Cultivo de kiwi: una alternativa productiva para los valles tucumanos

El cultivo de kiwi se encuentra en etapas experimentales en Tucumán llevadas adelante por la EEAOC (Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres), ya que a través de un relevamiento se ha determinado que existen zonas aptas para su desarrollo.

A nivel país la producción se concentra en Mar del Plata, y parte de la fruta se exporta a diferentes destinos mientras que otro porcentaje se destina a abastecer el mercado local.

El Ingeniero Ramiro Lobo, Jefe de la Sección Horticultura de la EEAOC comentó a Suena a Campo que el equipo se ha visto incentivado por el crecimiento del consumo de kiwi a nivel mundial y por el éxito que tuvo este cultivo en países como Chile.

Según el ingeniero, en el momento en que se tomó la decisión de incursionar en esta práctica, el equipo tuvo la suerte de contar con el apoyo de personal de una empresa italiana que estaba produciendo esta fruta en Mar del Plata y que en la actualidad exportan fruta a dicho país.

Los técnicos italianos colaboraron con la identificación de lugres aptos para comenzar a realizar ensayos para así determinar la viabilidad del cultivo de kiwi en Tucumán. “De esa manera se realizó un relevamiento en diferentes puntos de nuestra provincia y finalmente decidimos iniciar los estudios en la sub estación de Tafi del Valle con buenos resultados” señaló Lobo.

Paralelamente, el equipo comenzó a realizar estudios relacionados al cultivo de trufas en diferentes puntos de la provincia conociendo y estudiando zonas climáticas muy diversas, lo que los llevó a encontrar en zonas como Rodeo Grande en el departamento Trancas, un ambiente propicio para el cultivo de kiwi según los requisitos establecidos por los técnicos italianos.

“En ese lugar, a 1600 m.s.n.m, con 900 mm de precipitación, y una heliofanía menor que en Tafí del valle, pensamos que podría llegar a tener éxito una parcela experimental de kiwi. El propietario del establecimiento donde producíamos trufas contrató nuevamente al técnico italiano quien determinó que la zona resultaba ideal para iniciar con éxito la producción de kiwi” comentó.

A las condiciones ambientales, se sumaban las buenas condiciones edáficas ya que los suelos presentan un contenido de materia orgánica de alrededor del 3 o 4 % de, mientras que en Tafí del Valle los suelos contaban con valores cercanos a 0,5%.

Las parcelas de Rodeo Grande presentaron importantes diferencias con respecto a las de Tafí del Valle ya que entraban en producción con un mes de anticipación. Además, se puedo observar a través de diferentes estudios, que la fruta presentaba mayor contenido de materia seca y sólidos totales, es decir, que los resultados fueron alentadores.

Actualmente, el equipo lleva 8 años estudiando a este cultivo y una de las plantaciones que cuanta con una superficie de 3 hectáreas, ya cuenta con producción de fruta cuyo destino es el mercado central de Buenos Aires.

“Creemos que por la calidad de fruta que hemos obtenido, en ese lugar hay ventajas competitivas evidentes, y consideramos que Tucumán cuenta con más zonas con características similares donde podría tener éxito este cultivo” opinó el especialista.

Con respecto a los costos de implantación, el ingeniero señaló que se comparan con los costos del arándano, sin embargo, podría resultar de un monto superior ya requiere de espalderos similares a los de la vid, pero de mayor tamaño, sistemas de riego, media sobra, y agua de calidad. “Cuando se implanto kiwi en las últimas parcelas, hace unos 4 años atrás, rondaba los 25 mil dólares la hectárea dependiendo del tipo de acceso al agua con que se contaba” agregó.

Según el especialista, el kiwi presenta una importante particularidad, es un cultivo climatérico, esto quiere decir que, se puede cosechar y guardar por un tiempo más o menos prolongado. “En los dos primeros días postcosecha, se realiza un proceso de cicatrización, que consiste en poner la fruta en tinglados a la sombra con ventilación. Luego se pone en cámaras a 2 grados centígrados, a partir de allí, se puede conservar la fruta durante varios meses” explicó.

En el momento de la cosecha los kiwis están demasiado duros para ser consumidos. Si se los guarda en frío, se conservan tal cual se cosecharon y, al sacarlos de la cámara se produce la maduración.

Para los técnicos esta condición de la fruta representa una gran ventaja para zonas montañosas donde, en algunas épocas del año los caminos son intransitables por las precipitaciones. En ese caso se saca la fruta en periodos donde los caminos son más seguros.

En relación al rendimiento, el entrevistado señaló que se han cosechado entre 5 mil y 6 mil kilos de fruta por hectárea.

Recientemente, una revista chilena ha publicado un análisis sobre el crecimiento de la demanda a nivel mundial de esta fruta resaltando las propiedades benéficas que aporta a los consumidores, destacándose el elevado contenido de Vitamina C como apoyo del sistema inmunológico, un aspecto de suma importancia en tiempos de pandemia.

Fuente: Suena a Campo

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