A pesar de los avances conseguidos por las mujeres en la política tucumana, persisten barreras que dificultan su acceso igualitario en espacios de poder. Con testimonios de la ex legisladora Sandra Tirado y la actual legisladora Carolina Vargas Aignasse, esta nota recorre los desafíos y la lucha continua por la paridad de género en una provincia que aún resiste el cambio.
Esta nota fue producida en el marco de las prácticas profesionales de la Cátedra de Comunicación Alternativa de la Carrera de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Nacional de Tucumán. Por Camila Reyes Cano.
El avance de las mujeres en la política de Tucumán es una realidad indiscutible, pero no exenta de desafíos. A pesar de la creciente participación femenina en la esfera pública, aún persisten barreras significativas que obstaculizan el acceso igualitario a los espacios de toma de decisiones, históricamente dominados por hombres. Esta desigualdad estructural se manifiesta en la representación política: aunque las mujeres representan aproximadamente el 50% de la población, su presencia en los espacios de poder continúa siendo considerablemente menor.
Según el último informe de la Unión Interparlamentaria (UIP), a nivel mundial, solo el 26.5% de los escaños parlamentarios están ocupados por mujeres, mientras que en Argentina ese porcentaje asciende al 42%, gracias a las políticas de cupo y paridad de género. Sin embargo, en provincias como Tucumán, las cifras son más bajas, lo que evidencia la dificultad de las mujeres para acceder a cargos electivos y ejecutivos. En la Legislatura tucumana, aunque ha habido avances con la incorporación de más mujeres, la mayoría de las posiciones de poder y liderazgo aún están en manos de hombres. De 49 bancas, 11 están ocupadas por mujeres en el año 2024, lo que representa solo un 22.4%, un claro indicador de la subrepresentación femenina en el Poder Legislativo de la provincia.
A nivel nacional, las leyes de cupo iniciales y, luego, la paridad han sido instrumentos cruciales para fomentar la representación femenina en los parlamentos. Mientras en la mayoría de las provincias han adoptado legislaciones de paridad, sólo Tucumán no cuenta con una Ley de Paridad y continúa con el concepto de cuota o cupo del 30%.
Este fenómeno no se limita al ámbito legislativo, sino que también se extiende a otros espacios de decisión política y social. En la esfera ejecutiva, por ejemplo, de los 19 intendentes de la provincia de Tucumán, ocho son mujeres: Rossana Chahla (San Miguel de Tucumán), Ana Paula Quiles (Bella Vista), Graciela Gutiérrez (Alderetes), Raquel Graneros (Graneros), Marta Albarracín (Lules), Gimena Mansilla (Aguilares), Alejandra Rodríguez (Tafí Viejo), y Marta Najar (Las Talitas). Aunque este número no alcanza la paridad de género, representa un avance significativo, con las mujeres ocupando cerca del 42% de las intendencias. Este progreso es lento, pero históricamente relevante. A nivel nacional, los cargos ministeriales y secretarías de gobierno suelen ser ocupados mayoritariamente por hombres, lo que refleja un patrón de exclusión femenina en los niveles más altos de la toma de decisiones.
La presencia masculina dominante en estos espacios no solo es una cuestión de números, sino también de dinámicas de poder que perpetúan estereotipos de género. Las mujeres que logran llegar a posiciones de autoridad frecuentemente deben enfrentar una doble lucha: demostrar su capacidad en un entorno que históricamente las ha excluido y romper con las expectativas tradicionales sobre su rol en la sociedad. Esto genera un ambiente de trabajo desigual, donde las mujeres tienen que demostrar constantemente su valía frente a sus colegas hombres, quienes aún son percibidos como los ‘legítimos’ titulares del poder.
