El coordinador de la guardia de Pediatría del hospital Avellaneda, Rodrigo Montañez, habló acerca de parásitos intestinales en niños y la importancia que tienen los hábitos higiénico-alimentarios para prevenirlos y garantizar un correcto desarrollo.
Al respecto el profesional sostuvo que las formas en las que esta problemática se presenta son variadas. Existen parásitos minúsculos que no se perciben a simple vista y aquellos que pueden observarse con claridad debido a su tamaño.
“Muchas veces se produce una eliminación espontánea de los parásitos en la materia fecal e incluso por la boca, pero existen otros indicativos previos de que el niño los tiene como la desnutrición, la diarrea crónica, el prurito o picazón anal, alteraciones en la piel, a veces cuadros respiratorios y la falta de un buen descanso por la noche”, afirmó.
Las parasitosis infantiles, agregó el especialista, están íntimamente relacionadas con los hábitos higiénico-dietéticos. Gran parte de la transmisión tiene lugar a través de alimentos contaminados que ingresan por la boca y son el disparador para que los parásitos se desarrollan en el organismo.
“El mal lavado de manos, de los alimentos, la presencia de aguas servidas cerca de los domicilios son algunos de los factores que inciden en la aparición de parásitos. El tratamiento parte de dos puntos de vista: Uno ligado al ambiente y la conducta de la persona -que es el más importante- y el abordaje médico farmacológico específico”, aclaró.
En este sentido el profesional hizo hincapié en lo prioritario de enseñar a los niños la práctica del buen lavado de manos y garantizar la higiene profunda de todos los alimentos que se consumirán en el hogar, su conservación apropiada, así como el consumo exclusivo de agua segura.
“Contamos además con varios medicamentos destinados para combatir la patología. En los chicos que no son tratados nos preocupa la diarrea crónica que influirá directamente en el crecimiento del niño, tanto en su estatura como en su peso. Los primeros años de vida son importantes en este sentido y después tienen consecuencias a largo plazo si el crecimiento no es el adecuado”, comentó.
Cabe destacar que ante cualquier síntoma de sospecha la consulta oportuna y precoz es una herramienta valiosa. En ese sentido, Montañez sostuvo que los padres pueden llevar su inquietud a cualquier centro de atención primaria, donde el profesional a cargo se encargará de realizar el control clínico, solicitar el examen parasitológico, seriado de materia fecal y en algunos casos laboratorios de sangre.