Controversia en el marco laboral de la película “Rumbo al mar”

Las declaraciones públicas de Federico Bal se contraponen sobre algunos testimonios de trabajadores y trabajadoras tucumanas de la película que protagoniza. Miembros de la comunidad audiovisual exigen que se garantice un espacio pertinente, que regule los derechos y obligaciones de todas las producciones que se desarrollen en la provincia, tanto locales como de afuera.

Diversos asuntos se desataron desde que se supo de la colaboración del gobierno de Tucumán en la película Rumbo al mar que lleva más de una semana de rodaje en territorio tucumano.

Es de público conocimiento entre tucumanos y tucumanas dedicadas al arte, que conseguir subsidios del Ente Cultural para desarrollar proyectos artísticos locales no es una tarea sencilla y son pocos los y las que logran ese objetivo, en relación a la vasta oferta y producción que Tucumán genera en todos sus ámbitos de desarrollo y gestión y no sólo en los terrenos del cine. En este sentido, el gesto de subsidiar un proyecto ajeno a la provincia, por parte del gobierno de Tucumán y en acuerdo con el Ente Cultural, resonó mediáticamente por el privilegio de la película Rumbo al mar, hasta que apareció la promesa de diversos puestos de trabajo para la comunidad audiovisual de nuestra provincia.

Comunicados y diferencias

El 5 de abril de 2018, desde Tucumán Audiovisual, Asociación Civil de Trabajadores Audiovisuales de Tucuman, publicaron un comunicado para desmentir la propiedad intelectual de otro comunicado titulado “Estado de alerta de la comunidad audiovisual tucumana”, firmado por la Comunidad Audiovisual Tucumán, supuesta organización local cuya existencia es desconocida.

“Asimismo, respecto del convenio firmado entre el Poder Ejecutivo de la Provincia y la producción de la película Rumbo al mar, celebrado en acto público el pasado 28 de marzo, expresamos que como asociación civil representativa del sector audiovisual local no participamos de su elaboración ni tuvimos conocimiento del mismo hasta su presentación pública, como el resto de la sociedad tucumana, por lo cuál no podríamos haber emitido una opinión al respecto”, manifestaron las y los miembros de la asociación de trabajadores y trabajadoras de cine.

En el comunicado, a su vez, solicitaron que se continúe trabajando con el Proyecto de Ley de Fomento Audiovisual “…que nos permita contar con el marco legal necesario para definir políticas frente a las producciones futuras en Tucumán, tanto las locales como las foráneas”. Cabe destacar que en estos momentos hay dos producciones tucumanas participando en dos festivales de Cannes.

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El presidente del Ente Cultural, Mauricio Guzmán, el gobernador Juan Manzur y Federico Bal

Rumbo al mar, en proceso

El equipo de la película producida por Funciona y Kuenta SRL, cuyos socios gerentes son Hernán Fildling y Oliver Kolker, comenzó con el trabajo de pre-producción el lunes 30 de abril, mientras que el rodaje comenzó el 7 de mayo.

De acuerdo a la información brindada por algunos trabajadores y trabajadoras, todas las cabezas de equipo son de Buenos Aires y se manifiesta una intensa diferencia de trato entre los trabajadores y trabajadoras de Buenos Aires con los y las tucumanas. “Nos maltratan constantemente y atravesamos muchísimas situaciones de hostilidad y falta de respeto hacia compañeras y compañeros. Yo participé en el equipo técnico de El diablo blanco (película dirigida por Nacho Rogers, un proyecto anterior que se filmó en Tucumán) y la experiencia fue otra; se trabajó con mucho respeto y buena onda. Aquí los cuatro productores están coaccionando todo el tiempo nuestro trabajo. Hoy, por ejemplo, nos citaron veinte minutos antes de la hora en la que debíamos presentarnos a trabajar en el set. No se puede trabajar con ese nivel de irresponsabilidad”, expresó uno de los técnicos de Rumbo al mar que quiso preservar su identidad.

Declaraciones y testimonios

“El clima de trabajo es verdaderamente pésimo y desagradable. Se percibe un elevado nivel de maltrato y cuidan su bolsillo miserablemente. Regatean todo lo que pueden en precios y servicios. También es notable la diferencia de trato que generan entre trabajadores y trabajadoras de Buenos Aires y los y las de Tucumán. Son muy pícaros porque conocen bien las leyes gremiales y las llevan al límite, por ejemplo, el sindicato promueve que si te citan a más de 30 km de la zona céntrica, tienen la obligación de trasladarte, entonces nos convocan a los 29 km para no tener que trasladarnos y contabilizar nuestras horas de trabajo desde ese lugar porque si nos trasladaran nuestras horas de trabajo empezarían a contar desde que nos citan hasta regresar al punto de partida. Si rodamos fuera de San Miguel de Tucumán tenemos alrededor de una hora de traslado que no se nos contempla ni se nos pagará y así tratan de ahorrarse hasta el último centavo. Hay un colectivo que puede trasladarnos desde el centro y regresarnos pero no contemplan las horas de traslado como parte del trabajo cuando todas las producciones lo hacen”, manifestó una técnica de Rumbo al mar de quien también se preserva du identidad.

Federido Bal conversó con el conductor de Intrusos, Jorge Rial.

“Yo particularmente no recibí maltrato directo como otros compañeros y compañeras pero si indirectamente ante la explotación laboral que estoy sufriendo. Hay jefes de trabajo muy piolas pero no se pone la camiseta para defendernos de las decisiones de la productora. Nadie defiende los trapos allí. He trabajado en otras producciones con el mismo nivel de atropello laboral y económico pero nunca percibí semejante nivel de maltrato. Una de las jefas de producción no para un segundo de gritar y maltratar. El aire se corta con tijera y los y las compañeras del set nos estamos cansando del maltrato. Todos y todas estamos poniendo el cuerpo a este laburo sin cuestionar la calidad de la propuesta de ellos que para mí es de mal gusto comparada con muchísimos proyectos de nuestra provincia que tienen un gran nivel”, declaró un tercer compañero del equipo de la película protagonizada por Santiago y Federico Bal.

Ese mismo testigo aseguró que la financiación que se prometió desde el gobierno para distintos proyectos de la EUCyT quedó en stand by desde el momento que se hizo de público conocimiento que se financiaría la película Rumbo al Mar.

Aún quedan dos semanas de rodaje y los trabajadores y trabajadoras tucumanas esperan que la productora y las personas implicadas, modifiquen su actitud y dignifiquen el marco laboral.

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