Todos conocemos a Blondi 

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En el marco del Festival Internacional de Cine Gerardo Vallejo, se proyectó Blondi, la Ópera Prima de Dolores Fonzi, y se volverá a proyectar el viernes 4 de agosto a las 18hs en el Cine Atlas. Además participa en la Competencia Latinoamericana de Largometrajes.

Si bien Blondi es claramente una comedia que se desarrolla sobre la particularidad de los lazos familiares y la universalidad de sus conflictos, la historia se cuenta circulando sutilmente por varios géneros. 

Dolores Fonzi dirige, co-escribe y protagoniza la película; dicen los que la conocen que el personaje tiene muchos gestos de su persona. Pero  Blondi crece en cada escena hasta convertirse en el centro de una historia que cuenta la vida de varios personajes.

Blondi es una madre que fuma porro, una madre que alguna vez fue una adolescente que no tuvo acceso a un aborto, una madre que no es estereotipada como absolutamente buena ni estigmatizada como mala. Blondi  retrata una época, o mejor dicho los sentimientos de una época en la cual nos permitimos ver los matices de la maternidad con un poquito menos de hipocresía. 

Las tareas de cuidado que recaen históricamente sobre las mujeres aparecen presente como una constante en la película. No importa que tan bien o mal la este pasando una mujer en su vida, no puede olvidarse de sus hijos, de  darles de comer, llevarlos y traerlos de la escuela y acompañarlos a todos lados. Como contrapartida, el padre de Mirko (Toto Rovito) hijo de Blondi, no aparece y la paternidad sólo es representada por Eduardo (Leonardo  Sbaraglia), como un hombre que no puede lidiar con la crianza de sus hijos y la crisis matrimonial. 

Mediante una fotografía bella, meticulosa y una gran banda sonora que va desde Sunday Morning del clásico disco de Velvet Underground & Nico hasta Las Ligas Menores, Blondi comparte pantalla con Pato (Rita Cortese), una abuela dura pero presente y en el fondo sensible, y se espeja y se diferencia de los problemas de su hermana Martina (Carla Peterson) y fuma porro junto a su hijo Mirko. 

Hay un juego de referencias posibles que podrían hacerse sobre Blondi. Encontramos escenas indie que nos recuerdan a históricas películas de road movie con protagonistas mujeres. Podríamos hablar de cómo aparece  el consumo de marihuana y las responsabilidades de una madre, por supuesto podrían hacerse varios análisis sobre la perspectiva de género presente en la película. Y también sobre el tipo de producción que requiere una película como la que realizó Dolores Fonzi. Todas debates posibles pero no requeridos en esta breve reseña.

Si algo hay que destacar es que, como sucede con las grandes películas, uno siente que conoce a Blondi, la entiende, la juzga por momentos y la acompaña, como hacemos con nuestras madres y con todas.

 Y también dan ganas de volver al cine para encontrar a Blondi, con su humor y su devenir, quizás porque todos conocemos a Blondi, y la queremos mucho.

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