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Mark Zuckerberg, fundador de Meta, anunció recientemente una serie de cambios significativos en las políticas de contenido de Facebook e Instagram, justificándolos como un retorno a las raíces de la “libre expresión”. Si bien comenzarán primero a aplicarse en Estados Unidos, es cuestión de tiempo que se extiendan al resto de los países.
Estas modificaciones generan preocupación entre expertos, activistas y organizaciones de derechos humanos debido a los riesgos de amplificar discursos de odio, desinformación y ataques a comunidades vulnerables. A esto se suma el anuncio del CEO de Meta de nuevos miembros alineados con el conservadurismo político -y con denuncias por violencia de género- en la junta directiva de la compañía. ¿Un giro político?
Las modificaciones anunciadas por Meta
- Eliminación de verificadores de datos profesionales
Meta reemplazará a los verificadores de datos por un sistema de “notas comunitarias”, siguiendo el modelo de la plataforma X (antes Twitter) de Elon Musk. Según Zuckerberg, los verificadores de datos “destruyeron más confianza de la que generaron” y eran “demasiado políticamente sesgados”. Este cambio generó críticas sobre el impacto en la lucha contra la desinformación, especialmente en contextos sensibles como elecciones, pandemias y conflictos armados. - Reducción de restricciones en temas sensibles
Meta eliminará restricciones en temas relacionados con género e inmigración, argumentando que estas estaban “fuera de contacto con el discurso general”. Sin embargo, este enfoque podría abrir la puerta a discursos deshumanizantes, permitiendo que se refieran a personas trans como “eso” o se hagan acusaciones de anormalidad o enfermedad en base a la identidad de género u orientación sexual. - Políticas de contenido simplificadas y filtros menos estrictos
Meta enfocará sus filtros en contenido “ilegal y de alta gravedad”, como abuso infantil, suicidio y autolesiones. En cambio, las violaciones menores sólo serán evaluadas si son reportadas por usuarios. Este cambio podría reducir la censura innecesaria, pero también podría dejar pasar contenidos dañinos en temas de odio y desinformación. - Reintroducción de contenido cívico y político
En un giro hacia la polarización, Meta volverá a priorizar contenido político en sus plataformas. Esto, según Zuckerberg, responde al interés de los usuarios, pero también podría reavivar el estrés y los conflictos asociados con la política en redes sociales. Y surge la pregunta de si será parcial o qué tipo de contenidos ponderará el algoritmo.
Críticas y preocupaciones
La eliminación de verificadores de datos levantó alarmas por el grave problema de la desinformación y distribución de fake news en las plataformas digitales. Un análisis reciente mostró que afirmaciones falsas o engañosas de Elon Musk sobre las elecciones estadounidenses fueron vistas casi 1.200 millones de veces en X, a pesar de la promesa de las “notas comunitarias”. Este sistema, que Meta adoptará, es criticado por su ineficacia para frenar la desinformación masiva.
Desde La Nota, nos comunicamos con Juan Carlos Lara, Director Ejecutivo de Derechos Digitales, una organización con sede en Chile que trabaja por la defensa, promoción y desarrollo de los derechos humanos en el entorno digital en América Latina.
“La decisión de Meta de eliminar restricciones, bajo el argumento de evitar la censura, podría interpretarse por una parte, como un movimiento para desviar responsabilidades en la moderación de contenido. Pero es aún más llamativo que se produzca en este momento de cambios políticos, usando el ejemplo de temas políticamente sensibles como género e inmigración. Parece un guiño precisamente a quienes acusan a las plataformas de no permitir discusiones abiertamente hostiles sobre esos temas, que coinciden con el sector que está por asumir el control político en los EE.UU“, manifestó Lara al ser consultado sobre este punto.
¿Qué riesgos cree que esta flexibilización puede implicar para comunidades históricamente vulnerabilizadas en el entorno digital? ¿Qué medidas considera necesarias para evitar que esto fomente discursos de odio o la amplificación de narrativas discriminatorias, especialmente en contextos políticos polarizados como los de América Latina?
– Aunque una lectura generosa podría encontrar esperanza en que las redes sean más abiertas a la expresión libre, lo cierto es que el riesgo lo asumen grupos que ya sufren marginalización o vulnerabilidad. Es decir, esta flexibilización de reglas abre la puerta a la proliferación de discursos de odio y narrativas discriminatorias, que históricamente han sido usadas para marginar y silenciar a ciertos grupos y que sin ser siempre ilegales, sí pueden ser profundamente dañinas. Comunidades como mujeres, las personas migrantes y minorías, podrían enfrentar un incremento en ataques digitales que normalicen la violencia y perpetúen la discriminación.
