Semana trágica para la comunidad trans: una muerta y una herida por balas

En la semana se conocieron dos casos de violencia hacia mujeres trans de la provincia. Lourdes Reinoso fue víctima de un transfemicidio en Río Nío y Natasha Banegas se recupera tras haber sido baleada en la calle. La vulnerabilidad de la existencia travesti y la urgencia del cupo laboral trans.

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Fotografía Milagro Mariona/La Nota.

Esta semana, que apenas llega a la mitad, cuenta ya con dos ataques de odio hacia mujeres jóvenes y trans en Tucumán. El domingo a la siesta Lourdes Reinoso fue asesinada en Río Nío, localidad ubicada a 70 km de la capital, distancia que Lourdes creyó necesaria para salvaguardarse de la violencia de su ex pareja y principal sospecho del brutal transfemicidio, Julio Palladini.

El lunes alrededor de las 2 am, Natasha Banegas llegaba a la esquina de Crisóstomo y Moreno, su lugar de trabajo desde hace aproximadamente cuatro años. Pocos minutos después, dos hombres en moto la llamaron y una vez que ella se acercó dispararon a sus piernas, según recuerda Natasha, once disparos de los cuales al menos siete impactaron en ella.

La joven de 22 años actualmente se encuentra hospitalizada y desde el martes con custodia policial, ya que el ataque que sufrió fue una amenaza para que abandone su zona de trabajo. En la madrugada del viernes pasado también recibió una golpiza a modo de mensaje de las mismas personas: otras mujeres trans que se disputan la figura de regente de la zona, ya que Luisa Rubio, principal proxeneta de las travestis de la provincia, fue detenida en septiembre del año pasado.

Con la voz cansada, desde el hospital, Natasha Banegas nos dice que no quiere hablar de quién le hizo daño, “me dijeron que sea reservada con el tema porque pueden tomar nuevas represalias”, repite un consejo que decidió tomar. La Fundación María de los Ángeles se acercó a través de sus abogados para acompañar la situación de la joven y llevar adelante el caso.

Cupo laboral trans: una cuestión de vida

El 30 de agosto de 2017 la comunidad trans de Tucumán se reunía en la legislatura, con banderas y pancartas, para presionar la aprobación de la Ley de Cupo Laboral Trans provincial. La voluntad política una vez más jugó a favor de la vulnerabilidad de la comunidad LGBTI (Lesbianas, gays, bisexuales, trans e intersex) y esa mañana el proyecto unificado y firmado por Nancy Bulacio y José María Canelada fue devuelto a comisión. Uno de los voceros de la oposición al tratamiento de esta ley que garantizaría un cupo del 1% en el ámbito público administrativo para personas trans, fue Raúl Albarracín, radical y católico, que sostuvo entre sus argumentos paupérrimos que de aprobarse la ley se trataría de una discriminación positiva sin idoneidad para los cargos.

La violencia que sufrieron Natasha y Lourdes no fueron hechos aislados, ni crímenes pasionales, ni venganzas personales; son parte de la vida cotidiana a la que están expuestas las mujeres trans, reconocidas como ciudadanas de segunda, generalmente expulsadas de los sistemas educativos y del mercado de trabajo formal. Una ley de identidad de género reglamentada con real compromiso y voluntad política, sumado a una ley provincial de cupo laboral trans, marcarían una brecha significativa en la calidad de vida de esta porción de la población que actualmente no supera los 35 años en la expectativa de vida.

La lucha que sigue

Claudinna Rukone es integrante de LOTO (Lucha y Orgullo Trans Organizadx), la primera organización trans de la provincia. Junto a sus compañeras apoyaron y movilizaron por la aprobación de la Ley de Cupo cuando se enteraron que se debatiría en la legislatura. “Nosotras no tuvimos reunión con ningún legislador, ni previa ni posterior a la presentación del proyecto. Sí nos reunimos con el presidente de la comisión de constitucionales, Marcelo Caponio, que no tenía idea de lo que representa ese proyecto para nosotras ni de como impactaría, se enteró ahí con nosotras de todo y quedo en comunicarse, pero nunca más llamó”, explica Claudinna a la vez que espera que en marzo se active el interés legislativo por la ley.

A la urgencia de contar con otras alternativas laborales y gozar de derechos a los que accede la mayoría de la población, Claudinna la resume en pocas líneas, “la situación por la que estamos pasando ahora, de una compañera trabajadora sexual baleada en la calle en el momento en el que ella está ganándose el mango y ahora padece una situación horrenda en el hospital, es la situación a la que estamos expuestas todas, porque no tenemos trabajos dignos, ni obra social, ni un lugar donde acudir cuando sufrimos violencia y amenazas, porque la policía y la salud pública nos ignora y maltrata. La sociedad piensa que nosotras vivimos de esto (trabajo sexual) por una cuestión de gusto y placer. Lo que vendría a generar el cupo laboral trans es vida digna para la gente del colectivo, que es algo que al menos el 90% de nosotras no tenemos”.

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