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Una reflexión alrededor de “las instituciones del arte” sostienen desde el proyecto curatorial del XIV Salón Nacional de Arte Contemporáneo del MUNT, en el marco del Julio Cultural Universitario. Seis proyectos participan en el certamen.
El jueves 5 de julio, a las 20.00 hs, las cinco salas y alrededores del Museo de la Universidad Nacional de Tucumán (San Martín 1.545) serán envueltos por los proyectos seleccionados para esta edición del certamen nacional, de los cuales tres son de artistas tucumanos, dos de C.A.B.A. y uno de Tandil, Buenos Aires.
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“Seis proyectos integran esta exposición. Están reunidos porque coincidieron en la formulación de una crítica institucional, de manera directa o metaforizada, interpelando a las instituciones o, más precisamente, a lo institucionalizado”, enuncia parte del texto curatorial escrito por Alejandra Mizrahi, Jorge Gutierrez y Laura Valdivieso. “(…)La institución es mostrada, denunciada, reinventada, excavada, puesta en diálogo o generando comunidad. Los artistas piensan, enuncian, critican y asumen la institución desde el interior de la misma. Y, junto con ellos, la institución responde. De la histórica crítica institucional a la crítica institucionalizada en donde todos somos la institución”, finaliza.
Viernes 29 de junio, 17.00 hs
Es tarde de sol, rojiza ya, y cálida para el frío invierno que enfunda la estación. Entro apurada -estilo de vida- y, entre las centenarias bibliotecas Thompson en roble y los libros de una célula germinal, veo, fugazmente, un busto de materia blanca. Aquella primera y aparente impresión me recordaron a Patricia Hakim reflexionando sobre los monumentos contemporáneos, pero no.
Avanzo con el mismo ritmo y encuentro a Gaspar, con negro olor a oleo, trabajando en el piso. El color es el mismo y los lienzos en bastidores, distribuidos por la sala, se alejan de las citas a Lola Mora y Juan Carlos Iramain pero se mantienen en una cita académica. Sigo.
Matías trabaja y pronto llegarán los otros. Sólo varones. Herramientas, muebles y una misma fotografía impresa en decenas de copias ocupan distintos puntos de la sala, ante la promesa de un fuerte centrífugo de contenidos y producciones, que citan una práctica de subsistencia (tan vieja como el liberalismo económico) y que atañe, también, al mundo del arte y afines. La charla es breve, continúo.
Azul francia fresco de la cintura para abajo. Brillo, colores, materiales que presumen carácter de infinitos, se transforman en la sistematización de una “no sistematización” que Mumú (Lucrecia) cita en la pequeña sala y pasillo que se apropió. Yapa, mezcla, restos y nuevos a estrenar conjugan historias, una Historia.
Parciales “mantos” blanco y negro, cercanos al piso, sugieren unión pero también individualidad. Las preguntas son muchas y las respuestas precisas. En las citas del asunto, la academia del arte y la restauración se hacen presentes y de múltiples formas y Cristian, con su campera roja, termina su time lapse de montaje, que linkea con otros proyectos como un enorme juego de encastre.
Ante algunos problemas relacionados con el lenguaje y sus distintos modos de comunicación, Andrés, que no llega a Tucumán, hará una invitación itinerante por las instalaciones del museo.
Es de noche. Ellos y ellas siguen trabajando y me voy con mil preguntas más.
Sala I: “No le caigo bien a nadie pero eso es porque soy un espejo puesto en habitaciones donde la gente cree que está sola”, de Marina Alessio.
“Partiendo del clima lúgubre de algunas ciudades de Italia, y de su legado neoclasicista en los comienzos del arte moderno argentino, conviven piezas que no son lo que parecen, junto a una colección de objetos que –nos dicen- pertenecieron al Dr. Juan B. Terán.
Esculturas modeladas a partir de modelos italianos actuales, encargadas a Agustín Alessio, dibujante de Marvel Comics, -la mayor industria del hiperrealismo actual-; Un poema escrito como un collage de versos de poemas de otros poetas, amigos o admirados: Jacob Steinberg, Sam Pink, Raymond Carver, Charles Bukowski, entre otros; Un collage hecho con una página arrancada y una postal de otros artistas emergentes.
Una cadena de situaciones donde nada es lo que aspira a ser, y donde se hace fuerte la presencia de los otros mediante la colaboración y la apropiación, infiltrada por la tensión de la relación ambivalente de la cultura argentina con la europea, el ida y vuelta entre la alta cultura y la cultura de la calle, entre la historia y el presente, y entre lo falso y lo real”, escribió Marina para la hoja de sala.