Es fundamental que Meta, y que todas las empresas que mantienen control centralizado sobre lo que se comunica en sus plataformas, implementen medidas claras para prevenir el uso de esas plataformas como herramientas de amplificación de odio y desinformación. Esto incluye favorecer condiciones de transparencia sobre la forma en que se toman sus decisiones, y mejorar los procesos para denunciar contenidos dañinos y comprometerse con la rendición de cuentas.
Teniendo en cuenta el avance de gobiernos de derecha en el mundo, la situación específica de Argentina con el gobierno de Javier Milei que llegó al poder difundiendo noticias falsas -y lo continúa haciendo en sus redes sociales- ¿qué tipo de estrategias pueden implementar las comunidades para resistir y organizarse frente a las fake news y desinformaciones que ahora podrían ser permitidos en la plataforma?
– Frente a la desinformación en entornos políticos críticos, como el de Argentina con el gobierno de Javier Milei, las comunidades deben adoptar medidas para resistir. Es esencial priorizar la educación mediática e informativa, fortalecer redes de verificación de información local, y fomentar espacios de colaboración entre organizaciones de sociedad civil para combatir narrativas falsas. Además, hay que visibilizar los impactos de la desinformación y articular respuestas rápidas que desafíen la legitimidad de estas estrategias manipuladoras. Pero más allá de la resistencia, necesitamos formar voluntad política mayoritaria para exigir la responsabilidad a las plataformas y mantener una vigilancia activa sobre los impactos reales de estas decisiones en la vida de las personas.
¿Contra la censura progresista y la cultura de la cancelación?
Además, el debilitamiento de restricciones en temas de género e inmigración podría fomentar más discursos de odio y violencia simbólica contra mujeres y personas del colectivo LGBTIQ+, quienes actualmente son las principales víctimas de estos ataques en línea. En un contexto global donde las narrativas discriminatorias ya están en auge, la decisión de Meta parece poner en riesgo los avances logrados en la protección de derechos humanos en el entorno digital, muy a tono con el avance de la derecha en distintos países del mundo.
Global Witness, un grupo de derechos humanos, también se pronunció al respecto: “El anuncio de Zuckerberg es un intento descarado de acercarse a la administración entrante de Trump, con consecuencias perjudiciales. Estos cambios harán que sea más peligroso para las mujeres, las personas LGBT+, las personas de color, los científicos y los activistas expresarse en línea, donde ya enfrentan un acoso y ataques desproporcionados”.
El Centro para la Resiliencia de la Información, una organización cuyas actividades incluyen el seguimiento del discurso de odio y la desinformación en línea basados en el género, la etnia y la sexualidad de las personas, advirtió que es un “gran paso atrás para la moderación de contenidos en un momento en el que la desinformación y el contenido dañino están evolucionando más rápido que nunca“.
¿Un giro político?
El anuncio de Zuckerberg no es casual. Su enfoque en “trabajar con Trump para contrarrestar la censura” coincide con el regreso del expresidente al escenario político. La vinculación explícita de estas políticas con la presidencia de Trump plantea dudas sobre si Meta está tomando decisiones guiadas por intereses empresariales y políticos, más que por el bienestar de sus usuarios.
El rol de las comunidades y la resistencia
Con más de tres mil millones de usuarios, Meta tiene un alcance global que podría convertir estas plataformas en espacios aún más polarizados y peligrosos.
El discurso de Zuckerberg sobre la “libre expresión” parece más una estrategia para recuperar la confianza perdida que un compromiso real con los derechos humanos. Los próximos meses serán clave para evaluar el impacto de estas políticas, que podrían definir el futuro del debate público y de las redes sociales como espacios democráticos.
El cambio en las políticas de Meta también puede leerse en el contexto de la competencia con TikTok, la plataforma china que desafía el dominio de Facebook e Instagram en el mercado juvenil. Mientras TikTok enfrenta acusaciones de ser una herramienta de vigilancia del gobierno chino, Meta parece alinearse con un discurso nacionalista al declararse aliada de Trump en su lucha contra ‘la censura y los ataques a empresas estadounidenses’. Esto no solo tiene implicancias comerciales, sino también geopolíticas, en un mundo donde las redes sociales son una arena de poder.
*La imagen de portada fue realizada con inteligencia artificial