La euforia del carnaval en el Sur tucumano

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En vísperas de carnaval, Andrea Castosa, licenciada en Turismo, nos invita a recorrer la historia de esta fiesta que toma diferentes formatos de acuerdo a las costumbres de cada lugar.

En Tucumán se suspendieron las fiestas de Carnaval por el aumento de casos de Covid-19. Sin embargo, festejar depende de nosotres, ya que la esencia de este festejo alocado es que cada une puede ser, durante un corto periodo de tiempo, lo que quiera ser. Sin tapujos. Quizás alguna vez podamos llevar esto a nuestro cotidiano. Creo que hacia eso vamos mutando como sociedad. 

Etimológicamente hablando, y según la Real Academia Española, el término “carnaval” procede del italiano “carnevale”, este de la palabra latina “carnem levare”. En ambos casos, la palabra se compone de “carne” (carne) y el verbo “levare” (quitar) por lo que literalmente se puede traducir como “quitarse la carne”; aunque sería más preciso interpretarlo como “despedirse de la carne”. Esta celebración es típica de países con tradición cristiana y está fuertemente relacionada con la época de Cuaresma. Actualmente, se  ha extendido a casi todo el mundo.

Un poco de historia

Su origen parece tener dos fuentes probables dentro del Imperio Romano. La primera es Saturnalia, de la que deriva la actual Navidad, una celebración en la que los romanos organizaban fiestas, banquetes y orgías para conmemorar el día del dios sol. La segunda fuente sería Lupercalia (San Valentín), una fiesta en la que las reglas morales se volvían más laxas y las relaciones sexuales eran frecuentes. Además, se realizaban sacrificios animales para los dioses y, durante el ritual, se disfrazaban con pieles de animales.

Estas fiestas fueron adaptadas al cristianismo conforme la religión de la iglesia se extendía y solo se puede ver su conexión con el actual carnaval en algunos pequeños detalles.

Esta fiesta tiene lugar inmediatamente antes de la cuaresma cristiana (que se inicia con el Miércoles de Ceniza), y que tiene fecha variable (entre febrero y marzo según el año). Este año inicia el sábado 26 de febrero y finaliza el martes 1 de marzo, incluido dentro del calendario de feriados nacionales. Tradicionalmente comienza un jueves (jueves lardero) y acaba el martes siguiente (martes de carnaval). El carnaval combina elementos tales como disfraces, grupos que cantan coplas, desfiles y fiestas en la calle. A pesar de las diferencias que su celebración presenta en el mundo, su característica común es la de ser un período de permisividad y cierto “descontrol”.

Foto corsos infantiles Alpachiri 27.02.2020 Foto Comuna Alpachiri El Molino
Foto corsos infantiles Alpachiri / 27.02.2020-Foto Comuna Alpachiri El Molino

Llegando está el carnaval

Según el lugar de la provincia, en Tucumán los festejos varían notablemente. En los valles calchaquíes las celebraciones de carnaval señalan la subsistencia de antiguas tradiciones indígenas pertenecientes a la civilización andina prehispánica. Los hitos más importantes dentro de las ceremonias de carnaval son el desentierro y el entierro del diablo de carnaval. El carnavalito, es un estilo folclórico centenario, desarrollado precisamente para las celebraciones. En el centro dominan las comparsas y en el este los bailes al ritmo de la cumbia en los clubes.

Pero en esta oportunidad me gustaría rescatar las fiestas de carnaval del suroeste de la provincia, que hoy forman parte de la oferta cultural del circuito turístico sur. 

En Alpachiri desde el año 1.940 Juan Mora se instala en el lugar que hoy se conoce como la Posta El Paisanito -R.P. N° 330- e inicia la realización de bailes para algunas fechas patrias y principalmente para la época de San Juan, rindiendo tributo a su nombre. Luego, se empieza a instalar también el festejo en el lugar del carnaval denominándose como bailanta en sus inicios y popularizado posteriormente como Recreo El Paisanito. 

En ese momento el carnaval comenzaba durante el mediodía y duraba toda la tarde. Una de las características de este festejo era tirarse harina, azotarse con albahaca y con bombuchas de agua. Los engrudos que se armaban en la pista de baile entre el agua y la harina no complicaban el festejo. En el lugar se había armado un gran quincho donde llegaban las orquestas de la época como: Los Avelinos, Los Cuatro del Ritmo (Concepción), Las Minifaldas, Las Guajiras (estos dos últimos integrados por mujeres), entre otres. Había música para los distintos gustos con bloques de cumbia, paso doble, tangos y el gran cierre era con las típicas tarantelas. En la época de bonanza económica no sólo se tiraba agua y harina, sino que también se compraban cajones de cerveza para tirarse. Las lluvias estivales eran otra de las protagonistas de la fiesta. Les invitades no se veían acobardados por este evento y continuaban bailando bajo la lluvia. No sólo el festejo era en la propia fecha de Carnaval sino que seguía los cuatro fines de semana subsiguientes.

Estos festejos siguieron durante la década del ´50, ´60 y ´70. Ya en los años ´80 por la vejez propia de Juan, estas fiestas comenzaron a reducir su actividad y finalmente fue abandonado el Recreo como consecuencia también de la nueva realidad económica.

En los años ´90 el nieto de Juan, Daniel Mora, quién nos relata esta historia, tomó posesión del lugar junto a Dardo Altamirano. Le cambiaron el nombre y lo transformaron en la Posta El Paisanito, centro cultural, alojamiento y punto de encuentro de Alpachiri. Muchas personas recuerdan a este evento como el lugar de nacimiento de algunas familias del pueblo y el aroma peculiar de la albahaca, harina y la cerveza que quedaba después de la fiesta siguen en sus memorias.

Hoy en día, desde hace aproximadamente diez años, en Alpachiri comenzaron a realizarse los corsos, que es lo que sigue en pie de aquellas fiestas del pueblo.

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