Desentierro: el nuevo libro de Mateo Diosque y las narrativas para fugarse del cisexismo

Este jueves 15 se presenta el libro “Desentierro” de Mateo Diosque, el sexto título de la Colección PTM: Poesía Transmasculina. La presentación será a las 21hs a través de Instagram live de @puntossuspensivosediciones y participarán Gabby De Cicco, Fer López, Andrea Mansilla, Francis J. Fabre e Inés Púrpura, junto con el autor.

Con prólogo de Francis J. Fabre e ilustración de tapa del poeta y artista Alejandro Jezdrejewski, en “Desentierro”, Diosque nos invita a detenernos y resignificar; a mirar con minuciosidad situaciones y maneras que nos son impuestas desde el exterior, como el cisexismo, y cómo operan también desde el interior.

Desde La Nota, conversamos con el escritor en una entrevista íntima. Podes escucharla en Spotify, Youtube o leerla a continuación.

  • Al comienzo del libro, en la introducción se expone esta necesidad de “declarar nuestro lugar de enunciación”. ¿A qué se refiere? Es algo que se repite en tu obra, y que acompaña tus transformaciones.

En la introducción habla principalmente de un lugar de enunciación no cisheterosexual. Cuando escribimos siendo personas trans masculinas y aparte, siendo personas trans masculinas bisexuales o putos, por ejemplo, es un lugar que es necesario hacerlo visible. Porque pienso que ha ocurrido una especie de demonización de lo masculino. Es el varón heterosexual y no existe otra masculinidad. Entonces también es un lugar de habitar en el que hay que explicitar algunas cosas, porque si mi poemario circula y alguien no sabe quién soy yo, y lee esos poemas y piensa habla en masculino, es un varón heterosexual, porque en el imaginario del mundo no hay otra posibilidad. Entonces, en función de eso, la importancia que le da la colección a visibilizar lo como poesía trans masculina. 

Con respecto a mis poemas sí hay lugares políticos explícitos, pero también hay una búsqueda que tienen que ver con la palabra y con la poesía específicamente de qué enuncia cuando digo, de qué pasa con el lenguaje. Yo pienso un montón en mis proceso y me edito un montón. Los poemas a veces tienen tres versos, pero yo he pasado meses escribiendo. Entonces son lugares conscientes, pero también hay algo que atraviesa la poesía, que pasa por otros lugares que son intuitivos y que capaz yo puedo teorizarlos después. Una búsqueda aparte de la enunciación específica política, de una búsqueda con la palabra, con el lenguaje y el lenguaje, como un no lugar que se habita también.

  • En los poemas se repiten algunas palabras, antagonismos. Hablas de fuga, pero también de quedarte. Hablas de cuerpo, identidad. De heridas y cuidados, de ternura y cicatrices. 

Este libro en particular tiene una tensión que va ocurriendo todo el tiempo entre la herida y la ternura, por ejemplo. Y el recorrido de este libro también no hace un recorrido lineal de tensión, tensión, tensión y después abre o al revés. Como editor, Gaita de Puntos Suspensivos, ha tenido una lucidez que quizás yo no hubiese tenido con mi propia obra. Entonces tensionan todo el tiempo y también hay una cuestión de búsqueda de poder hacer dialogar y no pensar las cosas de una manera lineal. Poder encontrar la ternura en lugares donde supuestamente no lo está. 

Y la cuestión de la fuga, que es algo que aparece también y del quedarse, tiene que ver con un proceso, como una cuestión personal, íntima, de haber pensado mucho tiempo en la fuga como un lugar de pertenencia. Fugarse de y necesitar también poder quedarse en algún lugar. Porque fugar no es construir necesariamente, o por lo menos mi experiencia es que la fuga no es la construcción. No tengo un territorio de habitar, ni simbólico, ni en mi cuerpo ni en ningún lado, si todo es fugarse. 

  • Hablemos un poco sobre la edición del libro. Siento que tiene ritmo. Que pasas de una emoción a otra. Tenes un descanso y después te pega de nuevo. Si supiera algo de música seguro se podría transformar en una melodía. ¿Cómo fue ese proceso en la virtualidad?

Para mí fue un proceso muy agradable, en donde además después tomé un montón de confianza. También fue interesante para mí encontrarme con otra persona trans que edite, y cómo piensa y atraviesa esa edición. Porque la identidad está presente en todos lados. Entonces ha sido también muy agradable para mí poder descansar de no tener que explicar ciertas cosas como bueno. La lucidez de venir editando a personas trans, también de Gaita, es poder encontrar una narrativa dentro de esos poemas distinta. Poder tensionar, poder angustiar, pero que aparezcan otras cosas y que tienen que ver con el libro, con el recorrido y con la propuesta de este libro.

