Cooperativismo tecnológico: “Hay otra forma de hacer tecnología, y la estamos construyendo”

PORTADA 8

Cecilia Muñoz Cancela es una figura destacada en el panorama del cooperativismo argentino y global. Psicóloga, docente, investigadora y cooperativista, es presidenta de la cooperativa Código Libre y ejerce como vicepresidenta de la Federación Argentina de Cooperativas de Trabajo de Tecnología, Innovación y Conocimiento (FACTTIC). Su trabajo y tesis doctoral se centran en el cooperativismo de plataformas desde un enfoque sociotécnico, buscando la transformación social y política en el capitalismo tardío.

En esta entrevista, profundizamos en su visión sobre el impacto de las cooperativas, los desafíos del sector tecnológico y las iniciativas que impulsan desde FACTTIC.

En un ecosistema como el tecnológico, donde prima la competencia feroz, el modelo cooperativo suele ser percibido como inviable o ingenuo. Pero Cecilia introduce una práctica clave que subvierte esa lógica: la intercooperación. No como consigna, sino como estrategia concreta de sostenibilidad.

FACTTIC se caracteriza por un alto nivel de intercooperación. ¿Podrías explicarnos cómo funciona esto y qué beneficios les aporta a las cooperativas que la integran?

Lo que más me impactó de FACTTIC cuando la conocí fue precisamente el nivel de intercooperación que promueve. Este modelo no solo beneficia a cooperativas establecidas como Código Libre, sino que constituye un sistema integral de fortalecimiento para todas las cooperativas de la Federación.

La intercooperación permite que las cooperativas en formación se fortalezcan mediante proyectos escuela y equipos de cuidado que acompañan a los perfiles nuevos. En nuestro caso, todos los proyectos los desarrollamos junto con otras cooperativas, pero este esquema funciona de manera recíproca: mientras nosotros aportamos en ciertas áreas, otras cooperativas nos nutren con sus especializaciones.

Este modelo nos ha permitido incorporar nuevas personas al equipo, sabiendo que contarán con acompañamiento y formación, incluso en tecnologías que quizás no manejamos internamente. Al mismo tiempo, hemos podido ofrecer ese mismo tipo de acompañamiento a otras cooperativas que están iniciando su camino.

La intercooperación también nos permitió evitar una lógica de crecimiento forzado. Muchas cooperativas no contamos con la estructura de una “software factory”, por lo que ciertos proyectos, por su envergadura, serían imposibles de encarar en soledad. En este sector existe una presión por crecer o desaparecer —la conocida consigna del “grow or die” del mundo empresarial—, pero gracias al trabajo intercooperativo podemos seguir siendo cooperativas pequeñas y, sin embargo, competir en el mercado. En cierto modo, encontramos formas de subvertir las reglas que este impone.

Esta forma de organización también permite que cada cooperativa se especialice. No respondemos a cada nueva demanda del mercado improvisando o incorporando tecnologías que no conocemos. En cambio, articulamos con cooperativas que ya tienen esas competencias, y cada una puede concentrarse en lo que mejor hace.

Este entramado de cooperación es lo que permite la existencia y el crecimiento sostenible del conjunto de cooperativas. En pleno corazón del capitalismo de plataformas —donde los algoritmos concentran poder y precarizan la vida— surgen iniciativas que se animan a disputar ese territorio. FACTTIC no se limita a analizar estas tensiones desde lo teórico: las aborda e interviene en ellas desde la práctica colectiva.

¿Podrías contarnos sobre algunas de las iniciativas de cooperativismo de plataforma que están impulsando desde FACTTIC?

Una de las experiencias más relevantes es CoopCycle, una plataforma nacida en Francia que adaptamos técnicamente para América Latina. Hoy la utilizan más de 65 cooperativas, en su mayoría europeas, pero también algunas en México. En particular, trabajamos con cooperativas mexicanas para adecuar la herramienta a las realidades de nuestra región.

CoopCycle surgió de la organización de repartidores y repartidoras que, ante el vaciamiento de las cooperativas de reparto por parte de grandes plataformas transnacionales, decidieron crear una alternativa. Actualmente, funciona como una federación de cooperativas organizadas de manera autónoma.

También acompañamos el desarrollo de Medios Populares, una plataforma colaborativa lanzada originalmente por FACTTIC durante la pandemia, con el objetivo de fortalecer el ecosistema de medios comunitarios y cooperativos en Argentina. Fue desarrollada por la cooperativa Animus (Bariloche) junto a Fiqus (Villa La Angostura), en un esfuerzo inter-cooperativo que implicó la participación técnica de varios espacios de FACTTIC.
La plataforma reúne portales de noticias de distintos puntos del país, ofreciendo una portada nacional, además de secciones provinciales y locales. Permite además que medios pequeños que aún no cuentan con sitio propio puedan acceder a uno bajo esta red. Su propuesta es visibilizar narrativas alternativas y construir agendas políticas desde el pluralismo, en contraposición a la centralidad informativa de los grandes medios

Otro proyecto es Semillero.coop.ar, una plataforma para búsquedas laborales con enfoque de género. Está pensada para revertir las exclusiones estructurales que enfrentan mujeres, personas LGBTI+ y racializadas en el sector tecnológico. Su objetivo es visibilizar que trabajar en una cooperativa es una opción real y deseable de inserción laboral.

