Fuera de Foco cierra sus puertas

Por Luciana Galván

Ya el título del texto condiciona el comienzo de esta escritura y no me deja comenzar a contar de una manera más poética y épica la historia de este lugar, que realmente se lo merece. Es que desde hace más de nueve años Fuera de Foco se abre a artistas locales, nacionales y latinoamericanos y se ha caracterizado por fogonear y alentar incansablemente la actividad cultural en Tucumán. Es hogar del histórico grupo teatral Manojo de calles, pero que también albergó a otros grupos y artistas.

Hoy, luego de una ardua crisis económica contra la que han batallado, debe cerrar sus puertas. Una situación bastante parecida a la que viven otras salas en Tucumán. El silencio desde el Ente Cultural de Tucumán demuestra el poco o nulo interés en esta situación y la ausencia de políticas culturales que apoyen verdaderamente a les artistas y sus proyectos.

Espacio y tiempo

Subiendo desde Ejército del Norte por calle Mendoza unas pocas cuadras, llegaremos a Fuera de foco, un espacio cultural plantado en un barrio tucumano que es como una intersección entre Barrio El Bosque y Villa Luján. Desde hace varios años la colectiva de trabajadorxs alquilaba este espacio, pero ahora fue vendido y tendrán que desalojar hasta fines de febrero. Si bien, entre ellxs estuvo la intención de comprarlo, la posibilidad de concretarlo era casi imposible.

Verónica Pérez Luna, una de las trabajadoras y artista fundadora del proyecto, confiesa con la voz llena de nostalgia, que no saben aun a dónde se trasladarán. Su relato tiene una inevitable revisión del pasado, porque se pregunta en el fondo… ¿cómo llegaron a estar embalando hoy sus cosas?, pero también rememora y se enorgullece de la construcción colectiva que proponen desde hace años.

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El lugar era antiguamente el taller de la pareja de artistas plásticos tucumanos, Ezequiel Linares y Yolanda Del Gesso. Pero, antes de llegar allí, Manojo de calles pasó por otros espacios. Primero, trabajaban en una oficina pequeña, de la llamada “cúpula”, en San Juan y Maipú, que les permitió instalar su proyecto Fuera de foco de intervenciones a las calles del centro tucumano. Luego, pasaron a La Roja, en Marcos Paz y pasaje Yrigoyen, donde estuvieron tres años. Le pusieron ese nombre porque estaba cerca de viejos prostíbulos de Tucumán, “una pequeña casa que se convirtió en un gran foco de acción artística”.

De los recuerdos que se van desprendiendo en los audios de Verónica, es evidente una clara concepción del arte como acción, como movimiento. “El arte es político para nosotras, mueve cosas.”

Los golpes de la crisis

Es innegable que el gobierno anterior atentó gravemente contra el empleo, la salud, la educación, la vivienda entre otras necesidades del pueblo, pero también arremetió contra la producción artística. Verónica reconoce que este cierre es también una consecuencia de la era macrista, un golpe final a un lugar que luchó con todas sus fuerzas.

“El gobierno anterior golpeó desde lo económico, pero también desde lo simbólico. Antes, podíamos reconocer que se estaba instalando una apertura que yo no la había vivido desde el retorno de la democracia, poder empezar a hablar de otra manera, con otras palabras, con otro lenguaje, correr los límites de esta cultura patriarcal, capitalista, hegemónica, fachista y el macrismo es como que nos dijo: ‘no chiquitos, ¿qué se creyeron? Los pobres son pobres, los putos son putos, las hembras son hembras y aquí nadie se mezcla con nadie, y el teatro es un arte menor y la cultura nos importa tres carajos’. ’’

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Como sala, la colectiva venía comunicando desde hace tiempo su complicada situación económica como espacio independiente, no solo para pagar los impuestos altísimos, sino para lograr la habilitación y adecuación del espacio, que terminaron acondicionando en parte con donaciones de los mismos trabajadores. En noviembre de 2019, dieron a conocer su reiterada lucha para que el INT (Instituto Nacional del Teatro) les pagara una serie de subsidios y giras que aún les adeuda, a ellos y a otros grupos más de la provincia.

“Nuestra sensación es de agotamiento. Estamos cansados, ¿cuánto tenemos que probar los artistas para que nos den lo que nos corresponde?”.

Su pedido pasa por la exigencia de políticas más humanitarias que valoren el trabajo y esfuerzo de los artistas por parte del Estado, con reconocimientos que sean un “apoyo concreto y real”.

Manojo de calles tiene más de 25 años de trabajo en la provincia y fue destacado por el INT en el año 2017 con el premio a la trayectoria, como primer colectivo regional del NOA, premio que aun les adeudan.

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“El trabajo que hemos hecho con Manojo fue siempre enfocado en el otro, nunca ha sido encerrados en el exitismo, ni en los premios, ni en el propio recorrido personal, siempre ha sido un trabajo con una proyección social.”

Fuera de foco ha sido un foco muy importante de las artes tucumanas, el teatro, la danza, la performance, la música, el cine, la plástica; cargado de mucha energía artística, de mucha apertura y abierto a los más jóvenes, solidario y compañero. Un lugar con una impronta feminista muy marcada. Un espacio que por ahora apagará sus luces, pero los espacios son también las personas que los habitan, y aquí hay trabajadores y amigos con una pasión por el teatro que apuestan al encuentro y a la construcción colectiva para rato.

La Nota habló con Verónica Pérez Luna, pero elles son muches más: Tita Montolfo, Sandra Pérez Luna, además de Alejandra Monteros, Milena Prelli, Pepa Saurus, Liliana Ale, Yoca Gil, Fede Galetti, Freddy Curtis, y antes estuvieron también, Ana Hynes, Inés Haedo, Sandra Centeno, Iván Santos Vega, y los Manojos itinerantes Celeste Lafuente y Jorge Aleman; también Eliseo Jantzon, Pedro Lisman, Darío Mansilla, entre otres muchos más compañeres.

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