El impacto de la pandemia por coronavirus en el vecino país de Brasil es devastador. Con más de 13 millones de contagios y 300 mil muertes, el sistema de salud alberga una gran cantidad de personas que pasan una larga estadía internados y aislados de sus seres queridos.
Semei Araújo Cunha, es una enfermera de la Unidad de Atención Inmediata de Vila Prado, en San Carlos, municipio del estado de São Paulo (Brasil). En ese contexto de desolación ideó un método para abrigar las manos de los
pacientes intubados y darles una muestra de afecto.
Al darse cuenta de que una paciente con un Covid-19, que estaba intubada tenía las manos frías, comenzaron a pensar en algo para aliviar el malestar de la mujer. Ambos habían visto a un colega proponer el uso de guantes quirúrgicos con agua tibia para situaciones similares.
“Escuché la idea en la hora de almuerzo y, cuando volví a trabajar a la sala de urgencias, una compañera dijo lo mismo.
Así que dije ‘no creo, pero hagámoslo’” y, en compañía de su colega Vanessa Formenton, llevaron a cabo la idea.
Corrieron, llenaron dos guantes con agua tibia, ataron los puños y colocaron una de las manos del paciente entre los guantes llenos de agua. Según su relato, la paciente tenía las manos casi moradas de lo frías que estaban. “Colocamos los guantes en su mano y pasamos las nuestras por su rostro. Fue un gesto de cariño, no solo físico, sino también emocional”, comentó Semei, quien además dijo haber percibido una sensación de alivio en la mujer.
La técnica se viralizó y comenzó a ser utilizada con pacientes diagnosticados con la enfermedad en la UPA (Unidad de Atención de Emergencias) de Vila Prado, donde trabajan.
La enfermera, quien se desempeña en el cargo desde abril de 2020, le tocó dar batalla de cerca al virus. “No son solo los medicamentos, la higiene o la alimentación lo que ayuda. El paciente no está aquí porque quiere, sino porque lo necesita. Por eso es importante tener empatía”, explicó en un medio brasilero.