Este sábado se realizó la 30 Marcha del Orgullo LGBTIQ+ en Buenos Aires con la participación de más de 200 mil personas. Compartimos fotos y el documento completo que se leyó. Los reclamos, las conquistas, la celebración y la denuncia. Fotos de Lourdes Gonzalez.
30 años de marchas en todo el país: Somos comunidad, orgullo y lucha
¡Acceso efectivo a todos los derechos!
Celebramos el mes del orgullo LGBTIQNB+ en la República Argentina conmemorando los 30 años del inicio de las marchas del orgullo en nuestro país.
Nos volvemos a encontrar para festejar, reclamar, bailar y marchar renovando el compromiso con la lucha que iniciaron aquellas pioneras que un 2 de julio de 1992, y en fechas posteriores en distintas provincias, vencieron el mandato de la vergüenza por ser lesbianas, gays, bisexuales, travestis, trans, intersex, putos, tortas, travas, maricas, no binaries y nos convocaron a todes a ser una comunidad y a luchar con el deseo de todas las libertades, como decía Carlos Jáuregui.
Volvemos a celebrar, como cada año, continuando la lucha de quienes se animaron a ocupar las calles, a tomar los centros históricos y políticos de cada ciudad cuando ser travesti, torta, gay o bisexual todavía estaba cargado de un fuerte estigma por parte de la gran mayoría de la sociedad.
Celebramos también los 50 años de la creación del Frente de Liberación Homosexual (FLH), que nos convocaron a amar libremente en un país liberado.
Somos parte de un movimiento con una gran historia de lucha. En los inicios no sólo no había leyes que nos reconocieran en igualdad sino que vivíamos bajo la criminalización del propio Estado, el ataque constante en nuestras familias, trabajos, escuelas, hospitales, medios de comunicación y tantos otros ámbitos. Sólo sostenidas por nuestra comunidad y por la profunda convicción de que el estigma y la represión sólo podían romperse con la visibilidad de nuestras identidades a cielo abierto, con la fuerza de nuestros cuerpos juntes, marchando y denunciando la “máscara” que debíamos vestir durante el día para no perderlo todo por vivir nuestro deseo en libertad.
Todavía estaban vigentes los edictos policiales que nos criminalizaron, se imponía el estigma sobre nuestras identidades disidentes y el abandono por la pandemia del VIH, nos señalaban como pecadoras y la cúpula de la Iglesia Católica nos atacaba de modo abierto ante la indiferencia social. Pero resistimos. Y también avanzamos.
Celebramos 30 años de marchas en la Ciudad de Buenos Aires, 12 en Catamarca, 11 en el Chaco, 3 en Chubut, 13 en Córdoba, 5 en Corrientes, 11 en Entre Ríos, 5 en Formosa, 10 en Jujuy, 3 en La Pampa, 12 en La Rioja, 11 en Mendoza, 4 en Misiones, 21 en Neuquén y Río Negro, 18 en Salta, 12 en San Juan, 12 en San Luis, 6 en Santa Cruz, 15 en Rosario, provincia de Santa Fe; 14 en Santiago del Estero, 5 años en Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, 9 años en Tucumán y 10 años en Bahía Blanca, 15 en Mar del Plata y en tantas otras ciudades de la Argentina.
Celebramos a las pioneras que marcharon por primera vez en todos los rincones de nuestro país, las que realizaron esa ruptura fundamental que nos permitió pasar del ocultamiento a la visibilidad, de la vergüenza al orgullo. Lo hicieron en lugares hostiles, con relaciones de fuerza totalmente desfavorables y desiguales, con escasos recursos en provincias, ciudades y pueblos en los que no nos querían escuchar.
Gracias a todes elles hoy somos este movimiento, porque nos sostiene el saldo de sus luchas, la fuerza de sus deseos y libertades. Ese orgullo fue nuestra revolución, nuestra primera y principal conquista, la que nos permitió luego avanzar en cada una de las conquistas y derechos que logramos, superando lo que hoy llamamos homofobia internalizada, para llevar cada una de nuestras identidades como bandera.
Entre esas pioneras destacamos a Ilse Fuskova, a quien saludamos y reconocemos en vida su imprescindible aporte a la visibilidad lésbica, a Carlos Jáuregui que sostuvo: “frente a una sociedad que nos educa para la vergüenza, el orgullo es una respuesta política” y a César Cigliutti, que consagró su vida a la lucha, último presidente de la Comunidad Homosexual Argentina (CHA) que lo perdimos el año pasado y que desde su generosidad, en estos tiempos pandémicos pregonaba que “comunidad es el concepto que incluye y excede a cada una de nuestras identidades” y nos convocaba a estar “juntes o juntes”.
