Hacer Escuela en tiempos de Pandemia

En la coyuntura excepcional generada por la pandemia COVID-19, Luciana Yépez, Coordinadora Línea de Educación y Participación Democrática en DDHH de Andhes, reflexiona sobre los problemas y desafíos de la escuela en tiempos de cuarentena y la educación como derecho humano. Por Andhes

Dada la coyuntura excepcional generada por la pandemia COVID-19, nos preguntarnos desde Andhes[1] acerca de los cambios producidos en la agenda de Derechos Humanos.

El aislamiento social preventivo y obligatorio (ASPO) puso en crisis una multiplicidad de dimensiones de la convivencia social. En este artículo, interesa centrar la mirada en la educación como derecho y la educación en (para y por) los derechos humanos, a fin de analizar los problemas y desafíos de la escuela en tiempos de cuarentena. En este marco y dada la diversidad de grupos que integran la comunidad escolar, nos detendremos en aquellos niños, niñas y adolescentes (NNyA) y familias que viven en contextos vulnerables y de pobreza. Es decir, realidades marcadas por desigualdades de larga data y que se evidencian y profundizan en este contexto.

Desde el Ministerio de Educación Nacional y Provincial se propusieron modelos alternativos para sostener los vínculos pedagógicos y las trayectorias escolares. Se implementó la educación a distancia y el uso de tecnologías como soportes de emergencia para garantizar la continuidad de las experiencias formativas. Comprendemos el camino viable que se tomó ante una situación desconocida e imprevista. Sin dudas, se trata de una inmediata respuesta del Estado y del Sistema Educativo que, tras haber sufrido un gran deterioro y abandono durante los últimos años, continúa presente sosteniendo los lazos humanos.

Sin embargo, el derecho a la educación mediado por lo digital genera controversias. Pues se relaciona, entre otros aspectos, con la problemática de las desigualdades preexistentes. De esta manera, en esta nota nuestra intención es reflexionar y revisar el rol de la escuela antes, durante y después de la pandemia.

En primer lugar, la era de las comunicaciones y tecnologías cibernéticas, paradójica y contradictoriamente, pone en evidencia la incomunicación y aislamiento digital en que se encuentran numerosos sectores de la población. Esta brecha digital, entendida como la desigualdad de posibilidades para acceder a la información y al conocimiento a través de la red, está íntimamente relacionada con la brecha socio-económica existente. Incluso puede considerarse una consecuencia directa de la misma. En ese marco, se instala la imperiosa necesidad de garantizar el derecho a la alfabetización digital, para lo cual es fundamental la universalización de internet. Es decir, continuar el camino del acceso público y gratuito a la conectividad, como así también de la formación y capacitación en el uso de las herramientas tecnológicas-digitales por todos y todas. Por otra parte, también resulta necesario que el Estado desarrolle políticas públicas que permitan abordar la multiplicidad de problemáticas que presentan estos grupos históricamente excluidos.

En segundo lugar, en este último tiempo se puso en jaque el rol de la escuela como espacio de contención y denuncia de vulneraciones de derechos que sufren NNyA en el seno de sus familias. Justamente la educación en casa, toma distancia del “hacer escuela”, porque la institución escolar intenta romper las desigualdades existentes, presentándose como un espacio separado de ambientes familiares violentos. La misma llega a lugares y recovecos del mapa social que serían imposibles conocer de otro modo, facilitando la protección de derechos y las garantías de acceso a la justicia. Por ejemplo, suele ser la primera en detectar y denunciar los casos de Abuso Sexual Infantil. Si bien esto constituye el deber ser de la escuela, siguen siendo necesarias instancias de formación, para promover un adecuado abordaje de situaciones complejas y de vulneración de derechos.

