Resumen del contenido Mostrar
El 20 de abril se celebra el Día Internacional de la Marihuana. En las últimas décadas, la cultura cannábica ha ido ganando espacios de lucha, introduciendo en el Estado y en la agenda pública, problemáticas concernientes al cultivo, tenencia, consumo y transporte de una planta que es ampliamente utilizada en medicina para tratamiento colaborador de diferentes patologías, en todas las edades y con pocas restricciones.
La planta de Cannabis sativa se vincula con los humanos desde hace más de diez mil años. Viene de Asia Central, siendo una de las primeras plantas domesticadas de la que se tiene registro y, desde allí, se extendió al resto de Asia, África y Europa, llegando a América con la colonización, principalmente con los esclavos afrodescendientes. Antiguamente, se usaba no solo la flor de la planta, sino sus fibras (cáñamo), semillas y hojas (como alimento). En muchas culturas milenarias, la planta era usada por sus efectos psicoactivos en rituales ceremoniales, culturales y espirituales, trazando la delgada línea entre el etiquetado de medicinal-recreativo que resulta ser, al final del día, casi lo mismo pues ¿quién se atrevería a cuestionar que los momentos recreativos no son saludables?
¿Sabías que?…
- La reina Victoria usaba cannabis para dolores menstruales.
- El cáñamo tiene 5 veces más duración que el algodón.
- La planta de cannabis es nombrada en la Biblia en reiteradas ocasiones. También hay evidencia científica del uso de cannabis en aceites para curar enfermos en la época de Jesús, tradición heredada de los magos judíos.
- En 1797, en pleno Virreinato del Río de la Plata, durante el auge del imperio español, un joven Manuel Belgrano escribía “Utilidades que resultarán a esta provincia y a la península del cultivo de lino y cáñamo”, el cual buscaba usar la fibra de cáñamo para la producción de velas, telas y otros accesorios marítimos. Al parecer, Belgrano era experto en fechas de cultivo para siembra y cosecha de esta planta
El autocultivo y la autoatención como modelo de resistencia
¿Por qué es necesario introducir el debate cannábico dentro de los espacios de salud?
El modelo medico hegemónico imperante tiene como característica una asimetría en la relación médicx-paciente, debido a que, desde un lugar de saber, hay una bajada de línea directa sobre los tratamientos (mayoritariamente farmacológicos) de las patologías. En esta estructura asimétrica de poder, es que el cannabis viene a ofrecer una especie de dialogo-puente entre el profesional y la persona que consulta, ya que propone la oportunidad de autocultivo de la propia medicina. La práctica de cultivo de cannabis está en aumento, favorecido por la Ley de Cannabis Medicinal y por la implementación del permiso REPROCANN, el cual favorece el cultivo seguro domiciliario. Muchas veces, el cannabis es puerta de entrada a un contacto más estrecho con la tierra, ya que se trata no solo de una planta medicinal, sino una que obliga a adquirir información sobre su cuidado. Y en ese contacto con la naturaleza, es que también se abre la posibilidad a un mundo de información relacionada con cultivos orgánicos, medio ambiente y, porque no, soberanía alimentaria. En muchísimos casos, el cultivo cannábico es el puntapié inicial de la huerta.
La opción de autocultivar la medicina tiene también un costo económico mucho menor de lo que la industria farmacéutica cobra los fármacos que se usan para las patologías que también se tratan con cannabis. En Tucumán, se produjo un estallido de emprendimientos cannábicos que ofrecen variedad de productos para cultivo y producción, así como para consumo y recreación. Comidas, aceites, accesorios y abonos orgánicos son el indicador de que la medicina cannábica no es una moda, sino una elección de vida y de salud, detrás de la cual hay también intereses económicos, por eso es importante resignificar el autocultivo desde la autonomía en los domicilios, generando resistencia a que la industria farmacéutica y el mismo Estado hagan negociados con multinacionales para quedarse con el quiosquito de la medicina de las plantas.
Se sabe, según diversas investigaciones, que la demanda en la consulta médica es reducida en proporción con el porcentaje de enfermedades que ocurren en la población, ya que la mayoría de casos son atendidos por el grupo familiar más cercano, y no por el sistema de salud. En el campo de la antropología médica, se habla de esto como el llamado proceso de autoatención, en el cual la mayoría de lxs enfermxs y sus entornos cercanos, van creando saberes para entender y atender esas dolencias. Y en ese auto instruirse, se consulta (o no) a un profesional de la salud. La autoatención es el primer nivel de atención, prevención y comprensión de la enfermedad. Después, el médico. Muchas veces la persona enferma decide, por voluntad propia, no seguir indicaciones médicas u omitir ciertos aspectos del tratamiento.