A 30 años, hoy celebramos un nuevo tiempo con ampliación y reconocimiento de derechos.
Celebramos que por la lucha, la unidad de nuestras organizaciones y la voluntad política del gobierno nacional, contamos con la Ley de Cupo e Inclusión Laboral Travesti Trans “Diana Sacayan – Lohana Berkins”, el reconocimiento de las identidades no binarias en el DNI y un CUIL sin género, el aborto legal, seguro y gratuito, un conjunto de políticas públicas con perspectiva de géneros y de erradicación de violencias vinculadas a la identidad de género y orientación sexual, en una sociedad que avanza en el respeto a la diversidad sexual.
Celebramos el cupo y la inclusión laboral travesti trans que comienza a reparar décadas de exclusión, de condena al ejercicio de la prostitución como único mecanismo de subsistencia, celebramos el DNI y el CUIL no binario con los que el Estado deja de imponer categorías de género para la identificación de las personas y celebramos que es Ley el aborto legal, seguro y gratuito después de décadas de lucha.
La autonomía y el derecho a decidir finalmente fueron reconocidos para las personas gestantes con otras identidades de género, reconocidas como sujetas de derecho en la Ley.
Celebramos también la institucionalización de las políticas de género y diversidad, la creación del Ministerio de las Mujeres, Generos y Diversidad de la Nación, en la provincia de Buenos Aires y de áreas específicas en los gobiernos provinciales y municipales.
Celebramos también la formación de espacios de diversidad en la inmensa mayoría de los partidos políticos, lo que contribuye a sentar las bases del desarrollo de políticas de Estado para garantizar los derechos humanos de las personas LGBTIQNB+, frente a la reacción conservadora que pretende restaurar su moral religiosa en el ordenamiento jurídico del Estado.
A 30 años, celebramos a la juventud feminista y LGBTIQNB+ que hoy abraza mayores niveles de libertad para expresar su libre orientación sexual e identidad de género, a nuestras hijas, hijos e hijes que son vanguardia de la visibilización de nuestras familias, celebramos a las infancias y adolescencias trans que se abren paso en la construcción de un futuro que debe ser cada vez más inclusivo y diverso.
A 30 años, somos orgullo, comunidad y lucha. Somos orgullo, somos lesbianas y bisexuales, somos gays y maricas, somos travas, trans y no binaries, somos asexuales, somos pansexuales, somos cuir, somos comunidad. Somos las vejeces que resistimos. También somos las periféricas, conurbanas, villeras, rurales, migrantes, afrodescendientes y originarias. Somos gordes y personas con discapacidad y diversidades corporales.
Nuestra querida compañera y hermana Diana Sacayan dijo: “Cuando yo me vaya, sé que en algunas cuantas conciencias habré dejado la humilde enseñanza de la resistencia trava, sudaca y originaria”. El reconocimiento de esas diversidades es el secreto de nuestra historia.
Somos las que nos juntamos a festejar y a llorar, las que recibimos a las nuevas, a las humilladas, a las golpeadas, a las expulsadas. Las que conformamos familias que trascienden las partidas de nacimiento y matrimonio; alianzas, amistades, redes de afectos y familias deseadas que no dependen del mero lazo sanguíneo sino del deseo y el afecto.
Somos comunidad, somos quienes nos cuidamos en la pandemia poniendo en marcha la solidaridad. Somos comunidad cuando enfrentamos los ataques de odio y la violencia social e institucional, somos comunidad construyendo espacios de libertad y goce de nuestros cuerpos en el deporte y la cultura, somos comunidad cuando fundamos bachilleratos y espacios de terminalidad educativa para las expulsadas del sistema. Estamos orgullosas porque estamos juntas. Hay orgullo porque hay comunidad.
Somos lucha porque como nos enseñó Lohana Berkins, “el amor que nos negaron es nuestro impulso para cambiar el mundo” y lo estamos cambiando. Recuperamos con lucha no sólo el derecho a existir sino a vivir como queremos sin tener que escondernos. Esta, nuestra celebración es una reivindicación, una manera de luchar. Porque sabemos que la alegría y el orgullo de ser quien cada une es, ha sido y seguirá siendo la respuesta al mandato de la vergüenza por no responder al modelo impuesto por el sistema de sexo/ género heterocissexista.
Somos lucha porque resistimos, ayer y hoy, a la policía que nos encarcelaba por visibilizar nuestras identidades de género y orientaciones sexuales en el espacio público sin escondernos; porque enfrentamos el paradigma médico hegemónico que nos patologizó.