En tercer lugar, nos parece pertinente abordar la problemática de la educación en, por y para los derechos humanos y su crisis con o sin pandemia. Desde una visión crítica, en el sistema educativo, los derechos humanos tradicionalmente se redujeron a un “abc” de temas para ser enseñados en ciertas materias. Sin embargo, resultaría interesante proponerlos como eje transversal a toda la institución escolar y sus contenidos, conformando un pleno ejercicio de la praxis educativa. En este sentido, el aislamiento puede ser una oportunidad para preguntarnos ¿qué enseña la escuela?, ¿cuáles son sus finalidades? y por lo tanto ¿qué sujetos desea formar?

Desde Andhes, ponemos en valor la educación pública de calidad -cuyo principal garante es el Estado- y el rol de las instituciones educativas respetuosas de los DDHH. Se trata de repensar la función de la escuela, diseñando propuestas formativas integrales que permitan el desarrollo pleno de quienes transitan en ella. Las cuales contemplen la participación protagónica, el acceso a nuevos horizontes culturales y nuevos saberes, que favorezcan la democratización en la toma de decisiones.

En clara relación con lo precedente, entendemos que es necesario mantener el contacto con los y las estudiantes, evitando la sobrecarga de información para que sus trayectos no se limiten a realizar tareas. Esto supone pensar la educación como propuesta de actividades que involucren a la escuela como colectivo social y cultural, habilitando diálogos que posibiliten intercambios de experiencias, sentidos y significaciones. Llamamos a prestarle atención a que el uso de las nuevas tecnologías no se subordine a un modelo mercantil y tecnocrático de la educación, reforzando un rol del docente de mero aplicador, exacerbando el individualismo y las lógicas meritocráticas.

En cuarto lugar, no podemos olvidar que la feminización de la docencia pesa fuerte durante la pandemia. Históricamente a la tarea docente se la concibió como una actividad ligada al cuidado, la protección y el amor. La que se encuentra íntimamente relacionada con la romantización de la misma, a través de la vocación y entrega, invisibilizando la condición de trabajadoras responsables de educar, en concordancia con sus derechos laborales. A su vez, la pandemia intensificó el trabajo doméstico y el cuidado de personas. Entonces, partiendo de las características y roles atribuidos a los géneros en la sociedad patriarcal, la inequidad existente se profundiza. Y nos encontramos en un escenario de docentes mujeres, asumiendo el trabajo doméstico y las tareas de cuidado, agravado por la precarización de los salarios y escuelas carentes de capacitación e infraestructura para la enseñanza virtual.

Por último, no recordamos otro momento en que se hable tanto de la solidaridad y necesidad de cooperar por el bien común. Esto es paradójico cuando impera, en nuestras vidas e imaginarios, la sociedad de mercado y la embestida meritocrática que el neoliberalismo -como modelo civilizatorio dominante- busca imponer en América Latina. Cabe preguntarnos: ¿qué hace la escuela para promover valores solidarios?, ¿qué hace en pos de la comprensión de las desigualdades y la construcción de conciencias críticas?

Esperamos que luego de esta pandemia, el “volver a la normalidad” y el “hacer escuela” implique luchar por la igualdad del derecho a la educación, rompiendo pronósticos inquebrantables y/o destinos fatales de los sectores más vulnerados de la sociedad. Y que se imponga también, una escuela que abrace el paradigma de derechos humanos incidiendo en el currículum y la didáctica tradicional; concordante con una pedagogía política humanista y emancipatoria.

Por Luciana Yépez

Coordinadora Línea de Educación y Participación Democrática en DDHH de Andhes


[1] Organización de la sociedad civil que trabaja desde el Noroeste de la Argentina, con incidencia particular en las provincias de Jujuy y Tucumán. El trabajo llevado adelante desde hace casi 20 años consiste en fortalecer y promover los derechos humanos en el marco democrático de las relaciones sociales.

Total
0
Comparte
Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Nota Anterior

Conmemoraron a Miguel Lillo al cumplirse 89 años de su fallecimiento

Nota siguiente

Volver a Casa: El Comité de Emergencia habilitó un link en su página web para solicitar permisos

Artículos Relacionados
Total
0
Share