Cualquier juego de mesa desarrolla una influencia positiva en la mente de quienes lo practican. Sin embargo, el ajedrez sobresale de entre todos ellos por los beneficios que aporta a jugadores de cualquier edad.
En el caso de los niños, se ha demostrado que jugar habitualmente ajedrez propicia un aumento del cociente intelectual. Este juego permite que los más pequeños desarrollen su memoria y concentración, además, también permite que sean capaces de resolver problemas y afronten nuevos retos con mucho ánimo.
Un ejemplo es Ilan Schnaider, el mejor ajedrecista sub 8 del mundo. El niño prodigio figura en el primer puesto del ranking mundial de ajedrez elaborado por la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE). Su ELO de 1,884 puntos así lo certifica en la web de la FIDE.
Sin embargo, el pequeño ha destacado en otros torneos. En su primer concurso, fue tricampeón argentino con solo 6 años, segundo en el Sudamericano de Paraguay 2017 y en el Panamericano de chile 2018. Además, octavo en el Mundial de agosto de Weifang, China, y vigente campeón panamericano en Guayaquil, Ecuador, y sudamericano en el CeNARD.
Ilan menciona que fue su padre quién le enseñó a jugar. “Yo juego al ajedrez porque me enseñó mi papá al ver que tenía mucha memoria. Fui de a poco, desde mover las piezas paso a paso y a los torneos. Estudio para jugar mejor y me gusta la táctica, porque a veces se sacrifican las piezas y podés llegar a un jaque mate. Pero tenés que saber calcular”.
En una entrevista con sus padres, Carolina y Ram, comentaron que intentan acompañar su crecimiento profesional “de la mejor manera posible”. Su papá mencionó que viven “bastante alrededor del ajedrez, no sólo por las clases y los torneos acá, en Buenos Aires, sino con los viajes”. “Nos demandan tiempo y muchos gastos. Pero, bueno, creemos importante apoyarlo en su camino, cuidando también su crecimiento personal. Ilan no se agranda ni se achica, va hacia adelante”, explicó.
Su mamá Carolina, mencionó: “Siento mucho orgullo por las cosas que ha logrado en tan poco tiempo, pero tengo en claro que no es ningún superdotado. Sí debo reconocer que su madurez es mayor a la de los chicos de su edad y que tiene una enorme facilidad para los cálculos, la lógica y las matemáticas, por eso se adaptó fantásticamente con el ajedrez”. De esta manera, concluimos que Ilan recibe mucho apoyo de su familia y, por lo tanto, espera continuar mostrando su potencial como ajedrecista.
Sin embargo, el ajedrez es una práctica que no conoce fronteras y cada vez más personas apuestan por los niños para desarrollarlo. Otro caso de éxito es Tanitoluwa Adewumi, un refugiado nigeriano de 8 años que ganó el Campeonato Estatal de Nueva York, Estados Unidos, a primeros de mes en 2019. Tani participó en el torneo y ganó la categoría de su grupo de edad, con cinco victorias y unas tablas.
