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Organizado por el colectivo Ni Una Menos, el lunes se realizó el primer Encuentro de Mujeres y Diversidades en Tucumán en el Museo de la Universidad Nacional de Tucumán. El evento contó con más de 300 mujeres, lesbianas, travestis, trans y no binaries que participaron en talleres como “Trabajo”, “Salud”, “Comunidades indígenas”, “Identidades LGTBIQ+”, entre otros.
Este lunes, el MUNT se convirtió en el epicentro de las discusiones movimiento de mujeres en la provincia. Con testimonios crudos sobre la violencia física, simbólica y estatal que reciben.
Durante el taller de “Salud y embarazo forzado” se manifestaron la falta de acceso de las mujeres a los Centros de Atención Primaria (CAP). “A veces tenemos que mentir nuestra dirección para que nos atiendan” dijo una de las participante. “Ni hablar de las que vivimos en los valles, tenemos que programar nuestras fechas de parto de acuerdo al día que esta el obstetra este en la salita”, replica una mujer de la otra punta del circulo enorme formado en el hall de la entrada del MUNT.
Los consumos problemáticos en los barrios y la desidia por parte del sistema para los tratamientos también fueron un reclamo. La mayoría de las participantes eran de organizaciones sociales que llevan un seguimiento comunitario tanto de estos problemas como así también los nutrición y el acceso a anticonceptivos y prevención de ETS para los adolescentes.
Sobre el embarazo forzado de niñas, se brindaron testimonios donde los médicos “convencían” a las familias para que las menores llevarán a termino la gestación. El taller fue moderado por el Comité de Latinoamérica y el Caribe para la Defensa de los Derechos de la Mujer (CLADEM) que tiene como consigna “El embarazo infantil forzado es tortura” y brindaron algunas herramientas para las referentes barriales para alertar de estos casos.
Familiares víctimas de la impunidad en búsqueda de justicia
Sin dudas uno de los talleres más conmovedores fue el de “Justicia”. “Gracias a todas que me acompañan en las calles tengo fecha de juicio, compañeras”, dijo Ana Reales madre de Miguel Reyes Pérez, un joven de 26 años que vivía en el barrio San Cayetano y en 2016 dos policías de la patrulla motorizada del 911 le dispararon en la cabeza con una itaka y lo golpearon hasta dejarlo en coma.
El lunes 29 de noviembre comenzará el juicio contra los efectivos imputados por el crimen de Miguel y Ni Una Menos acompañará a Ana que hace cinco años lucha incansablemente por justicia.
De ese taller también participó la hermana de Mariana González, una joven que lleva hace más de 8 años desaparecida. La última vez que se la vio fue el 8 de marzo de 2014. “La justicia ni siquiera actualizó la recompensa por algún dato de mi hermana. Siguen ofreciendo $50.000”, detalló.
El taller sirvió para que estas familiares puedan seguir uniendo fuerzas para en instancia judicial y seguir responsabilizando al Estado. “Como sacamos a Pisa, vamos a sacar a todos los jueces que no nos escuchan”, concluyeron.
Las comunidades indígenas presentes
Las mujeres referentes de la comunidad originarias de los valles calchaquíes estuvieron presentes. “Venimos a denunciar los proyectos mineros avalados por la Universidad Nacional de Tucumán. Las mineras están contaminado y envenenando a nuestras comunidades”, denunciaron las participantes del taller en medio del patio del MUNT.
“Están sesionando de manera secreta para aceptar los fondos YMAD. Seguimos diciendo ¡Fuera MARA, fuera las mineras de nuestro territorio!. Ya no estamos luchando contra empresas que no conocemos, ya estamos luchando con las instituciones del Estado que las avala y recibe coimas”, exclamaron.
Desde las comunidades de los valles acompañado por ambientalistas convocaron para una manifestación este martes a las 16hs. en el Rectorado de la UNT para exigir a los concejeros de que rechacen los fondos mineros.
Trabajo sexual: el debate pendiente
Durante el encuentro hubo dos talleres que plantearon su diferencias sobre la prostitución. La Asociación de Mujeres Argentinas por los Derechos Humanos dirigió el taller sobre “Trata y explotación sexual”, este fue determinante en decir “que la prostitución no es trabajo”, una postura sostenida por abolicionistas que se niegan reconocer derechos laborales para quienes ejercen voluntariamente el oficio.
Por otra lado se realizó el taller de “Trabajo sexual”, un interesante intercambio entre el testimonio de Katya, trabajadora sexual, con referentes barriales. Se respondieron dudas sobre qué implica el trabajo sexual, cómo es el estigma qué viven las trabajadoras sexuales y las diferencias qué existen entre quienes quieren regular el oficio y las abolicionistas.
“Necesitamos derechos laborales que trasciendan ciertas miradas estigmatizantes. Queremos abrir el diálogo, entendiendo la tradición abolicionista de esta provincia y estamos trabajando directamente asistiendo a las compañeras que elijen el oficio voluntariamente”, relató Marcela Vidal, activista por el trabajo sexual.
La tensión entre los dos talleres fue evidente, la regulación del trabajo sexual comienza a ser un debate en la agenda feminista de Tucumán. La provincia tiene fuertes marcas por el caso de Marita Verón, el caso de trata de personas más trascendente de las últimas décadas.
Sin embargo más allá de que no se niega que la trata y la explotación sexual es uno de los delitos más complejos porque involucra la complicidad del Estado, aún no se escuchan visiblemente a los y las que deciden ejercer la prostitución libremente y qué pueden, incluso, alertar sobre el delito. ¿Podrá producirse un intercambio entre estas posturas sin estigmatizaciones?
Rumbo al #25N
Todos los talleres del Encuentro concluyeron en un llamado masivo para una gran marcha desde la Plaza Urquiza hasta Plaza Independencia a las 18hs. Este jueves se conmemora Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer y Ni Una Menos Tucumán prepara una jornada de lucha con las consignas discutidas durante este lunes.