Se despertaron con su habitación ardiendo en llamas. El lunes 6 de mayo, un hombre prendió fuego la habitación donde vivían cuatro lesbianas en un hotel familiar en Barracas, Buenos Aires, mientras dormían. Las cuatro fueron trasladadas a diferentes hospitales, en el transcurso de la tarde falleció Pamela Cobos, quien estaba internada en el Hospital del Quemado. Andrea Amarante y Mercedes Figueroa están muy graves con el 70% y el 90% de quemaduras en el cuerpo, mientras que Sofía Castro Riglos es la única que está consciente y quien pudo dar testimonio sobre el hostigamiento que sufrían por parte de vecinos que vivían en la misma pensión.
A través de medios de comunicación, testigos señalaron que el fuego se habría iniciado cuando uno de los inquilinos arrojó una bomba molotov dentro de uno de los cuartos que estaba habitado por varias mujeres y eso provocó que el fuego se extendiera. El agresor fue identificado como Justo Fernando Barrientos, un hombre de 62 años.
“Tomamos intervención desde la Defensoría LGBT de la Defensoría del Pueblo de CABA, cogestionada con la Federación Argentina LGBT, apenas nos enteramos por las redes sociales”, contó María Rachid, titular del Instituto contra la Discriminación. “Pudimos hablar con las autoridades de cada hospital y con Sofía, la única que podía hablar. Nos contó que estaban siendo hostigadas y perseguidas por la gente que las agredió”.
Barrientos, quien era vecino de las mujeres, también quedó internado por una autolesión, mientras que otras dos personas tuvieron que ser internadas por inhalación de humo, y 30 otras que vivían allí fueron evacuadas a causa del incendio.
“La Justicia aún no caratuló la causa, desde la Defensoría enviamos el informe de crímenes de odio para que tengan la perspectiva de crimen de odio para carátula”, expresó Rachid sobre la intervención judicial.
El caso causó gran conmoción ya que se da en un contexto donde los discursos de odio contra el colectivo LGBT se replican en medios de comunicación, redes sociales e incluso avalados, producidos y reproducidos por el gobierno Nacional de Javier Milei. Se suma a este contexto el cierre del INADI, el recorte en las políticas públicas destinadas a frenar la discriminación y la violencia de género, entre otros más.
En ese sentido, Rachid agrega: “Los discursos de odio tienen una relación directa con la violencia y la discriminación que hay en la sociedad y cuando esos discursos de odio se profundizan, como ha sucedido en los últimos meses, y además tienen aval del Estado como sucede con el gobierno nacional, es muy grave. La violencia, la discriminación y los crímenes es probable que aumenten en los próximos meses, porque han aumentado muchísimo los discursos de odio en los medios de comunicación, en las redes sociales. Es muy grave lo que está pasando”.
La misma noche del lunes se autoconvocaron de manera virtual más de 200 lesbianas y personas trans de todo el país para pensar estrategias de resistencia ante este hecho de violencia extrema que ya se cobró una vida.
“El ataque nos produce profundo dolor y enojo: no fue un hecho cualquiera, fue un acto de odio hacia las lesbianas. El crimen ocurrió en un contexto de extrema precariedad de la vida, donde las cuatro vivían hacinadas en una habitación, y donde diariamente las identidades LGTBQI+ somos foco del aumento de la violencia”, manifestaron en un comunicado que difundieron este martes.
“La violencia hacia nuestra comunidad es un hecho político que encuentra tierra fértil cuando los gobiernos fundan imaginarios colectivos que se basan en el desprecio a los derechos humanos, el quebrantamiento de los lazos sociales y la cultura, la sujeción a doctrinas económicas salvajes y el fomento de ideas misóginas y odiantes de las diversidades”, agregaron.