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Textos, galería de imágenes y links
Las cabezas que parecen calcos de bustos romanos, no los son: fueron modeladas por el hermano de Marina, un hábil dibujante y escultor, en base a modelos italianos actuales que aparecen en las páginas de Vogue. Los marcos ampulosos y plateados remiten al estilo utilizado en la gran pintura europea clásica, pero son claramente imitaciones locales de bajo costo. No enmarcan óleos de maestros sino un pequeño collage hecho con una postal de otros artistas encontrada, o una toma fotográfica del celular ampliada hasta que se vean sus pixeles. Esta imagen, rincón en un bar de Nápoles, muestra lo que podría ser una escultura antigua de un torso, sin embargo es un maniquí de telgopor. Un poema melancólico grabado en un espejo no es la expresión de una subjetividad que revela su estado interior —lo que se espera de un poema— sino un collage de palabras de otros (Sam Pink, Charles Bukowski, Raymond Carver, amigos de Marina). Una cadena de situaciones donde nada es lo que aspira a ser.
La mirada de esta artista está infiltrada por la tensión de la relación ambivalente de la cultura argentina con la europea y el ida y vuelta entre alta cultura y la urbana, de la calle. El espejo, símbolo arquetípico del narcisismo, está roto. La belleza de las flores se marchita, las esculturas son vandalizadas con aerosol. En el corazón de esta muestra está el germen de cómo se vería una poética del fracaso. Y frente al vacío que éste deja, la presencia fuerte de los otros, la comunidad. No esa comunidad abstracta de las redes sociales, sino la colaboración con-creta de los cercanos que entra en las obras y diluye la noción de autoría: la mano experta de su hermano, las palabras de amigos y escritores admirados, la postal hecha por otros artistas emergentes, la intervención sobre la fotografía de su madre cuando fue modelo, la instantánea durante un viaje compartido. Y atravesando todos los objetos en la instalación, un humor silencioso.
Nora Fisch
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“No le caigo bien a nadie pero eso es porque soy un espejo puesto en habitaciones donde la gente cree que está sola”, Galería Nora Fisch, Buenos Aires, 2018
Marina Alessio nació en Buenos Aires en 1980. Es poeta, artista visual y galerista. Con formación en fotografía y cine, fue participante del Programa de Artistas y Curadores de la Universidad Torcuato Di Tella en 2016. Entre el 2002 y 2007 participó de diversos talleres de poesía y de clínica de obra.
Entre sus exhibiciones individuales se destacan: Si preguntaras por mí te diría:, Galería Miau Miau, 2011; Dos aviones no pueden besarse, curada por Paula Castro, Mite, 2012; Eso no es amor/ That isn’t love, Big Sur, 2015 y Las esquinas de un teatro, curada por Mariano Mayer, Gastón Pérsico y Cecilia Szalkowicz, Isla de Ediciones, arteBA 2016. Participó en exhibiciones colectivas en la Universidad Torcuato di Tella. Mite galería y UV Estudios. Curó exhibiciones grupales e individuales en Mite Galería, Fiebre Galería y Laboratorio de Festival, entre otros.
Sala II: “Sin Título”, de Gaspar Nuñez
“En el año 1912, en conjunto con la Fundación de la Escuela de Bellas Artes y Artes Decorativas e Industriales, se crea el Museo de Bellas Artes de Tucumán, ambos dependientes de la UNT. Aunque el museo sólo tiene lugar en términos resolutivos, puesto que su primera muestra fue en 1916. Como parte de los festejos del centenario de la independencia de aquel año, el Museo Nacional de Bellas Artes de Buenos Aires envía 77 obras al museo de Tucumán para dar comienzo a sus actividades. Si bien estas obras se entregaron en calidad de préstamo, era común que el MNBA apoye la apertura de museos provinciales brindando un acervo inicial que fomente el desarrollo de sus colecciones, por lo que no se especulaba con el reintegro de las piezas.
En la última década, el MNBA ha intentado abrir canales de diálogo con el MPBA de Tucumán para la retribución de las obras”, enuncia el texto que acompaña a la obra de Gaspar Núñez.
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Sobre Gaspar Núñez escribe reseñas y ensayos sobre arte contemporáneo de forma autónoma. Actualmente cursa la Lic. en Artes Plásticas, en el Taller C. Forma parte del proyecto de Investigación Políticas culturales políticas de la imagen. Tensiones entre lo hegemónico y lo contrahegemónico en Tucumán (2003 – 2013). Hizo clínica de obra con Alejandro Thornton, Alberto Passolini, Ana Gallardo, Ricardo Fatalini, Alejandra Mizrahi, Anibal Buede, entre otros. Fue becado para participar de Residencia El Pasaje (Tucumán, 2015), Residencia Móvil (Rosario-Buenos Aires, 2015), Residencia RARO (Buenos Aires, 2015), Residencia Manifiesto Alegría (Salta, 2016), Residencia La Ira de Dios (Buenos Aires, 2016), Residencia de la Bienal de la Imagen en Movimiento (Buenos Aires, 2016). Durante 2015 asiste como becario del FNA a los seminarios de Teoría y critica
con Elena Oliveras y Aldo Ternavasio, al seminario de Curaduría con Diana Weschler y Carlota Beltrame, además del ciclo teórico anual. En 2017 es ganador de Plataforma Futuro, subsidio para la investigación y creación lanzado por el Ministerio de Cultura de la Nación.
