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En la obra, la periodista narra su proceso personal a partir de la identificación de los restos de su madre, Marta Taboada, secuestrada en 1976. Por Mariana Paterlini
El 6 de diciembre se llevó adelante en Tucumán la presentación del libro Aparecida de Marta Dillon (Sudamericana, 2015), en el que la escritora narra su proceso personal a partir de la identificación de los restos de su madre, Marta Taboada, secuestrada en 1976. El evento, que tuvo lugar en la Sala de Usos Múltiples del Centro Cultural Eugenio F. Virla, se enmarcó entre las actividades que la militante feminista y de derechos humanos llevó adelante en la provincia invitada por la Secretaría de Derechos Humanos y la Fundación Mujeres x Mujeres.
Una convocatoria para el reencuentro
Entre los rostros del público pudo reconocerse a representantes de organismos de derechos humanos, activistas, estudiantes y docentes universitarios entre otros. En el ambiente se generó una atmósfera emotiva y de respeto en la que, después de las presentaciones, fluyó el diálogo con la autora. Alejandra Schwartz, de la Secretaría de Derechos Humanos, planteó la propuesta como una lectura que cambia la vida, ya que logra poner en palabras un proceso muy especial de reencuentro muy esperado, a la vez que remarcaron que a muchos de los integrantes de la Secretaría impactó de manera especial por su doble condición al ser hoy parte del Estado, a la vez que víctimas del terrorismo estatal durante la última dictadura cívico militar. A partir de un breve recorrido por la historia de los ritos culturales de pasaje hacia la muerte y enterramiento, quedaron planteadas una serie de preguntas que giraron en torno al significado por aquello que restituyen los huesos: qué se reconstituye, qué se hace con estas apariciones.
Dillon, por su parte, inició la presentación conmovida y recuperando el momento fundacional de HIJOS como red federal, espacio de encuentro, reconocimiento y la posibilidad de comenzar a materializar ciertas posibilidades de justicia, cuando aún estaban lejos los juicios por delitos de lesa humanidad. Reconoce y explicita que fue su trayecto posterior por el feminismo el que le permitió realizar una mirada retrospectiva para releer desde el presente aquellas maternidades de las militantes de 1970.
DDHH y Feminismo
Para Marta existe un punto de contacto muy fuerte entre su trayectoria en HIJOS y su actual militancia en el movimiento Ni Una Menos. Desde su punto de vista, en este espacio aparece una nueva posibilidad de encuentro para las mujeres, a partir de permitirse ser narradas las unas por las otras. Así, no resulta casual que, en esta visita, las actividades programadas reunieran una capacitación para periodistas y estudiantes de Ciencias de la Comunicación en materia de género con la presentación de esta obra y la visita al primer centro clandestino de detención de Argentina, la Escuelita de Famaillá.
Aparecida es, además del proceso de reencuentro subjetivo de quien escribe, la puesta en valor y en circulación del relato oral, de aquellas voces que hasta ahora no se habían sentido habilitadas para hablar y que, a partir de la materialidad de los restos, encuentran la oportunidad para expresarse. Así, el recorrido de la escritura, que llevó aproximadamente un año y que fue surgiendo en la medida en que el duelo era llevado adelante, la reencontró, entre otros, con los vecinos del barrio en el que quedaba la casa de la que su madre fue secuestrada.
Cortar el cordón
A partir de las preguntas del público, Marta compartió con la audiencia su vivencia de la escritura no solo como un proceso reparatorio, sino también como una instancia de separación e individuación que permite transformar su vínculos actuales, parte y cierre de la búsqueda por recuperar la cordura.
“Después, los huesos. Chasquido de huesos, bolsa de huesos, huesos descarnados sin nada que sostener, ni un dolor que albergar. Como si me debieran un abrazo. Como si fueran míos. Los había buscado, los había esperado. Los quería”. (Aparecida)
Entre los presentes, Tina Gardella, docente a cargo de la Cátedra de Comunicación Alternativa de la UNT, destacó la obra por ubicar el foco en el relato de la vida de la militancia, por hablar de aquellos lazos de amor que surgían entre los militantes y profundizar en su dimensión de construcción política y social, y situó a la lectura feminista como a aquella lente que permite posar la mirada más allá de la tragedia.
Finalmente, Aparecida se muestra como aquella búsqueda que cada HIJO lleva adelante y que como sociedad, colectivamente, seguimos haciendo en persistencia con otras y con otros, por la Memoria, la Verdad y la Justicia.
“Mi maternidad es cuerpo a cuerpo. El aliento de las mañanas, el sudor de las noches, sus babas en los bocados que no engullen, la sangre en las rodillas, las migas entre las sábanas, las lagañas, los mocos; las cosquillas y las luchas. El lenguaje del amor no se habla, se inscribe. Esa poesía material es la que aprendí de mi madre”. (Aparecida)