Parece un meme, pero no. La publicación que realizó la Secretaria de Derechos Humanos de la Nación el 26 de marzo, llamando a “visibilizar” la heterosexualidad, causó gran rechazo y preocupación por parte de la comunidad LGBT+ de Argentina.
La campaña fue lanzada desde la cuenta oficial de la secretaría que conduce Claudio Avruj. “Cualquiera sea tu orientación, todxs somos parte de la diversidad sexual”, dice el posteo.
La desacertada campaña ignora la realidad que se vive en Argentina, donde aún hoy rige el estigma, la violencia y la segregación basados en la orientación sexual o identidad de género. Para citar algunos ejemplos, hace pocos días, en la provincia de Chaco una joven lesbiana fue brutalmente golpeada (por tercera vez) en la calle por un grupo de varones. Antes de irse le dejaron un mensaje: “Avisale a tus otras amiguitas lesbianas que se cuiden porque las vamos a garrotear a todas”. En Tucumán, una pareja de dos mujeres fueron echadas de Plaza Belgrano por besarse. “Están alterando el orden”, les dijo un policía. El orden heterosexual.
El mismo año en el que sancionaba la ley de matrimonio igualitario y los debates copaban las mesas de todas las casas, Natalia Gaitán fue asesinada por el padrastro de su novia. Él no aprobaba la relación y decidió terminarla la manera más dramática. En el juicio no quisieron hablar de lesboodio.
Sumado a estos casos, no se puede ignorar la situación de la población trans, el colectivo más vulnerable por la falta de posibilidades reales de acceso a la educación, la salud y el trabajo. En la provincia, además, las situaciones de violencia se multiplicaron en el verano, con una víctima de transfemicidio, y dos ataques en vía pública a mujeres trans. Hace 41 días que Cinthia Moreira, de 26 años, está desaparecida.
En muchos sectores de la sociedad, la homosexualidad sigue siendo percibida como algo que está mal o que es antinatural. Hace menos de un año, en un colegio católico de Yerba Buena, una docente explicaba a sus alumnos y alumnas que las personas homosexuales estaban enfermas y que no eran felices. Esta opinión de la docente no se contradice con los dichos de la cúpula de la iglesia católica argentina.
?️? Cualquiera sea tu orientación, todxs somos parte de la diversidad sexual. #Visibilizar pic.twitter.com/Kwx5TzePA7
— Secretaría DDHH (@SDHArgentina) 26 de marzo de 2018
No es sólo la violencia
La presunción de la heterosexualidad sigue aún hoy muy vigente, a pesar de todos los avances en materias legales que existen en el país. La necesidad de aclarar, corregir, explicar, exponer, anunciar, es desconocida por las personas heterosexuales. La heterosexualidad es la norma, hasta que se demuestre lo contrario.
“Visibilizar una identidad sexual, se hace necesario frente a una realidad que las omite, las ignora y las excluye”, explica Mariana Rodríguez Fuentes, de la organización feminista Cruzadas. “No podemos ubicar una identidad que es normativa y compulsivamente asignada a todxs, dentro del campo de todas las otras identidades sexuales que son criminalizadas, excluidas, discriminadas, como sucede con la población trans, lesbiana, gay, no binaria, etc”, agregó.
“La heterosexualidad es una norma que se impone a todas las personas desde las instituciones, donde la heterosexualidad ocupa un lugar de privilegio en la sociedad”, explica Gisella Andreani, periodista de APA e integrante de Cruzadas. “Las personas que siguen esta norma tienen acceso a un montón de facilidades, incluyendo cosas importantes como oportunidades laborales, el uso de la vía pública de forma tranquila y sin que nadie las cuestione. Son cosas que las personas heterosexuales dan por sentado. Para nosotrxs implican riesgos, situaciones de violencia”.
Para Andreani esta situación es preocupante. “Quienes no somos heterosexuales representamos una diversidad en medio de esta heteronormatividad, representamos una ruptura de ese orden establecido, que rechaza nuestras identidades, nuestras sexualidades, nuestros géneros. Por ejemplo, las personas trans no pueden acceder a trabajos formales, las lesbianas no se pueden besar en la vía pública sin que un policía nos llame indignas o nos arreste, y a los hombres gays los muelen a palos en un Mac Donald. Entonces equiparar las sexualidades LGBT+ es un insulto de parte del estado argentino y representa también una invisibilización de nuestras identidades.”
La explicación oficial
Agencia Presentes, un sitio web dedicado exclusivamente a noticias de la comunidad LGBT+ de América Latina y el Caribe, consultó a Diego Borisonik, director de Políticas Integrales de Diversidad de la Secretaría de Derechos Humanos y Pluralismo Cultural de la Nación, sobre la campaña: “Lo que se malinterpretó o no se interpretó en el tuit es que la lucha tiene que ver con llegar a entender que cuando hablamos de diversidad sexual la heterosexualidad es una más como el resto y no es la hegemónica, la única o la, entre comillas, normal”.
Borisonik comenta que el objetivo del tuit fue en cierto punto incomodar a ese otro. Decirle: “no te creas que el otro es diverso y vos no. Vos sos tan diverso como yo, cómo ella, etc.”.
“Quizás no se haya entendido”, reflexionó.
La secretaria de Derechos Humanos de la Provincia, Érika Brunotto, se pronunció “absolutamente en contra de una campaña de este tipo”. Para Brunotto, “la heterosexualidad no necesita visibilización. Las personas heteros no forman parte de la diversidad. Son la norma. La diversidad sexual existe, pero es ocultada, es invisibilizada y estigmatizada. La visibilización del colectivo LGBTIQ, hablar de diversidad sexual es romper con la hegemonía de la heteronormatividad”.