El Observatorio Astronómico Ampimpa invita a descubrir los secretos del cosmos

Enclavado a 2.500 metros sobre el nivel del mar y con una vista privilegiada de los valles de Amaicha y Santa María, Observatorio Astronómico de Ampimpa ofrece una propuesta única en el continente.

El Observatorio Astronómico Ampimpa, en los Valles Calchaquíes, ofrece una propuesta única en el continente, que además de la observación del espacio y fenómenos como las lluvias de estrellas y tours astronómicos en uno de los cielos más límpidos del país, incluye hospedaje, gastronomía tradicional y catas de vinos regionales.

Algunas propuestas de esta institución no gubernamental, declarada de interés turístico por el Ministerio de Turismo y Deportes, son sus safaris astronómicos y fotográficos; observación de eclipses de luna, como el ya agendado en el calendario 2022; expediciones especiales y visitas de contingentes de estudiantes o familias.

Un fenómeno especial y que tiene mucha demanda es el que ocurre durante toda una semana en diciembre: la lluvia de estrellas, que se observan a simple vista, y que aseguran puede mostrar unas 30 estrellas fugaces por hora.

El Observatorio Ampimpa, también declarado de Interés Educativo por el Ministerio de Educación, ofrece al turista la posibilidad de hospedarse y conocer los secretos del cielo sin tener que trasladarse más que unos metros, con promociones, descuentos y una carta gourmet temática que lleva a recorrer “los sabores del universo”.

Su creación, en 1985, fue para la llegada del Cometa Halley, que tras la observación con sus dispositivos y cámaras fotográficas, se elaboró un material que fue distinguido por la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA), de Estados Unidos.

El Observatorio, cuyo lema es “Una ventana del universo”, se encuentra a 150 kilómetros de San Miguel de Tucumán, en el kilómetro 107,5 de la Ruta Provincial 307, vecino al pueblo de Ampimpa y cerca de Tafí y Amaicha del Valle.

De marzo a noviembre es el momento ideal para la observación, porque los cielos son impecables a 2.500 metros sobre el nivel del mar y donde el espectáculo, que comienza a las 18 y finaliza a las 23, se puede observar con reserva previa.

Además, desde las 17 se recorre el sendero autoguiado “Del Big Bang al Hombre”, que relata el origen del universo, la formación del sistema solar, la Tierra y la aparición del ser humano.

Una charla a cielo abierto donde se conocen las estrellas, planetas y satélites es la antesala de la actividad, cuando a las 20.30 se abre la cúpula y se inician las observaciones junto con relatos, explicaciones y datos curiosos.

Durante la madrugada, el público que elige quedarse en el alojamiento de Ampimpa, puede disfrutar de la segunda etapa de observaciones astronómicas con telescopio, durante la madrugada y, al amanecer, la salida del sol, con el detalle de las manchas y llamaradas solares para coronar la estadía.

Los dormitorios disponen de toda la ropa de abrigo que exige el lugar, y ningún turista comparte su espacio ni su baño con desconocidos, debido a los protocolos que impone el coronavirus, y de las diez cabañas disponibles se utiliza el 50%, en tanto el instrumental es desinfectado y sanitizado con rayos UV.

La jornada completa con hospedaje tiene un costo de 3.750 pesos por persona, pero hay promociones que permite a una familia utilizar el sistema de 4×3, en base cuádruple, con menores de cuatro año sin cargo,y otra promoción ofrece un descuento de 12% para dos personas.

El director del establecimiento, profesor Alberto Mansilla, que desde hace 26 años cumple con esa función, sostiene que “una de las cosas más valiosas que genera el astroturismo, y en especial el Observatorio de Ampimpa, es que los padres y los hijos aprenden juntos”.

“Lo importante es que la gente sepa que aquí se realiza todo con los máximos cuidados y la máxima preparación pedagógica para comprender los fenómenos del universo”, añade, y asegura que la propuesta “aquí se desarrolla con un trato personalizado para grupos pequeños, donde a muchos impacta la comprensión de la magnitud del universo, y otros se emocionan con la observación de la luna con telescopio o poder ver los anillos de Saturno”.

El Observatorio recibió el certificado Safe Travel del Consejo Mundial de Viajes y Turismo, por cumplir con los protocolos de bioseguridad en pandemia, y cuenta con el sello Todxs Bienvenidxs de buenas prácticas de Turismo LGBT, dentro del Programa de sensibilización y capacitación de este segmento.

En cuanto a la oferta gastronómica, la carta incluye nombres singulares vinculados a la actividad, como las entradas “Triángulo Astral”, “Canastita de Orión” y “Timbal Estelar”, y platos principales como “Tortilla solar”, “Pizzeta Galáctica” y “Tallarines Big Bang”.

Las recetas incluyen productos autóctonos de la región y pueden ser preparadas en forma tradicional y gourmet, lo mismo que los postres “Nebulosa de cayote”, “Vía Láctea” y “Merenguitos Centauros”.

El Observatorio está junto al poblado que le da el nombre, donde viven unas cien familias de origen diaguita que se dedican a la agricultura familiar, elaboración de quesos y artesanías.

El vino patero es un clásico de la zona que tiene características únicas, y también los emprendimientos bodegueros que integran la Ruta del Vino Tucumano son parte de los atractivos, entre ellos el único del país administrado por la comunidad indígena amaicha.

Fuente: Télam

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