Desde fines de 2015 dirige junto a Florencia Sadir y Hernán Aguirre García, Lateral: proyecto de gestión autónoma orientado al arte contemporáneo con base en Tucumán.
Sin título, 2017. Gaspar Núñez
Instalación. Medidas variables. Registro fotográfico de Florencia Sadir
Traducción de diferentes cabezas de la serie de los Mineros del escultor tucumano Juan Carlos Iramain (1900-1973) realizada con yeso vertido en moldes flexibles de silicona sin contramoldes.
Los moldes se hicieron directamente del original y se sacaron cinco copias de cada cabeza, presentando cada una diferentes alteraciones.
Sala III: “Duty Free”, El Bondi Colectivo
“Jean-Baptiste Douville (1794-1837) fue un viajero, aventurero y ocasional comerciante francés que realizó dos viajes a Buenos Aires, el primero en 1826 a 1827 durante la presidencia de Rivadavia y la guerra con el Brasil y el segundo en 1831, cuando ya Rosas había asumido el gobierno. En el transcurso de su primer viaje desarrolló muchas actividades presuntamente comerciales, algunas decididamente sospechosas de contrabando, por los contactos que sostenía con los jefes de la escuadra brasileña que sitiaba el puerto de Buenos Aires. Realiza por primera vez en el país litografías con
intención artística. Instala el taller Douville et Laboissière y, asociado con el artista francés Louis Laisney, imprime retratos del Almirante Brown, Carlos María de Alvear, Soler, Lavalleja, Mansilla y Balcarce. En junio del mismo año fue arrestado por falsificación de
papel moneda.
Las lógicas de los grupos de industria se vuelve propiedad intelectual (más control/monopolio, aplicación de ley y menos piratería = crecimiento de empleo, etc.) por lo tanto la piratería aparece como una manera de re-búsqueda; de encontrar lo redituable para sobrevivir. Es una reacción, o consecuencia de ese aparatejo industrial que soslaya a la comunidad. Implica una difusión y llegada a otra masa que por impedimentos
económicos no puede acceder a esos consumos culturales”.
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El Bondi Colectivo comienza a desarrollarse como proyecto en diciembre de 2011, es un espacio de discusión y reflexión colectiva para la producción y gestión, Co fundado por Matías Zelarayán, Roque Manzarás, Alvaro guerrero y Mauro Estrada, con el tiempo el colectivo fue transformándose con participación de diferentes artistas, en 2013 suma su presencia activa Maxi Romero Almenar y otros jóvenes artistas que formaron parte de diversos proyectos. En 2016 retoma su actividad en el colectivo Emanuel Díaz hasta la actualidad.
El bondi centra sus actividades en torno a prácticas artísticas contemporáneas, lo que implica hablar no ya de objetos y de formatos habituales de exposiciones estáticas, sino de prácticas que se desarrollan en relación con el contexto, mediante una amplia inclusión de recursos que permiten una mirada críticaal entorno. El objeto como obra de arte pasa a un segundo plano, pudiendo ser éste parte del desarrollo o registro de una práctica pero no necesariamente tiene un fin en sí mismo, sino que se vuelve primordial el discurso y las relaciones que esta práctica establezca.
Sala IV: “High School”, Lucrecia Lionti
“Esta obra fue trabajada bajo ideas y conceptos de la realidad política, económica y social actual. Las noticias de los diarios, los mensajes, la Educación, la Escuela, la Alta Escuela, la High School, el Arte, la obra, el Museo: todo agrupado con una lógica didáctica”.
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Lucrecia Lionti nació en Tucumán, Argentina, en 1985. Es artista visual. Lic. en Artes Plásticas por la UNT. Formó parte del Programa de Artistas 2010 (beca fundación YPF) y Laboratorio de Cine 2012 de la UTDT. Recibió la beca residencia Arco Madrid El Ranchito/Matadero del FNA 2017, Beca de viaje Alec Oxenford destino París 2014. Participó de la residencia Esto no es una muestra en Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti 2016. Laboratorio de Experimentación Artística Faena Arts Center 2012. Expuso de manera colectiva en París, Montbéliard, Madrid, Valencia y varias ciudades de Argentina. Trabajó junto al colectivo Amigo del Interior, con quienes recibió el premio Barrio Joven Chandon en ArteBA 2015 y Mecenazgo Cultural. La representa Galería Walden. Entre otras colecciones, en 2017 el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía adquirió una obra de su autoría. Vive y trabaja en Buenos Aires.