Por último, te puedo mencionar a Caracolar, una plataforma de cuidados desarrollada por la cooperativa Geneos, orientada a formalizar y fortalecer redes de trabajo de cuidadores y cuidadoras en clave cooperativa.

Mencionas que esta intercooperación les permite afrontar desafíos como la precarización laboral. ¿Cómo abordan el modelo de “staff augmentation” tan común en el sector tecnológico, y qué problemas identifican en él?

El modelo de staff augmentation presenta múltiples problemáticas. Entre ellas, reproduce lógicas individualistas que pueden debilitar la construcción colectiva dentro de las cooperativas. Hemos vivido situaciones en las que integrantes del equipo manifestaban sentirse trabajadores del cliente, más que miembros de la cooperativa.

Además, este modelo muchas veces nos convierte en mano de obra para corporaciones del norte global. Exportamos código, importamos software propietario, o utilizamos herramientas “gratuitas” que, en realidad, extraen nuestros datos. Hoy el negocio ya no es vender licencias, sino explotar información mediante mecanismos de vigilancia digital.

A pesar de esto, seguimos trabajando con ciertos esquemas de staff, porque nos otorgan estabilidad económica. Esa estabilidad nos permite sostener otros proyectos que, aunque no sean rentables, son políticamente significativos: iniciativas de cooperativismo de plataforma, la web de Abuelas de Plaza de Mayo, entre otras. Muchas de estas propuestas inter-cooperativas se vuelven viables gracias a esos ingresos en moneda dura. Es una forma de redistribuir recursos hacia donde tienen sentido social.

Código Libre implementa políticas internas que abordan la equidad de género y el cuidado. ¿Cuáles son algunas de estas medidas y cómo se gestionan?

    Contamos con políticas que reconocen y remuneran las tareas de cuidado. Al registrar nuestras horas de trabajo, por ejemplo, existe una categoría específica para el cuidado. Si una persona no puede trabajar media jornada porque debió cuidar a un hijo o hija, ese tiempo se considera parte de la jornada laboral y se paga como tal.

    En Código Libre todas las personas ganamos lo mismo por hora trabajada. No implementamos escalas salariales por antigüedad o jerarquía, aunque sí se contemplan licencias por cuidado, gestión menstrual y otras relacionadas con derechos laborales básicos como salud y estudio.

    Además, nos tomamos un día adicional de vacaciones por año de antigüedad y celebramos los cumpleaños con un día libre y un obsequio: un voucher de alimentos cooperativos, gracias a un convenio que FACTTIC mantiene con esa red de alimentos red nacional de cooperativas vinculadas a la cadena agroalimentaria.

    Tenemos asambleas semanales donde se toman todas las decisiones importantes: económicas, organizativas y técnicas. Si bien somos un equipo reducido —actualmente siete personas— eso nos permite una participación horizontal. También realizamos una “reunión de usos múltiples” donde tratamos temas que no entran en la agenda formal de las asambleas.

    ¿Cómo se posiciona el movimiento cooperativo en Argentina y en la región?

    Para mí el cooperativismo es una herramienta jurídica, una figura legal para un tipo de empresa que es una empresa de personas y no de capital. Ni más ni menos que eso. Somos parte de un movimiento amplio, de movimientos populares, de economía social, de alternativas.

    Considero fundamental dar un salto cualitativo que nos permita imaginar y materializar la sustentabilidad de estos proyectos. Existe un potencial enorme para fortalecer las articulaciones y cerrar los círculos económicos dentro del sector de la economía social, solidaria y popular.

    Históricamente FACTTIC siempre construyó y fomentó la coordinación internacional.
    Estamos trabajando con Brasil, Uruguay y Chile. Para mí si logramos esos vínculos a nivel latinoamericano, si logramos desarrollar mercados donde podamos cerrar un poquito más las filas y trabajar más con esas organizaciones, sobre todo estoy pensando en Latinoamérica por esto de las monedas, de que tengan monedas fuertes, desarrollar esas líneas para cada vez más poder ser más sustentables a nivel sectorial.

    Sobre Código Libre

    Código Libre es una cooperativa de trabajo dedicada al desarrollo de software libre y tecnologías abiertas con enfoque social. Fundada por profesionales del campo de la tecnología, la educación y las ciencias sociales, busca construir herramientas digitales desde una lógica colaborativa, inclusiva y solidaria. Su organización interna pone en el centro el cuidado, la equidad de género y la toma de decisiones colectiva, y participa activamente en el movimiento de cooperativismo tecnológico a través de FACTTIC, la Federación Argentina de Cooperativas de Tecnología, Innovación y Conocimiento.

    Cecilia Muñoz es psicóloga, investigadora, presidenta de Código Libre y vicepresidenta de FACTTIC. Desarrolla su tesis doctoral sobre plataformas cooperativas desde un enfoque sociotécnico, buscando la transformación social y política en el capitalismo tardío.

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