En el cannabis, en la mayoría de los casos es el mismo paciente el que conoce sus efectos, sus dosis y la tolerancia a ciertas formas de presentación, debido a un análisis exhaustivo por la misma experiencia de su enfermedad. La propuesta de este modelo de atención no es negar ni anular el rol del profesional de la salud en el proceso de salud-enfermedad, sino visibilizar las ventajas que propone la medicina de la marihuana como complemento a la terapéutica alopática. Pensar la autoatención no es pensar en automedicación, sino proponer un modelo de tratamiento consciente y autodidacta sin estigmatizar ni patologizar a las prácticas alternativas que buscan, finalmente, mejorar la calidad de vida de las personas.
Resulta más peligrosa la sugestión de las publicidades de ciertas pastillas en cualquier canal de noticias, que permitir que una persona experimente la medicina de plantas en su cuerpo, entendiendo que no existe la sobredosis por el consumo de cannabis. Si recordamos que la industria farmacéutica gasta anualmente 57 billones de dólares en publicidad y marketing, entenderemos que la salud sí es un negocio, y que la apuesta a modelos amorosos de atención, vinculado con las plantas, no le conviene ni al que produce el fármaco, ni al que lo distribuye, ni al que lo receta.
La no dependencia del personal de salud a cargo es también una manera interesante de permitir el rol activo y autodidacta del paciente. En este modelo de autoatención que ofrece la marihuana, no hay intención de desaconsejar la consulta al profesional de salud, sino una invitación más bien a participar activamente del proceso de curación, con toda la información posible.
En la actualidad las diferentes organizaciones y movimientos sociales, que vienen históricamente militando leyes que protejan los derechos de aquellos consumidores que deciden plantar, vienen a poner en tensión las fallas visibles del sistema de salud, en conjunto con la desinformación que hay de la medicina cannábica dentro de los consultorios. El cannabis viene a proponer abordajes de salud interdisciplinarios e integrales de las diversas patologías, entendiendo que los padecimientos crónicos pueden tener una calidad de vida adecuada, sin acudir a procesos de sobre medicalización de sus condiciones.
También se propone la circularidad y horizontalidad en la difusión de la información, metodología histórica que caracteriza al consumo cannábico en nuestro país. Las principales difusoras de la medicina cannábica en Argentina fueron madres y familiares de pacientes con diferentes patologías, quienes siempre brindaron herramientas para empoderar otras familias en el consumo de la medicina de sus niños, llevando el debate al campo de salud. Desde los hogares, la demanda social llegó a la academia para fomentar y financiar diferentes investigaciones que se realizan en la actualidad en Argentina.
Este avance científico supone un triunfo para aquellas personas que fueron aprendiendo sobre los efectos y dosis de cannabis experimentando con sus cuerpos, por falta de información precisa hasta no hace mucho tiempo. El campo a investigar es amplio, y toca al personal de salud, estar a la altura de las demandas que crecen día a día en los consultorios.
En provincias conservadoras como la nuestra, todavía hay una gran resistencia al avance cannábico en la atención médica, más que nada por prejuicio y desinformación.
No debería ser ajeno al profesional de salud la variedad de tratamientos alternativos o vinculados a la tierra, a la espiritualidad y a las plantas, que circulan. Pero en la realidad, hay una incapacidad manifiesta de convivencia entre el modelo de salud propuesto por la interculturalidad de nuestras regiones (territorios de curandería y chamanismo) y el modelo médico hegemónico.
Uso medicinal del cannabis
El cannabis no cura ninguna enfermedad específica, pero colabora mejorando la calidad de vida del consumidor y, muchas veces, de su círculo familiar, actuando como complemento en el tratamiento de algunos síntomas.
