Este viernes 8 de agosto a las 20 se inaugura en Dicha El sueño de la hija de un dueño, exposición de la artista Mariana Ponce con el acompañamiento curatorial de Diego Gelatti y la musicalización de Emilianiyo.
Mariana Ponce es una artista tucumana, licenciada en artes plásticas egresada de la Facultad de Artes de Tucumán y gestora cultural por la Universidad San Pablo T; El sueño de la hija de un dueño es su tercera exposición individual, siendo la anterior Ilusiones y Confusión realizada en Consultorio en el 2023
Para Mariana, el arte es el espacio donde preguntarse si es posible el contacto con el misterio, y justamente el misterio es el disparador de esta nueva exposición en la cual la artista elige a la performance como medio para acercarse y sentir la historia de un lugar: Santa Ana, localidad ubicada al sur de nuestra provincia, en el departamento de Río chico, donde supo estar el Ingenio azucarero más grande de Sudamérica fundado por Clodomiro Hileret.

El sueño de la hija de un dueño se centra en el mítico parque de Santa Ana, construido a principios del 1900 por el paisajista más famoso del momento, el francés Carlos Thays, quien fue contratado por Hileret para materializar un sueño de su única hija mujer, María Luisa. El parque originalmente tuvo una extensión de ocho hectáreas con varios lagos donde habitaban peces de diferentes colores, la parte más famosa es la glorieta rosa, desde la cual se podía subir a botes de madera para pasear por el lago. Orquídeas, limoneros, especies arbóreas de todo el mundo, como gomeros de la india, ficus asiáticos, palmeras del norte de África; junto con especies nativas, conformaron la fantasía de una niña de 15 años y actualmente son patrimonio histórico y cultural de Tucumán.
“Me centro en el parque porque es el lugar donde más me pude acercar a una especie de ‘verdad’, en ningún momento de mi proceso de trabajo tuve ninguna certeza porque la información que obtuve se contradice constantemente. La videoperformance juega un montón con los contrastes entre lo onírico del parque y el hecho de que a un par de metros están los túneles donde torturaban personas. Todo el tiempo convive en Santa Ana lo hermoso y el terror, entonces en la videoperformance atravieso un relato que es ajeno pero propio a la vez,” cuenta Mariana.
Su interés por Santa Ana nace gracias a una amiga que vive allí y sus relatos sobre la familia Hileret y la localidad, historias transmitidas de generación en generación, como el mito del perro familiar y los túneles que unían el ingenio con el parque. El ingenio de Santa Ana fue uno de los 11 ingenios tucumanos cerrados por decreto en 1966 durante la dictadura de Onganía.
Esto que realiza Mariana con la historia de Santa Ana me recuerda a lo que Florencia Abadi, doctora en filosofía, piensa sobre el accionar del arte: un trabajo de elaboración en relación a un conflicto. Así como los sueños, los mitos y el humor, el trabajo que hace el arte es velar y develar, develar pero no enteramente, ya que el ser humano necesita de algún velo para entrar en contacto con el dolor.
Después de su inauguración, la exposición va a poder visitarse con cita previa los días 16 y 23 de agosto de 18 a 21 horas.