El viernes 15 de septiembre se leerá la sentencia que culmina un proceso judicial que llevó más de 16 meses, en una nueva oportunidad de reparar años de impunidad.
El 5 de Mayo de 2016 comenzó en Tucumán el debate oral y público del juicio de lesa humanidad por los crímenes cometidos durante el llamado “Operativo Independencia”.
Por primera vez en el país se juzgaron hechos ocurridos antes del golpe de estado producido el 24 de Marzo de 1976, en lo que fue la antesala de horror y la tragedia.
A lo largo de estos 16 meses pasaron más de 400 testigos por la sala de audiencia, muchos de los cuales pudieron relatar en primera persona los hechos de los que fueran víctimas.
Niños, estudiantes, maestros, sindicalistas, operarios, trabajadores del surco, gremialistas, colimbas, mujeres embarazadas, curas tercer mundistas, empleados de comercio, intelectuales, extranjeros, abogados, enfermeras son algunas de las 271 víctimas que tiene ésta megacausa.
17 imputados acusados de violación de domicilio, privación ilegitima de la libertad, torturas, homicidios, violaciones y abuso sexual fueron sentados en el banquillo de los acusados, algunos son juzgados por primera vez en nuestra provincia, otros, como el multicondenado genocida Albornoz, sumarán una nueva condena.
Los fiscales Pablo Camuña, Agustín Chit y Julia Vitar pidieron la pena de prisión perpetua para Roberto Heriberto (El Tuerto) Albornoz; Luis Armando De Candido; Ricardo Oscar Sánchez; Manuel Rubén Vila; Miguel Ángel Moreno; Néstor Rubén Castelli; Jorge Omar Lazarte; Jorge Gerónimo Capitán; Enrique José del Pino y Omar Edgardo Parada.
En tanto, solicitaron para Jorge Ernesto Cuestas la pena de 3 años; para José Luís del Valle Figueroa, 7 años; para Alberto Alfredo Svendsen, 12 años; para Pedro Adolfo López, 13 años; para Francisco Camilo Orce y José Roberto Abba, 18 años y para Ramón César Jodar, 20 años.
Este es el doceavo juicio por este tipo de delitos que se realiza en la provincia. En el año 2008, el primer debate oral y público condenó a Antonio Domingo Bussi y desde entonces la Justicia habilitó a toda la sociedad a hablar de él como un genocida. A lo largo de estos años, uno a uno fueron llegando otros procesos judiciales que condenaron los crímenes de lesa humanidad cometidos después del golpe de Estado de 1976.