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A pocas semanas de arrancar con la escena fuerte de la 8ª Bienal Argentina de Fotografía Documental, desde su organización promueven las conferencias, talleres e inauguraciones de las muestras; “la fotografía nos atraviesa a todos y todas”, expresó su co-director, Diego Aráoz.
“Queremos brindar un espacio para el debate y la actualización teórica, sobre cómo abordar al documento fotográfico con una mirada contemporánea, atractiva, y fundamentalmente subjetiva, de manera que aporte también a la reflexión. Del mismo modo, es también una manera de ratificar la necesidad de un compromiso con la realidad y la memoria, conceptos tan importantes para forjar una sociedad democrática y tolerante”, manifestaron los directores, Julio Pantoja y Gabriel Varsanyi, antes de comenzar la 1ª Bienal Argentina de Fotografía Documental, en el año 2004. En aquel entonces, Facebook, Instagram, Twitter -y demás redes que promueven la práctica fotográfica- y los teléfonos celulares con cámaras fotográficas integradas, no estaban al alcance de las masas y la práctica era algo más exclusiva de menos personas que ahora.
Fotografía expandida
“Te invitamos a presentar propuestas para una exposición colectiva, cuyo principal objetivo es reflexionar sobre los alcances, límites y potencialidades de la fotografía documental en la contemporaneidad”, enuncia una de las convocatorias que más éxito tuvo de la 8ª Bienal Argentina Documental, que inaugurará su muestra a mediados de octubre.
Entre la primera y la última Bienal pasaron muchísimos fotógrafos y fotógrafas, exposiciones, conferencias, charlas, debates, talleres, revisiones de portfolios, almuerzos, cenas y charlas amenas entre organizadores, disertantes, participantes y el público en general. En medio de tanta experiencia, resulta notorio un cambio paradigmático alrededor de la práctica fotográfica. “La convocatoria, Expandir la fotografía, es para obras que problematizan el lugar de la fotografía documental, no sólo en la producción individual sino también como creación colectiva y repertorio visual vivo y mutable de una comunidad; que utilice tanto la memoria, el archivo colectivo y la fotografía, como dispositivos de pensamiento y acción en constante transformación”, continúa la convocatoria ya cerrada. “También se busca explorar en la mutabilidad de las técnicas y prácticas fotográficas capaces de sumarse al complejo universo de las artes visuales y performáticas, desdibujando límites y fronteras, entendiéndola como parte de un todo en el que confluyen diversos lenguajes tales como performance art, teatro, danza, arquitectura, música, etc”, finaliza.
“Estamos muy contentos con la inmensa cantidad de proyectos que aplicaron a todas las convocatorias, desde Tucumano/a se busca hasta Marea Verde, con la última recibimos 450 propuestas de distintos países como Chile, México y España, entre otros. Estas cifras dan cuenta de la envergadura del proyecto que, claramente, tiene alcance internacional”, expresó Diego Aráoz, actual co-director de la Bienal 2018.
Un proceso
“Si mal no recuerdo, empecé a trabajar en la 4ª Bienal (2010), ayudando con el manejo de redes sociales y, poco a poco, haciéndome responsable de otras funciones hasta llegar a la 7ª y 8ª, junto a su director y fundador, Julio Pantoja”, dijo Aráoz. “Más allá de las funciones que tenemos, siempre tratamos de aportar desde lo que uno conoce, intuye o considera, al punto de que la autoría de los aportes propuestos de manera individual, se pierden en un proceso colectivo de construcción”, agregó.
“De todas maneras, estoy vinculado a las bienales desde la 2ª, porque me presenté en la revisión de portfolios y mi laburo “Santa Lucía. Arqueología de la violencia” quedó como uno de los considerados y lo pude mostrar en la 3ª. A partir de allí, creo que pasé por todas las instancias posibles de trabajo; colaborador, comunity manager, revisor de portfolio luego… todas fueron experiencias que me dieron una perspectiva muy completa desde la gestión”, continuó Araoz.
Mutabilidad constante
“Creo que en esta edición se puede apreciar un quiebre en relaciones a las Bienales anteriores; por ejemplo, el taller de Andrea Jösch y Cora Gamarnik (Fotografia y política) y el taller coordinado por miembros de SubCoop (Identidades. Taller de producción e intervención fotográfica colectiva), que tendrán lugar en Famaillá y Tafí Vijeo respectivamente, saldrán de ciudad capital y eso es una novedad. El taller de foto y política se realizará en la Escuelita de Famaillá, Ex Centro Clandestino de Detención (CCD) y actual Espacio para la Memoria y la Promoción de los Derechos Humanos, con el objetivo de acompañar el proceso político de sostener ese espacio en dos etapas. Una fue en julio, es decir con antelación a la fecha fuerte de la Bienal y, otra, que será una visita el sábado 20 de octubre a la Escuelita.
Por otro lado, las instalaciones callejeras, que habrá en Plaza Independencia alrededor del Bicentenario de la Independencia Argentina, de Alessandra Sanguinetti y Pablo Corral Vega serán fruto de una consolidación de ideas pensadas en bienales anteriores”, explicó.
Transitar “la Bienal”
“Cuando arranca la parte fuerte de cada edición viene mucha gente de otras provincias -incluso países-, al margen de que participen activamente o no, entonces, se genera un clima muy ameno de camaradería y amistad. Hay proyectos que nacieron en ese contexto y trabajos que arribaron al país por primera vez a través de la Bienal y, que luego, continuaron visitando y transitando otras provincias y espacios, como fue el caso de Myriam Meloni, que empalmó con otros espacios del país luego de la Bienal”, continuó.
“También se produce un fenómeno muy curioso en torno a las visitas y es que todos y todas, prácticamente, fotografían Tucumán y, en algunos casos, funciona como un punto de partida para proyectos nuevos. En esta oportunidad, Estaban Pastorino (La Plata – Argentina) y Nicolás Sáez (Chile), dos referentes muy destacados de la fotografía, fueron invitados para participar de la muestra que se hará en el MUNT (Fotografía Expandida) y, posteriormente, ambos abordarán un trabajo alrededor del cierre de los ingenios azucareros, cerrados durante la dictadura de Onganía”, explicó.
Octava Bienal Argentina de Fotografía Documental
“Hay 16 años de trabajo entre la primera edición y ésta. Se trata de un festival instalado con mucha solidez y conocido desde un plano internacional. Pasaron por aquí grandes referentes de la fotografía como Fred Ritchin, Pedro Meyer, Sara Facio, Alessandra Sanguinetti, Claudi Carreras Guillén, Francisco Matarrosas, Santiago Porter, Diego Levi, Tony Valdez, Res, Eduardo Longoni, entre tantos y tantas más.
La fotografía es algo que nos atraviesa a todos y todas actualmente y creo que por esta razón, “la Bienal” es un evento de incumbencia para la comunidad en general y no sólo para quienes dedican su trabajo y/o punto de interés desde la fotografía y producciones visuales. Están todos y todas invitadas a participar”, arengó Diego Aráoz desde La Nota.