“El cine que yo hago tiene la balanza inclinada hacia lo incómodo”

PORTADA 5

Pedro Arturo Gómez entrevista a Agustín Toscano, director de En vos confío.

¿Qué te atrajo de la historia de Susana Acosta y Marcos Daniel Fernández, ex-novicias?

La historia me atrajo porque es parte del folklore reciente de nuestro pueblo tucumano, con casos muy vecinos como el de Paulina Lebbos y Marita Verón, que forman una especie de tríada con éste de las ex-novicias. Quizá alguna vez haga una película sobre cada uno de esos otros dos casos, pero ahora me pareció que tenía que comenzar por éste, que es el que me generaba más misterio.

¿Por qué elegiste el género documental?

Opté por el documental porque se me hacía la vía más indicada para contar este tipo de historias, y además me parecía importante para mí porque me permitía incursionar en la no-ficción.

¿Por qué haces un uso tan particular del documental, mezclando registros, introduciendo hasta el musical?

Por qué hago un uso tan particular del documental… no tengo muy en claro el por qué, quizá sí el para qué. Tuve mucho tiempo para narrar las cosas, sobre todo ciertas cosas que no estaba seguro de cómo narrar, sobre todo el pasado. Sabía que tenía que usar algún tipo de representación especial, pero me tomó un largo tiempo entender cómo iba a usar esto, porque mi tentación –al venir yo del teatro- era convocar actores y hacerlos trabajar en el realismo, pero me tentaba también usar algo que no fuera realista, pero no sabía cómo llegar a ello. En algún momento se me apareció la idea de hacer un plano secuencia larguísimo, que después no hice, en donde la gente cantaba. Ahí empecé a agregarle escenas más escenas y se me complejizó todo. Un año y pico después entendí que había que grabar una ópera y usarla recortada, para contar ciertos fragmentos de la historia, ésa me pareció la mejor forma de contarla. ¿Por qué lo hice? Me parece porque soy un poco caprichoso, porque no encuentro una razón formal. Sin embargo, creo que esos tramos musicales se integraron muy bien, que encontraron una armonía importante, y estoy muy contento de eso, pero tardó mucho hallar ese concepto. Antes de eso, estaba haciendo una película mucho más tradicional sobre este tipo de casos, que me parecía apasionante.

¿A qué se debe la presencia tan constante de la naturaleza en la película?

En cuanto a la naturaleza, a cómo aparece en la película, no sé si responde a un único significado o si hay muchos…. La naturaleza va moldeando la película, pero no termina de significar una única cosa. Al principio tiene que ver con la representación de lugares aislados, donde se conocieron ellas, esos conventos rodeados de naturaleza, que les daba cierta privacidad. Pero después, los lugares por donde ellas viajaron, su casa en El Cadillal, que es mayormente espacio natural. Y sí, es cierto, la naturaleza está muy presente y va teniendo varios sentidos a lo largo de la película.

¿Sos consciente de la polémica que puede provocar la película al contraponerse a la mirada dominante sobre este caso?

Soy consciente, obvio, sobre la polémica que puede provocar la película. El cine que yo hago tiene inclinada la balanza para el lado de lo incómodo, algunos le dirán “incorrecto”, otros lo llamarán de otro modo, pero siempre parte de la base de que se está poniendo sobre la mesa un tema que no es liviano o fácil de tratar. Siento que no me caracteriza hasta ahora la liviandad, ni los temas sencillos. Pero sí siento que ésta es la película más espesa que hice hasta ahora, mientras la voy viendo siento que tiene una sangre bien espesa corriéndole por las venas, es muy tensa. Esta tensión se reconoce en los diferentes lugares del mundo en los que se ha visto la película, y lo que se ve más allá de la mirada dominante que hay en la provincia, sobre los procesos judiciales, sobre lo que dice la ley, sobre las mujeres lesbianas, sobre la gente trans, sobre el rol de los presos, porque también esto es algo que pongo sobre la mesa. Lo que siempre me interesó más en este proyecto es cómo lograr dentro de este esquema no ficcional, en un contexto donde los preconceptos y prejuicios anteceden a la película, cómo lograr lo que yo llamo una “tridimensionalidad” de los personajes, la no definición de bueno y malo, o de héroe, antihéroe o villano, sino en un lugar más difuso, intermedio, grisáceo, donde lo bueno no termina de ser tan bueno y lo malo no termina de ser tan malo. Esto nos obliga a volver a pensarnos, a pensar la sociedad, o las sociedades, porque la significación de una película no se limita a la sociedad que representa. Sin embargo, siento sí que es muy importante para Tucumán que se revisiten las historias, y se vuelvan a pensar los conceptos, sobre todo en esta historia que marca bastante la cancha, en el sentido de que cuando se juzgó a estas personas hubo también una época, una época en la que las parejas de un mismo sexo, más si habían adoptado, más si eran ex-novicias, todo eso iba aportando a una mirada condenatoria, sobre todo antes de las leyes de Matrimonio Igualitario y de Identidad de Género, legislaciones que tienen su peso en la historia porque estando en la cárcel se casan y una de ellas decide cambiar de género. Se entiende que hay un cambio de paradigma, desde donde volver a mirar este caso de dos personas en la cárcel, estigmatizadas, hayan hecho lo que hayan hecho. Por eso me pareció que ésta es una película muy actual, muy vigente, y –en la medida en que se derechiza todo ahora- aún más vigente.

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