  • Sobre la estructura de las poesías, ¿cómo tomas la decisión de utilizar algunas palabras unidas o cortadas? 

En la poesía tengo la dimensión oral muy presente porque muchos poemas los escribo, pero a otros los dicto a la grabadora del celular. Los grabo y después los transcribo. Tengo muy presente como me escucho y el ritmo y el tiempo también. Yo recito y cuento el tiempo con el pie, por ejemplo, entonces los versos se cortan en un tiempo en el que yo estoy conciente, y esa cuestión de juntar palabras tiene que ver con eso. En los lugares en donde decido no hacerlo es porque yo escucho que no está sucediendo. Es la dimensión oral que me interesa que aparezca en los poemas y con el ritmo que me interesa que tenga. 

  • Me parece interesante el recurso que utilizas de hablarle a tu yo del pasado y es algo que se repite en diferentes obras tuyas. ¿Consideras que transisionas con tu poesía? 

Pienso que todo es una transición constante. La poesía me pone al frente la transición como a un nivel inconsciente, como las cosas a veces aparecen en los poemas cuando son búsquedas estéticas puramente y aparecen cosas que me hacen pensar “ah, bueno, esto está pasando y no lo he pensado antes”. En ese sentido, más allá del deseo de quedarme, yo tengo una inquietud constante con la palabra, con el lenguaje, concretamente. Entonces, una transición sin parar. Y en lo explícito, por ejemplo, cuando le hablo a mi yo del pasado, también hay un juego la ficción. Hay un poema específico en donde pareciera que ese yo poético se encuentra con su yo del pasado, concretamente con una niña al frente y es algo que en la dimensión de la realidad no puede pasar. Me gusta poder encontrar esos espacio fantásticos, ficcionales de la poesía.

  • ¿Ficción o realidad? ¿Pensás que tu escritura habla solo de vos, o habla del mundo?

Es ficción desde ya. Toda cuestión con la palabra ficción, hasta en el cotidiano, creo yo. Si hay mucha dimensión de mi vida íntima y yo en mi obra juego mucho con la intimidad y con el límite de mi intimidad con la otra persona. La persona que prólogo el libro, Fran me decía que a veces no lograba distinguir cuál sos vos en ese poema y donde estoy poniendo yo a mí mismo en ese poema y me involucro en ese yo poético. Es esa tensión y ese juego que construyo, sí, desde mi realidad, desde la realidad que tengo cerca, pero mezclo situaciones que no son exactas a la realidad. Hay poemas en donde estoy hablando de mi mamá, de mi amiga y de mi prima al mismo tiempo, por ejemplo, y parece un solo escenario. Es eso, construcción de ficciones donde la subjetividad de uno siempre aparece, la vida de uno siempre aparece. 

  • Para terminar, me gustó mucho y elegí esta frase: “no murió nadie, me multiplico”. ¿Qué significa para vos?

Una vez que fui al cementerio con unes amigues en Salta y yo todavía no había elegido un nombre y nos pusimos a mirar los nombres que había. Había nombres excelentes, pero me parece que no podía usar en este momento contemporáneo. Eso me hizo pensar en esta única narrativa que circula de lo trans o la transición, como matar a alguien anterior, el nombre muerto, por ejemplo. O borrar ese pasado, que es válido y que es la experiencia de algunas personas, pero no es la mía. Mi sensación es que todas esas otras personas que fui, y no hace falta cambiarse el nombre para haber sido muchas personas, están presentes en quién soy. En vez de sentir que me quito, siento que expando y que parece una narrativa que no circula, que no es posible. Y que no es posible tampoco en las ficciones del Estado. Por ejemplo, cuando quiero ir a hacer un cambio de DNI, digo yo tengo que hacer una partida de nacimiento nueva con mi nombre nuevo, que es algo que yo no deseo. Y yo no tengo ningún interés en hacerlo y entiendo que es algo ganado, muy importante y muy válido, pero no contiene todas las posibilidades narrativas propias, que son infinitas. De ahí el nombre del libro, mi deseo es no enterrar y tapar, sino ponerlas ahí, enfrentarse a ellas, mirarlas y abrazarlas de una u otra manera.


Sobre el autor: Mateo Diosque nació en Tucumán en 1990. Es escritor, editor y cofundador de Inflorescencia Editorial. Facilita talleres y clínicas de escritura creativa grupales e individuales para escritorxs y no escritorxs. Anteriormente publicó Retroactica (Killa Producciones, 2017), Huevo (Ofensiva Ediciones, 2018), Mariquita (Inflorescencia Editorial, 2019)y fanzines autoeditados. Cree y sabe que escribir, producir y activar en y desde el norte es una apuesta política.

Conseguí el libro en https://www.puntossuspensivosediciones.com.ar/

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