Somos lucha porque resistimos el estigma contra nuestras identidades y frente al VIH, que nos trató de personas locas, enfermas y perversas. Resistimos con alegría y orgullo y hoy seguimos luchando por todo lo que falta.
Reclamamos que se reconozca y repare la violencia institucional ejercida por las fuerzas de seguridad contra las personas travestis y trans con motivo de su identidad de género, que se establezca un régimen jubilatorio y de pensiones para personas mayores travestis y trans que dé cuenta del promedio de vida diferente que les impuso la discriminación, la violencia y el sistema prostituyente.
Vamos por el tratamiento y aprobación en el Congreso Nacional de los proyectos de Ley #ReconocerEsReparar y de jubilaciones y pensiones para personas mayores travestis y trans.
Reclamamos protección y asistencia para las personas en situación de prostitución y que se implementen medidas para prevenir los travesticidios y erradicar el travesticidio social que condena a la desaparición y la muerte a nuestras compañeras y compañeros. En este sentido, seguimos exigiendo respuestas: ¿Dónde está Tehuel?, ¿Qué pasó con Tehuel? Y reclamamos ¡Aparición con vida ya de Tehuel de la Torre!, ¡Exigimos una respuesta urgente del Poder Judicial!
Reclamamos una profunda reforma judicial transfeminista, porque necesitamos una justicia sin prejuicios de género ni de clase, para investigar y castigar los crímenes motivados por el odio a la libre expresión de las orientaciones sexuales e identidades de género no heterocisnormadas: que se reconozcan y apliquen las figuras penales Travesticidio, Transfemicidio, y Transhomicidio, entendiendo que tanto el agravante de crimen de odio como el de violencia de género atraviesan los ataques que sufrimos.
Porque es necesaria la deconstrucción del poder judicial para implementar una perspectiva de género y diversidad sexual que garantice un verdadero acceso a la justicia.
Reclamamos la protección integral de las personas intersex para que nadie sea vulnerade en sus derechos humanos con motivo de sus características sexuales. Exigimos del Estado una respuesta ante la violación de derechos humanos de las personas intersex, especialmente de niñes cuyos cuerpos son estigmatizados y sometidos a determinadas intervenciones quirúrgicas que no tienen necesidad médica. Necesitamos que se respete el consentimiento personal de toda persona intersex para efectuar intervenciones de modificación corporal y sus derechos a la intimidad, a la salud física y mental, a la no discriminación, a una vida libre de violencias, a la diversidad corporal, a la identidad en condiciones de igualdad y a la verdad. Es urgente la sanción del Proyecto de Ley de Protección Integral de las Características Sexuales presentado por las organizaciones intersex.
Reclamamos que se fortalezcan y desarrollen políticas públicas y presupuestos con perspectiva de género y diversidad sexual eficaces y eficientes, que se diseñen con participación efectiva de las organizaciones LGBTIQNB+ y que se implementen de manera federal, a través de organismos nacionales, provinciales y municipales que garanticen un efectivo acceso a todos los derechos. Que se implemente al 100% el cupo y la inclusión laboral para personas travestis y trans.
Reclamamos la sanción de una nueva Ley Nacional de respuesta integral al VIH, las Hepatitis virales, la Tuberculosis e infecciones de transmisión sexual (ITS) que garantice el real acceso a la salud integral, a información actualizada y veraz, y cuya implementación cuente con procesos de participación efectiva de las personas que viven con VIH. Que se promuevan testeos y adherencia a tratamientos, que se suministren medicamentos de manera ininterrumpida y geográficamente accesibles, que se desarrollen campañas masivas de prevención e información “Indetectable=Intransmisible”.
Reclamamos ámbitos laborales libres de todo tipo de discriminación y violencia, Estatutos y Convenios Colectivos de Trabajo con perspectiva de género y diversidad, implementación efectiva de la Ley Micaela en los sindicatos y espacios de capacitación intersindical en diversidad sexual. Vamos por la ampliación de licencias, compartidas e igualitarias, guarderías para nuestras hijas, hijos, hijes y respeto de los derechos para todes les compañeres laburantes diverses y disidentes. Vamos por la efectiva implementación del Convenio 190 de la OIT.
Reclamamos por la implementación de la Educación Sexual Integral con perspectiva LGBTIQNB+, para que todas las identidades de género y orientaciones sexuales sean igualmente visibilizadas y social y pedagógicamente valoradas. Por infancias y adolescencias libres de discriminación y violencia. Queremos ESI para desarmar la estructura cisheteropatriarcal que es el pilar de la violencia hacia las mujeres y personas LGBTIQNB+, para aprender nuevas formas de construir masculinidades y vínculos sin violencia. Exigimos la implementación de la ESI en todos los niveles y modalidades, en el sistema público y privado.