Sala V: “Rayos X”, Cristian Segura
“Este proyecto revela lo que no vemos cuando miramos un cuadro, mediante imágenes de rayos X de una pintura del Museo Nacional de Bellas Artes (Sin pan y sin trabajo – 1894, de Ernesto De la Carcova). Las radiografías, ofrecen una superposición de imágenes, en donde las transparencias y las opacidades están en función de las densidades y los espesores de los materiales empleados en la ejecución de la obra. Por tanto, se puede observar así, al mismo tiempo, el soporte, la preparación, las diferentes capas de pintura, los cambios de composición o los últimos estratos de superficie”, formuló Cristian.
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Cristian Segura nació en 1976 y reside en Tandil, Buenos Aires. Los múltiples conocimientos, físicos, técnicos, políticos y sociales, adquiridos dentro de un museo (donde fue director con 23 años) le permitieron amalgamar una superposición de campos que integran su condición de artista, gestor y curador. En sus obras recurre a variados soportes, lenguajes y estrategias discursivas como vídeo, fotografía, instalaciones multimedia, intervenciones en el espacio público y proyectos de investigación colaborativos. Ha presentado sus obras en exposiciones individuales y colectivas, tanto en Argentina como en otros países, incluidos Chile, Bolivia, Brasil, Uruguay, Cuba, Colombia, México, Estados Unidos, Portugal, España e Italia. Ha representado a la Argentina en la I Trienal de Chile, la 6ta VentoSul Bienal de Curitiba y la 11ra. Bienal de La Habana. Ha recibido premios y becas de residencia y producción en su país y el extranjero. Sus obras se encuentran en las colecciones del Museo de Arte Carrillo Gil, México D.F.; del Museo Juan B. Castagnino+Macro, Rosario; del Museo de Arte Contemporáneo, Bahía Blanca; del Museo de Bellas Artes, Tandil; de la Fundación OSDE, Buenos Aires; del Museo del Barro, Paraguay y del Centro de Documentación Centro Cultural La Moneda, Chile, entre otras.
Itinerante: “El rincón de los parlantes”, Andrés Aizicovich
“¿Cómo transformar el habla en materia? ¿Cómo hacer que la palabra sea un medio artístico? ¿Cómo trabajar con la oralidad fuera del lenguaje articulado en palabras? Pensar en la voz como herramienta y acción escultórica de un vínculo, no solo en su función mediadora en las relaciones interpersonales, sino como una entidad que nos forma, que modela nuestra comprensión y esculpe nuestras subjetividades (“Los límites
de mi lenguaje son los límites de mi mundo”).
El rincón de los parlantes se basa en el Speaker ́s Corner, un área en el Hyde Park de Londres abierta a que manifestantes, activistas, vecinos, oradores espontáneos prediquen sus ideas en voz alta para la comunidad, para que se generaren debates, discusiones. Una forma de comunicar, de transmitir y amplificar de ideas muy elemental, con una llegada horizontal entre emisor y receptor”, explicó Andrés sobre su proyecto.
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Andrés Aizicovich nació en 1985 en Buenos Aires. Cursó la Licenciatura en Artes Visuales del I.U.N.A. (Instituto Universitario del Arte) orientación pintura en la cátedra de Carlos Bissolino y el Programa de artistas de la Universidad Torcuato Di Tella 2012; seminario de obra coordinado por Mónica Girón. Asistió a clínicas de obra coordinadas por Fabián Burgos (2006/07), Eduardo Navarro (2008/09) y Carlos Huffmann (2009/10).
Realizó muestra individuales y colectivas en galerías y museos como el Centro Cultural Recoleta, Ruth Benzacar, Galería Nora Fisch, Galería
Inmigrante, Jardín Oculto, Galería Vasari, Fundación OSDE, Fundación Klemm, SESC Sorocaba, San Pablo (Brasil), Museo de Arte Moderno de
Cuenca (Ecuador), La Zona/The Drawing Center (New York), Museo MUNTREF Hotel de los Inmigrantes y participó en las ferias de arte ArteBA
(Buenos Aires) Scope (Miami, EEUU) y ArtBo (Bogotá, Colombia).
En 2017 obtuvo el premio Braque por el que realiza una residencia de seis meses en la Cité Internationale des arts en París en convenio con el
Palais de Tokyo.