Gracias a los avances en la investigación científica, producto de los reclamos sociales de usuarios y consumidores cannábicos, se puede establecer beneficios en las terapéuticas de las siguientes patologías, entendiendo que cada caso es particular y que las dosificaciones son muy personalizadas y específicas:
- Epilepsia
- Parkinson
- Autismo
- Alzheimer
- Esclerosis múltiple
- Enfermedades intestinales inflamatorias
- Síndrome de ansiedad generalizada
- Insomnio
- Depresión
- Diversas psicosis
- Psoriasis
- Acné
- Estrés
- Anorexia
- Cáncer, metástasis
- Lupus
- Fibromialgia
- Artritis, artrosis
- Dolores musculares
- Migraña
- Diabetes tipo 1
- Adicciones
- Osteoporosis
- Acompañante de quimio y radioterapia
Dentro de las formas de administración, recordamos el proceso de autoatención y elección del consumo que se adecue a las necesidades de la persona, y a la situación socio-económica de cada quien:
- Vía oral o sublingual: las tinturas, aceites y resinas. El efecto se demora más en iniciar, pero tiene una mayor duración. Estos efectos lentos son una buena opción para el tratamiento de patologías o dolores crónicos.
- Inhalada: fumada/vaporizada. Es recomendable siempre vaporizar la medicina para evitar efecto nocivo de la combustión. El efecto es inmediato, pero dura menos cantidad de horas, ideal para los síntomas de tipo sorpresivos o agudos.
- Tópica: bálsamos, ungüentos, cremas y pomadas. Son de aplicación local sobre la piel.
- Vaginal: óvulos. No se consiguen en nuestra provincia con tanta facilidad.
- Digestiva: alimentos elaborados a base de leche, manteca o bebidas con cannabis. El efecto es duradero, pero depende mucho de las concentraciones utilizadas en la elaboración de los alimentos.
El consumo de cannabis presenta interacciones no deseadas o perjudiciales con algunos antipsicóticos, antidepresivos, anticoagulantes, tranquilizantes y anticonvulsivantes, entre otros. En caso de estar bajo tratamiento con alguno de estos fármacos, se recomienda consulta a profesional de la salud con formación cannábica para regular y adecuar las dosis. Nunca la apuesta es a la automedicación sin información ni consulta previa.
Avances cannábicos en la actualidad
Desde el año 2021, rige en Argentina el REPROCANN (Registro del programa de cannabis), el cual brinda resguardo legal a los cultivos domiciliarios de hasta 9 plantas en etapa de floración, así como el transporte de hasta 40 gr de flores o 6 frascos de 30 ml de aceite.
Ese mismo año, se abrieron 13.339 causas bajo la ley de drogas actual, siendo la mitad de estos procesos para consumo personal. La persecución policial a lxs consumidores de cannabis, bajo la consigna de disminuir las estadísticas de “narcotráfico”, solo deja entrever la desinformación y las estrategias políticas de desviar la atención de los reales responsables del narcotráfico en este país, que no son los consumidores y militantes de la medicina cannábica.
En un país que tiene cada vez más vínculo con el narcotráfico (la situación actual de Rosario) hay ciertas plazas que se deben completar con un cupo delimitado para poder justificar la lucha contra el tráfico de drogas. Lxs usuarixs cannábicos caen muchas veces presxs, o son demoradxs, por causas inventadas o por tenencias de marihuana en cantidades insignificantes, mientras los reales empresarios que llenan de drogas duras los barrios y las infancias, están libres y haciendo alianzas políticas con el poder de turno.
En mayo de 2022, se aprobó la ley que crea el marco regulatorio para la industria de cannabis medicinal y cáñamo industrial. Esto permitió la creación, en 2023, de la Ariccame (Agencia regulatoria de la industria de cáñamo y de cannabis medicinal), la cual nuclea pymes dedicadas a desarrollar nuevas tecnologías y producir aceite. Nuestra provincia vecina de Jujuy cuenta con Cannava, la primera planta industrial de procesamiento de cannabis de uso médico. La importancia de la reglamentación de esta ley es que, una vez activa, podrá controlar y emitir autorizaciones para el uso de semillas y derivados de cannabis, incluyendo cáñamo con fines industriales.
Los avances en cuanto a materia científica y tecnológica no tienen fin, y año tras año las noticias son más alentadoras y esperanzadoras. Solo resta acompañar, desde el consultorio y en las calles, las luchas cannábicas que se vienen, en beneficio de la salud de las personas que solo buscan mejorar su calidad de vida.
Podes descargar la guía cannábica de MCA (Mama Cultiva Argentina) de fácil lectura y comprensión.