La directora argentina fue galardonada por el Festival de Films de Locarno dentro de la competencia The Films After Tomorrow. El documental aún está en proceso.
Mientras la Comunidad Indígena Los Chuschagasta aguarda una respuesta de la Corte Suprema de Justicia de la Provincia para que deje firme la sentencia que condenó en 2018 a los asesinos de Javier Chocobar, el documental “Chocobar“, de Lucrecia Martel, fue premiado con el Leopardo 2020 en el Festival de Locarno.
El documental de la realizadora argentina actualmente en producción, inspirado en asesinato del comunero indígena en 2009, recibió el principal premio de la actual edición del festival, valorado en 70.000 francos suizos.
“El galardón es, por supuesto, una importante ayuda financiera pero también una marca de prestigio que alienta futuras inversiones”, expresó Martel a Variety. “Sumas como esta alientan desafíos narrativos”, agregó.
En cuanto a la trama del proyecto, sostuvo: “El reto es exponer el engaño a través del cual justificamos sacarle ventaja a otras personas, abusando de su tiempo y sus territorios. Los mecanismos por los cuales nuestra cultura -cuyo grito de guerra es la propiedad- niega a las comunidades indígenas. El film representa el visible racismo argentino, que es la única explicación detrás de estos habilidosos fundamentos”.
Martel define a “Chocobar” como un “documental creativo e híbrido” porque (el film) “fue herido de muerte por sus pretensiones de ser un documental, ya que el problema en esta historia es el documento, lo que está registrado; lo que no. La ficción no resuelve el conflicto, pero puede animar los documentos. Partimos de la idea de que el racismo es una ficción que se ensaya diariamente, por lo que muchos de sus actores olvidan que están actuando”.
Pedido de justicia
Hace pocas semanas, en pleno invierno y en el contexto de pandemia, la Comunidad Indígena Los Chuschagasta instalaron un campamento permanente frente al Palacio de Tribunales, luego de que quedaran en libertad los tres acusados del asesinato de Chocobar: Darío Luis Amín, Luis Humberto Gómez y José Valdiviezo.
En 2018, a casi 10 años del crimen, finalmente habían sido condenados a 22 años, 18 y 10 respectivamente. Al cumplirse los 18 meses de prisión preventiva, quedaron en libertad, al no quedar firme la sentencia.
“Vemos que en la Justicia hay un vacío legal terrible, una desidia. La Justicia tucumana mira para otro lado y parece que los Derechos Humanos y los Derechos Constitucionales de nosotros como pueblos originarios son de segunda”, afirmó Nancy Chocobar, vocera de la comunidad Los Chuschagasta en una conferencia de prensa.
La Justicia no solo adeuda una sentencia firme, continúa pendiente la acción civil con las respectivas indemnizaciones. En el fallo de 2018, también se hizo lugar, en forma parcial, al pedido de reparación por el daño moral contra Antonia Hortensia Mamaní, la viuda de Javier Chocobar, quien debe recibir la suma de 735.000 pesos; Andrés Mamaní, 847.550 pesos que ayudarán a procurar su recuperación de los daños sufridos, y Emilio Mamaní, 509.160 pesos.