Los casos de cáncer de próstata aumentaron, pero las expectativas de vida también

Distintos medios de comunicación dieron cuenta sobre el desarrollado de una prueba de orina para diagnosticar cáncer de próstata. El urólogo especialista en andrología Alejo Rasguido explicó de qué se trata, pero complementándolo con información útil; población incidente, prevención, síntomas, diagnósticos y tratamientos.

Diarios y portales digitales, tanto nacionales como locales, publicaron -a modo de novedad y reciente descubrimiento- información sobre un estudio vinculado al cáncer de próstata creado por investigadores de la universidades de East Anglia y de Norfolk y Norwich (Reino Unido). Se trata de una prueba de orina llamada PUR, que indica si el persona necesitará tratamiento en algún momento de su vida o no.

Al respecto, el médico urólogo especialista en andrología de Tucumán, Alejo Rasguido, indicó en diálogo para La Nota que el estudio en cuestión no se trata de una novedad y que tiene vigencia desde hace casi 10 años. “El PUR (siglas en inglés) significa ‘riesgo de orina en próstata’ y está provisto de un biomarcador (proteína o ADN) de alguna parte del cuerpo del paciente, que servirá como fuente de predicción”, señala.

En esa línea, Rasguido indica que un tipo de PUR es el estudio PCA3, el cual “tiene vigencia desde el año 2010, por lo tanto de novedoso no tiene nada, pero creo que su desconocimiento se debe a que se trata de un estudio muy costoso (entre 500 y 1.000 dólares) y que se realiza únicamente en California y Londres, por lo tanto, quienes pueden pagarlo deben enviar sus muestras a uno de esos lugares”, explica.

Cáncer de próstata en múmeros

Rasguido indica que en Argentina el cáncer más común en personas de sexo masculino es el de próstata. “Los casos aumentaron notablemente año a año. De acuerdo a datos estadísticos, de lo que va del 2019, se detectaron 11.000 casos, representando el 20% de todos los tumores malignos detectados en distintas partes del cuerpo en personas de sexo masculino”, agrega.

“En Estados Unidos, el cáncer de próstata es la segunda causa de muerte en varones adultos. A su vez, 1 de cada 41 varones muere por esta patología”, indica Rasguido. “La tasa de mortalidad es baja y esto se debe a que, a partir de la detección precoz, el pronóstico de esta enfermedad es relativamente bueno”, agrega.

Al buen pronóstico que dispone esta dolencia detectada a tiempo, el profesional agrega que 1 de cada 9 varones de más de 50 años padece cáncer, siendo la edad de mayor incidencia los 65 años, pero “si existen antecedentes familiares, los estudios y chequeos de próstata se recomiendan comenzar a partir de los 40 años y con una periodicidad anual”, señala.

En este sentido, el aumento de la expectativa de vida y el buen pronóstico de la enfermedad se corresponde con una prevención responsable de la salud sexual, por ello, el profesional enfatiza en la importancia que tiene el chequeo de próstata anual desde la edad indicada.

Estudios prostáticos

Un estudio muy común que se realiza en sangre es el PSA (siglas en ingles) que significa ‘antígeno prostático específico’. “Este análisis sirve para detectar una proteína propia de la próstata, pero que, en realidad, no es tan preciso como su nombre indica, puesto que algunas veces puede estar aumentado sin que ello signifique que la persona tiene cáncer”, explica. A raíz de la confusión se sobreindican biopsias.

El PSA se complementa, primordialmente, del tacto rectal y de diagnósticos por imagen: ecografía y resonancia magnética, que sirven para definir el tamaño de los tumores o nódulos en caso de que se perciban. En este sentido, “la resonancia magnética de próstata habilita un poco más de información alrededor de las características morfológicas de los cuerpos extraños”, detalla Rasguido.

Cuando una persona presenta un aumento progresivo del PSA, pero sin detectar nódulos o tumores, es cuando un estudio como el PCA3 sirve, para el cual se debe estimular al paciente con un tacto rectal y luego recoger una muestra de orina. “Si este estudio -de tan difícil acceso- da negativo, entonces no hay que biopsiar más, pero, si da positivo habrá que practicar biopsias periódicamente para descartar, o confirmar, un cáncer en algún momento dado”, detalla Rasguido.

Prevención, síntomas y tratamientos

Respecto a posibles factores de riesgo, el profesional remarca los antecedentes familiares y recomienda una vida saludable entendida a partir de una baja ingesta de grasas, alimentación balanceada y ejercicio constante en complemento con un descanso óptimo, “es lo mismo que se recomienda para evitar cualquier cáncer, o más bien, para llevar una vida lo más saludable posible”, indica.

Clínicamente, el cáncer de próstata no presenta mayores síntomas generales, pero sí puede venir acompañado de sangrado y dificultad para orinar. “En cuanto al agrandamiento de la próstata, ésta no es necesariamente producto de un cáncer”.

Una vez que se ha detectado un cáncer, los tratamientos varían de acuerdo a la agresividad del tumor y si se ramificó, o no. “En el caso de los tumores que no se ramificaron, el tratamiento puede ser quirúrgico (se extirpa la próstata) o se puede hacer radioterapia.

Existe otro abordaje de la enfermedad que es la vigilancia activa, en la que sólo se controla al paciente. “Esto es recomendable de aplicar en el caso de los tumores poco agresivos y cuando el paciente tiene una activa vida sexual y una conducta de control responsable y periódica, que incluye análisis de sangre y biopsia de próstata cada tres o seis meses”, detalla.

En el caso de los tumores que son muy localizados se puede realizar braquiterapia, consistente en una especie de chip que emana radiaciones y que se coloca dentro de la próstata para erradicar el tumor. “Este tratamiento lamentablemente sólo se realiza en una clínica de Buenos Aires, en Tucumán aún no”, subraya.

En el caso de los casos ramificados y agresivos se produce un bloqueo androgénico, una castración química para que el testículo deje de producir testosterona, por lo tanto el tumor deja de alimentarse hormonalmente y queda estancado y sin progresar. “Con todas estas posibilidades el pronóstico de vida en los pacientes con cáncer de próstata es muy bueno. En mi experiencia, la taza de mortalidad de mis pacientes es de menos del 5%, el resto la lleva de diez”, concluye Rasguido.

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