Los años de su primera infancia en Aracataca (Colombia) marcarían decisivamente su labor como escritor; la riqueza de las tradiciones orales transmitidas por sus abuelos nutrió buena parte de su obra. Afincado desde muy joven en la capital de Colombia, Gabriel García Márquez estudió derecho y periodismo en la Universidad Nacional e inició sus primeras colaboraciones periodísticas en el diario El Espectador. “Gabo” nació un 6 de marzo de 1927 en Aracataca, Colombia.

garcia marquez 1969

Gabo en la época de Cien años (Barcelona, 1969)

“La investigación no es una especialidad del oficio sino que todo el periodismo debe ser investigativo por definición”.

A los veintiocho años publicó su primera novela, La hojarasca, en la que ya apuntaba algunos de los rasgos. En este primer libro y algunas de las novelas y cuentos que le siguieron, empezaron a vislumbrarse la aldea de Macondo y algunos personajes que configurarían luego su obra más célebre.

Comprometido con los movimientos de izquierda, Gabriel García Márquez siguió de cerca la insurrección guerrillera cubana hasta su triunfo en 1959. Amigo de Fidel Castro, participó por entonces en la Fundación de Prensa Latina, la agencia de noticias de Cuba. Al cabo de no pocas vicisitudes con diversos editores, logró que una editorial argentina le publicase la que constituye su obra maestra y una de las novelas más importantes de la literatura universal del siglo XX, Cien años de soledad (1967).

Cien años de soledad

GabrielGarciaMarquez

Incubada durante casi veinte años y redactada en dieciocho meses, Cien años de soledad recrea a través de la saga familiar de los Buendía la peripecia histórica de Macondo, aldea imaginaria fundada por los primeros Buendía que es el trasunto de su localidad natal y, al mismo tiempo, de su país y del continente. De perfecta estructura circular, la novela alza un mundo propio, recreación mítica del mundo real de Latinoamérica, de un modo que ha venido a llamarse “realismo mágico” por el encuentro constante de lo real con motivos y elementos fantásticos. Así, en el relato de la fundación del pueblo, de su crecimiento, de su participación en las guerras civiles, de su explotación por parte de una compañía bananera estadounidense, de las revoluciones y contrarrevoluciones subsiguientes y de la destrucción final de la aldea (que confluye con la extinción de la estirpe de sus fundadores, condenada desde el principio a “cien años de soledad”), se entrelazan con toda naturalidad sueños premonitorios, apariciones sobrenaturales, pestes de insomnio, diluvios bíblicos y toda clase de sucesos mágicos, todo ello narrado en una prosa riquísima, fluida y cautivadora que hacen de la lectura un asombro y un placer inacabables.

El boom

“Cien años de soledad”, ha vendido más de 50 millones de ejemplares, se ha traducido a más de 40 idiomas y marcó el comienzo de dos décadas de boom de la literatura latinoamericana. La estancia de García Márquez en Barcelona en 1969 fue decisiva para la concreción de lo que se conoció como el Boom de la literatura hispanoamericana, que supuso el descubrimiento internacional de los jóvenes -y no tan jóvenes narradores- del continente: el peruano Mario Vargas Llosa, los argentinos Jorge Luis Borges, Ernesto Sábato y Julio Cortázar, los mexicanos Juan Rulfo y Carlos Fuentesy los uruguayos Juan Carlos Onetti y Mario Benedetti, entre otros. En 1972 obtuvo el Premio Internacional de Novela Rómulo Gallegos, y pocos años más tarde regresó a América Latina para residir alternativamente en Cartagena de Indias y en Ciudad de México, debido sobre todo a la inestabilidad política de su país.

Periodista…

Su prestigio literario, que en 1982 le valió el Premio Nobel de Literatura, le confirió autoridad para hacer oír su voz sobre la vida política y social colombiana. Su actividad como periodista quedó recogida en Textos costeños (1981) y Entre cachacos (1983), compendios de artículos publicados en la prensa escrita, y en Noticia de un secuestro, amplio reportaje novelado editado en 1996 que trata de la dramática peripecia de nueve periodistas secuestrados por orden del narcotraficante Pablo Escobar. Relato de un náufrago, reportaje sobre un caso real publicado en forma de novela en 1968, constituye un brillante ejemplo de “nuevo realismo” y puso de manifiesto su capacidad para cambiar de registro.

…en vez de abogado

García Márquez fue un estudiante ejemplar en un internado fuera de Bogotá. Su padre insistió en que estudiara para abogado, pero abandonó la carrera y se dedicó al periodismo. Había publicado sus primeros cuentos y columnas en periódicos mientras era estudiante.
García Márquez publicó su primer cuento, “Ojos de perro azul”, en 1947 en El Espectador como un reto después de que Eduardo Zalamea Borda, el editor del suplemento literario, escribió que las nuevas generaciones colombianas no tenían nada que ofrecer a la literatura.
Gabo siempre se enorgulleció del periodismo, al que calificaba como el mejor oficio del mundo, pese a que su historia para el mismo Espectador sobre cómo la corrupción del gobierno causó un naufragio lo obligó a irse a Europa.
De regreso en México con su familia, se encerró en una habitación que nombró la “Cueva de la Mafia” en su casa en la capital y comenzó a escribir “Cien años de soledad”. Luego relataría que Mercedes tuvo que empeñar la mayor parte de sus pertenencias para alimentar a sus hijos mientras él se confinó a escribir su obra maestra durante 18 meses, en los que vivieron una verdadera penuria.
“Toda la vida he sido un periodista. Mis libros son libros de periodista aunque se vea poco. Pero esos libros tienen una cantidad de investigación y de comprobación de datos y de rigor histórico, de fidelidad a los hechos, que en el fondo son grandes reportajes novelados o fantásticos, pero el método de investigación y de manejo de la información y los hechos es de periodista», escribió en 1991. «El periodismo es una pasión insaciable que sólo puede digerirse y humanizarse por su confrontación descarnada con la realidad». Esto también lo escribió él y tiene, en su caso, por su estela y su leyenda, un eco de verdad.

Gabriel García Márquez se confirmó como periodista a la vez que armaba su obra narrativa, “aunque se sufra como un perro, no hay mejor oficio que el periodismo”, dijo. Pronto comenzó a desarrollar un reporterismo de calado, de experiencia en el sitio. Sus trabajos forman parte de la genealogía de lo mejor de la profesión. No sólo por el alzado literario, sino por la condición de espectador en primera línea y por la capacidad de poner en contexto el asunto. También por el escalpelo con el que entra a los protagonistas de la aventura a contar, esa condición implacable de fisonomista que confirma aquello de que la mitad de un reportaje está en el ambiente que lo envuelve.

garcia marquez ultima aparicion publica

“La realidad latinoamericana es un manantial de creación insaciable, pleno de desdicha y de belleza, del cual este colombiano errante y nostálgico no es más que una cifra más señalada por la suerte. Poetas y mendigos, músicos y profetas, guerreros y malandrines, todas las criaturas de aquella realidad desaforada hemos tenido que pedirle muy poco a la imaginación, porque el desafío mayor para nosotros ha sido la insuficiencia de los recursos convencionales para hacer creíble nuestra vida”.