El 4 de agosto de realizó la mesa panel “Los discursos de la salud interpelan el género”, donde participó la socióloga y asesora del gabinete presidencial, Dora Barrancos, la psicóloga y docente de la facultad de psicología UNT, Julia Lobo, y la psiquiatra y docente de la facultad de medicina UNT, Graciela Balderrama.
El encuentro fue organizado por Catexia, un agrupación estudiantil de la Facultad de Psicología UNT, y La Favarolo, integrada por estudiantes de medicina.
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A continuación, reflexiones de los y las estudiantes sobre lo que el encuentro les dejó:
El objetivo de este encuentro, en primera instancia, fue generar un espacio de intercambio, diálogo y discusión, con el fin de lograr una visión más completa de la temática abordada, producto del rico entrecruzamiento de las diversas perspectivas que se plantearon a lo largo de la conferencia, desde la sociología, la medicina y el psicoanálisis.
En segundo lugar, nos movilizó la necesidad de abordar temáticas de género, muchas veces postergadas en los ámbitos académicos en los que concurrimos habitualmente. Por último, hacer de la conferencia un espacio de diálogo, con el fin de estrechar los lazos entre lxs estudiantes y lxs profesionales especializados, espacios tan difíciles de generar en el contexto actual que nos toca atravesar.
La doctora Dora Barrancos comienzó la conferencia puntualizando acerca de la importancia de la figura de Freud en el campo de la Salud, en el sentido de que introduce un paradigma que se puede considerar disruptivo en contraste con las nociones de género y salud anteriores a él. Sin embargo, Dora resalta la necesidad de repensar dichas nociones desde una perspectiva propia de la crítica feminista acerca de la “Razón Freudiana”.
A su vez, de acuerdo con lo dicho rescata la importancia en el orden jurídico de la Ley Identidad de Género, la cual viene a romper con el paradigma sexo-género freudiano, y sus nociones de perversión por ejemplo.
En consonancia con esto propone la hipótesis de que lo que está detrás de la histérica es del orden Patriarcal. Sostiene que existe un sometimiento inexorable de hiper-censura patriarcal a la sexualidad. Este orden, del que son parte ciertas nociones psicoanalíticas, es de carácter normativo-bipolar.
Por otro lado, acentúa la necesidad de revalorizar la dimensión de la diversidad en la construcción de distintos aportes de diversas disciplinas que sirvieron, por ejemplo, para pensar en la ley de matrimonio igualitario, de identidad de género, entre otras conquistas de derechos propias del campo jurídico. Destacando ciertas dificultades desde el psicoanálisis clásico para pensar en las familias diversas o disidentes, que no se ajustan a los modelos tradicionales.
Propone que actualmente existe una necesidad desde el psicoanálisis de una reconfiguración, desde los aportes y teorías de género y feministas. Ya que, la sociedad continúa reproduciendo lógicas binarias, pero estas lógicas se ponen en cuestión cuando emergen, como síntomas, nuevas realidades y configuraciones de esta naturaleza.
“No hay norma moral que pueda ser especular en la idea de una configuración de un orden simbólico que remita a la meta estabilidad de una regencia normativa. No hay nada regulativo, ‘moral’ que afinque en la situación natural”
Dora Barrancos
La doctora plantea, finalmente, que no fue un sistema disciplinar el que rompió con las concepciones clásicas del orden natural, sino que esta ruptura se llevó a cabo desde el campo del derecho a partir de las luchas sociales.
Posteriormente, la médica psiquiatra Graciela Balderrama destacó la importancia de las conquista de las luchas feministas tanto en relación a los derechos de las mujeres como con las temáticas académicas que no eran trabajadas anteriormente.
De su amplia experiencia en el trabajo con víctimas de violencia de género, planteó la necesidad de revalorizar la escucha en la disciplina médica. Esto implica sostener en la práctica la sensibilidad necesaria para la comprensión de los casos de violencia de género, cuidando siempre de no patologizar. Ejemplificando con numerosas situaciones en las que distintas pacientes presentan lesiones que no condicen con sus propios relatos. Casos que, junto con un trabajo de psicoterapia, pueden llevar a la posibilidad de una denuncia efectiva, y la necesaria restitución de derechos.
Finalmente, insistió en el trabajo interdisciplinario con perspectiva de género, como un medio privilegiado para la comprensión integral de los casos de violencia tan recurrentes en nuestra actualidad.