Reclamamos un deporte no binario, antipatriarcal y popular. Por la implementación de la Ley Micaela en el deporte garantizando la formación y la reflexión sobre el acceso, permanencia y disfrute de la actividad física y deportiva del colectivo LGBTIQNB+., en especial de las personas travestis trans. Por la incorporación de la perspectiva de género y diversidad sexual en las políticas públicas del deporte y la ampliación de la participación de nuestro colectivo en las comisiones directivas de federaciones, clubes, agrupaciones, etc. Por la ampliación y adaptación de categorías y modalidades para la promoción y garantía del deporte para todes sin biologicismos ni discriminación.
Por un Estado Laico que entre otros aspectos implica no permitir que los conservadurismos religiosos antiderechos frenen, con la complicidad de jueces y funcionarios, la implementación de las políticas que garantizan los derechos de las mujeres y la diversidad, ni que determinen desde un despacho público o desde afuera, la restauración de la imposición de su moral sexual a las leyes y políticas del Estado.
Por el juicio y castigo por las “terapias de conversión” y otras formas de tortura y la reparación a sus víctimas.
Por un orgullo LGBTIQNB+ popular, transfeminista, plurinacional, antirracista y anticapacitista.
Porque nuestro orgullo es lucha, nuestro orgullo es diverso y desde esa diversidad seguimos resistiendo, porque vamos a vencer. Levantamos las banderas del FLH, porque seguimos el legado de Carlos Jáuregui que sostuvo que “en el origen de nuestra lucha, está el deseo de todas las libertades”, porque seguimos la lucha de Néstor Perlongher, Nadia Echazú, Diana Sacayán, Vero Marzano, Lohana Berkins y César Cigliutti.
Con la fuerza de nuestra historia, con el ejemplo de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo seguimos resistiendo y frente a quienes descalifican o atacan nuestra agenda, a quienes quieren que nada cambie, a quienes nos señalan como “minorías” para escindirnos del conjunto del pueblo, hoy les decimos: ¡Nuestros derechos no se tocan!, ¡Ni un paso atrás! El respeto a los derechos humanos, incluidos los de la diversidad sexual y de género, forma parte de nuestra identidad colectiva.
¡Fuera la extrema derecha y los conservadurismos religiosos de cualquier signo político! ¡Fuera la derecha fascista!, ¡Fuera trans odiantes, lebo odiantes, bi odiantes y homo odiantes!, ¡Fuera les Racistas, les xenofobiques, les gordofobiques!, ¡Fuera machistas y sexistas!, ¡Fuera!
Porque estamos orgulloses de nuestras identidades, frente a quienes nos quieren disciplinar para que no se note nuestra “diferencia”, porque nos plantamnos frente al trans lesbo, bi homo odio y el machismo, porque lo vamos a transformar todo para vivir en una sociedad donde seamos verdaderamente libres e iguales en dignidad y derechos.
Después de todos los ataques, después de las pandemias y a 30 años del inicio de las marchas del orgullo volvemos a salir a las calles, a encontrarnos, a bailar, a festejar en todo el país y a decir desde cada rincón de la patria: ¡Somos orgullo, comunidad y lucha!, ¡Acceso efectivo a todos los derechos!
- 30 años de marchas.
- Somos orgullo, comunidad y lucha.
- Acceso efectivo a todos los derechos. Celebramos la Ley de Cupo e Inclusión Laboral Travesti Trans “Diana Sacayan – Lohana Berkins”, el DNI y el CUIL no binario, el aborto legal y gratuito y una sociedad que avanza en el respeto a la diversidad sexual.
- Por la aprobación de los proyectos de ley #ReconocerEsReparar y de jubilaciones y pensiones para personas mayores travestis y trans.
- ¿Dónde está Tehuel? Queremos saber qué pasó con Tehuel. Aparición con vida YA.
- Por el fortalecimiento de las políticas públicas y presupuestos con perspectiva de género y diversidad sexual. Implementación de la ESI con perspectiva LGBTIQNB+.
- Por infancias y adolescencias libres.
- Por una reforma judicial transfeminista.
- Por un Estado Laico: Fuera los conservadurismos religiosos antiderechos.
- Juicio y castigo por las “terapias de conversión” y otras formas de tortura. Por una nueva Ley Nacional de respuesta integral al VIH y campañas masivas de prevención e información: Indetectable = Intransmisible.
- Ley de protección de las características sexuales ya!
- Por un orgullo LGBTIQNB+ popular, transfeminista, plurinacional, antirracista y anticapacitista.
Muy hermosas las fotos!! Una fiesta la marcha, muy buena nota!