durísima batalla contra el Covid – 19.
Tipazo como pocos y una persona increíble, Julito siempre estuvo para todos y para todas, no importaba día, hora ni circunstancia, él estuvo siempre.
Fue un trabajador excelente, incansable y comprometido y un esposo, padre y abuelo de maravillas. Un hombre muy sabio, dispuesto siempre a compartir sus conocimientos.
Un tipo noble, con una sonrisa gigante y un corazón de oro.
Julito era de esas personas querida por todos, y todo aquel que lo conoció puede dar fe de eso.
Nos deja un vacío que va a ser muy difícil de llenar. Una herida tan grande que va a tardar en curarse.
Luego de la triste noticia, el ministro, Gabriel Yedlin, expresó unas sentidas palabras: “Una persona muy buena y muy querida por todos. Un trabajador siempre dispuesto a ayudar a un compañero, a enseñar. Nos dejás un vacío enorme, hoy llenos de dolor”.
Y concluyó: “Julio, danos tiempo y lo llenaremos de recuerdos de bondad y ternura”.
La pérdida es incalculable, pero desde acá seguiremos honrando su trabajo, como él lo honró y defendió siempre, para que su nombre brille en la estrella más alta.
Hasta siempre, compañero.