Dos referentes de la política tucumana exponen sus vivencias y reflexionan sobre la necesidad de una ley de paridad de género para garantizar una verdadera representatividad
En Tucumán, en el año 2020, la entonces legisladora Sandra Tirado presentó un proyecto de ley que proponía una reforma en el régimen electoral de la provincia para incluir el concepto de “paridad de género” en la conformación de las listas de candidatos para cargos parlamentarios. La iniciativa buscaba promover la equidad entre hombres y mujeres en las nóminas para legisladores, concejales y constituyentes, aunque finalmente no obtuvo dictamen.
Al respecto, la exlegisladora Tirado comentó: “Lo que me llevó a presentar el proyecto de paridad de género fue la necesidad de que las mujeres ocupemos puestos decisorios tanto a nivel de gestión como en el Poder Legislativo, para hacer leyes con una perspectiva y visión que incluyan las mismas condiciones de acceso a ciertos derechos y programas. A veces, si no está la visión de las mujeres, no se tienen en cuenta ciertos aspectos o necesidades que suelen estar invisibilizados cuando la mayoría de las personas que tienen que elaborar proyectos de ley son hombres. Si bien en Tucumán hay una ley de cupo, resulta insuficiente, porque la manera en que se presentan los acoples hace que muchas veces recién la tercera persona en la lista sea una mujer. Me parecía importante promover esta iniciativa para alcanzar la representatividad que necesitamos. Somos de las pocas provincias que aún no tienen paridad de género; la Nación ya la implementa en sus cámaras y la mayoría de las provincias también. Para Tucumán, es una necesidad que también responde a los lineamientos nacionales”.
Agregó: “Existen otras medidas importantes para fomentar la igualdad de género en la política y en la sociedad en general. La presencia de mujeres debería estar garantizada en más ámbitos, como en los gremios, en cargos ejecutivos y en otros lugares decisorios. Como sociedad, hemos avanzado en esta conciencia, y es esencial que no se busque desprestigiar estas luchas ni esta necesidad cuando se habla de género de forma despectiva. La representatividad en espacios de poder sigue siendo una meta a alcanzar, y cuando las mujeres estamos en esos espacios, enfrentamos también el desafío de ejercer el poder. A veces nos cuesta hacerlo, y es otro aspecto en el que debemos avanzar. Aunque aún falta camino por recorrer, estamos en un proceso que debe continuar y fortalecerse”.
En el día de hoy, la necesidad de una representación equitativa en el ámbito político sigue siendo un desafío pendiente en Tucumán. En este contexto, entrevistamos a la legisladora Carolina Vargas Aignasse, quien se encuentra en su actual periodo e impulsó este año, en el mes de la mujer, un proyecto de Ley de Paridad de Género, que establece un 50% de participación femenina en cargos electivos. “Aunque el cupo femenino posibilitó la llegada de una mayor cantidad de mujeres a la política y especialmente a los cargos electivos sigue habiendo una distribución de tareas sexista. Las mujeres ocupan pocos cargos jerárquicos dentro de las diferentes mesas de conducción parlamentaria. Incluso en la conformación de las comisiones, en general a las mujeres nos otorgan la presidencia de comisiones que tienen que ver con niñez, familia, asuntos sociales, en cambio los hombres son presidentes de comisiones estratégicas como hacienda, presupuesto, justicia y seguridad. En Tucumán hay 11 legisladoras mujeres, siendo solo 2 de ellas cabezas de acoples en la última elección provincial”, afirmó Vargas Aignasse.
Al ser consultada sobre cómo puede beneficiar a la comunidad en general y a las políticas públicas una mayor participación femenina en los espacios de decisión política, la parlamentaria expresó que “la idea de democracia paritaria parte del reconocimiento del hecho de que las mujeres constituyen el 50% de la sociedad, la mitad de las inteligencias y capacidades potenciales de la humanidad y, por ello, su subrepresentación en los puestos de decisión constituye una pérdida para el conjunto de la sociedad. Por el contrario, una participación equilibrada puede generar ideas, valores y comportamientos, por lo que se reclama un reparto equilibrado del poder”.
