Me animé y le pregunté a Érica Rivas ¿dónde están las feministas?. Nos reímos a carcajadas en el teléfono y el hielo ya se había roto. Como sabrán quienes leen La Nota, escribir sobre teatro no es mi metié. Suelo recorrer temas espesos como abusos sexuales, femicidios, vulneración de derechos. Entrevistar a Érica Rivas me significó un desafío ¿de qué otra cosa que no sea de feminismo voy a preguntarle? Sin embargo, ahí me aventuré la tarde helada del miércoles, sentada en el patio de la Facultad de Filosofía y Letras.
Llegó a Tucumán para presentar la obra “Matate, amor”, una creación junto a Marilú Marini, basada en la novela de Ariana Harwicz. Hay quienes presentan la obra como un thriller campestre que aborda la reciente maternidad de una mujer argentina que se casa con un francés y se muda a la campiña francesa. Rivas asegura que, si bien tiene un componente dramático fuerte, la obra se caracteriza por el humor y lo bizarro.
“Para mí es una especie de trompada, de cuchillazo a todo lo que te dice la sociedad que tenemos que ser las mujeres y, sobre todo, cuando somos madres. Hay algo doliente y que también hace doler. Pero, por otro lado, también tiene mucho humor. Ariana es una escritora que tiene muchísimo humor y eso es algo que quiero resaltar. La falta de piedad que tiene con su alrededor, la falta de piedad que tiene con ella misma, el sentido del humor, el perseguir el goce, el deseo, la forma en la que ella quiere ser. Para mí es una novela maravillosa dirigida por mi reina absoluta Marilú Marini”, dice Érica Rivas desde el otro lado del teléfono.
“Estoy contenta de estar estar acá”. Hace casi 10 años que no viene a la provincia y, en este contexto de grandes recortes a la cultura, en medio de una crisis económica que golpea fuerte el bolsillo, viajar con una propuesta teatral es toda una hazaña. “Tucumán tiene una gran tradición teatral”, y en ese sentido, la actriz reconoce el valor del intercambio que siempre se produce cuando se puede viajar y llevar las producciones culturales a diferentes lugares.
“Esto es un tirarse a la pileta”, afirma Érica quien viene incursionando en la producción. Lanzarse como productora también tiene este sentido de construir teatro desde otras lógicas. Cuando el feminismo entra a tu vida, arrasa con todo. “Tengo muchas ganas de pensarme en otras formas, con otros dispositivos de producción que no son los que conozco en el teatro comercial. Tienen que ver con esto que decimos desde el feminismo, lo horizontal, lo transversal“.
La gira llevó al equipo a presentar obra en La Campana Teatral, un teatro independiente de Tilcara recientemente reinaugurado. “El teatro independiente y autogestivo cobra hoy un lugar muy importante. No nos dejemos vencer por la ignorancia y la crueldad“. Son tiempos de construir más redes. Ante el individualismo, la apuesta colectiva.
Érica se define feminista y sobre la obra dice: “Lo que hoy estamos trayendo es un material que tiene que ver con nuestra lucha, con nuestra militancia. Yo siempre tuve un corte, un encuadre. Para mí la opresión que generan las estructuras patriarcales que vienen desde hace mucho tiempo, siempre nos hacen que las mujeres tengamos relatos acotados, vistos desde la mirada del hombre cisheterosexual blanco. A mí me hace pensar que estas historias sí o sí tienen que tener un encuadre en la historia de la lucha, de la conquista de derechos porque si no, es imposible. Yo soy feminista. Este encuadre a mí me resuena mucho y sobre todo me convoca, me inspira a pensar en la gente y sobre qué rol tengo yo al comunicar mi historia, la historia de la que quiero hablar“.
“Cumplí 30 años de cobrar como actriz, antes trabajaba gratis. Yo siempre tuve esta inquietud, este deseo, esta fuente de lucha que es el feminismo, me sorprendió y con mucha felicidad ver a las pibas y las historias de lucha que tenemos las mujeres. Siento que es algo muy importante, escuchar, estudiar, entender los procesos, acompañar a aquellas personas que han sido parte de las distintas luchas por los derechos que conquistamos. Pareciera que este contexto de crueldad y de rapiña, de desmonte y de destrozo de todas nuestras conquistas conseguidas con tanta lucha, es nuevo. Pero después, cuando estudiamos la historia vemos que las que se sobrepusieron siempre fuimos las mujeres en red. Me es muy difícil pensar en un personaje sin este contexto para mí”, afirma la actriz en tono esperanzador. No todo está perdido, amigas.
Mi última pregunta fue si qué personaje tenía pendiente de interpretar. “Así, rápido sin pensar”, le dije. “Cualquier cosa, pero con Lucrecia Martel“. “Same, hermana”, le respondí y reímos.
La obra se presenta el sábado 10 y domingo 11 de agosto a las 21 horas en el Teatro San Martín (Sarmiento y Muñecas).
Ficha técnico artística
Autoría: Ariana Harwicz
Actúan: Érica Rivas
Montaje: Jonas
Vestuario: Mónica Toschi
Escenografía: Coca Oderigo
Peinados: Silvina Paolucci
Diseño de maquillaje: Emmanuel Miño
Diseño de peinados: Emmanuel Miño
Diseño de luces: Iván Gierasinchuk
Diseño De Sonido: Jesica Suarez
Asistencia De Realización De Objetos: Jerónimo Basso
Realización de video: Maxi Vecco
Visuales: Lolo Armendáriz
Operación de luces: Anna Serra Torrelles
Operación de sonido: Esteba Fraga, Fiamma Carranza Macchi
Operación de video: Esteba Fraga, Fiamma Carranza Macchi
Diseño 3d: Control Studio
Fotografía: Sebastián Freire
Diseño gráfico: Juan Gatti
Asistencia de escenografía: Angélica Alvear, Lola Quirós
Asistencia De Maquillaje: Silvina Paolucci
Asistencia de vestuario: Josefina Vicchietti
Asistente de producción: Milagros Plaza Díaz
Asistencia de dirección: Fiamma Carranza Macchi
Producción ejecutiva: Camille Chaumeil
Productor asociado: Sala Dumont 4040
Producción: Matate Amor
Producción general: Marilú Marini, Érica Rivas
Diseño de movimientos: Diana Szeinblum
Dirección: Marilú Marini
