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Con el fin de ayudar al acceso a la información en zonas rurales de Santiago del Estero y de Tucumán surgió Buscando Señal, un podcast que pregunta primero y produce y entrega después. Aquí te contamos qué es, dónde escucharlo y qué busca realmente.
Una mujer se sienta a oscuras sobre una pirca entre cerros y prende su celular. En ese punto exacto engancha algo del wifi de un museo rural. ¿Qué busca? ¿qué escucha? ¿qué manda? ¿qué “red” abre? Tiene que apurarse, hay viento y todo se puede terminar en cualquier momento.
Un hombre en el campo mete su celular en una lata atada a una polea hechiza que trepa por un algarrobo. Lo deja un rato arriba, buscando señal.
Una adolescente se encuentra con su amiga en una garita de colectivo de una ruta provincial de tierra. Atrás hay un cartel de madera, o de un rejunte de maderas con letras pintadas que imitan el logo de “CLARO”.
En marzo de este 2024 distópico, a Celina de la Rosa y a mi, Estefi Cajeao, se nos ocurrió empezar a producir informes sonoros para esas personas que tienen menos acceso a la conectividad y que están más acostumbradas a escuchar -y a usar como herramienta- a la radio.
Los podcast están de moda sobre todo desde la pandemia y pensamos por qué no hacer algo así, que no pierda la cercanía de la comunicación oral, pero que se pueda escuchar sin tener que estar online. Algo que puedan pasar por whatsapp cuando esos mensajes, videos, fotos y deudas se descargan en el ratito de la lata arriba del algarrobo o antes de que estalle el viento.
La ruralidad no escapa del consumo excesivo de la pantalla del celular. Pero ese consumo no es proporcional al acceso a derechos que prometía la supuesta democratización que venía de la mano de la comunicación digital. Y entre esos derechos, la información que sirve para resolver la vida, la que tiene que ver con lo básico como los servicios, el transporte, la salud, la educación o la protección ante la violencia no llega a la lata, a la pirca ni a la garita del colectivo.
Esa información no está pensada para buscar a las personas que la necesitan. Sino que se obliga a esas personas a buscarla. Con todo lo que eso, en los parajes más lejanos a la urbanidad, significa.
Buscando herramientas
Antes de empezar, nos presentamos a una convocatoria de Sembramedia, una organización que impulsa la “sustentabilidad de medios digitales para fortalecer su independencia editorial”. Algo de lo que necesitábamos, porque experiencia en periodismo tenemos, bastante, pero hacerlo de manera sustentable siempre es difícil. Venimos ambas de la escuela de la comunicación alternativa y militante y estamos muy acostumbradas a producir contenidos a puro pulmón. Eso está muy bien, pero es insostenible en el tiempo e injusto con los proyectos.
Sembramedia nos formó durante tres meses en un programa articulado con Google News Initiative y FOPEA (Foro de Periodismo Argentino) después del que, sin dudas, tenemos más herramientas que al principio y una idea de cómo sostener este proyecto.
Nos asignaron como tutor, como guía compañero, a Tomás Pérez Vizzón, periodista especializado en cultura digital, director de Anfibia Podcast (premiado internacionalmente por su laburo en podcast como el de la historia del submarino ARA San Juan, más que recomendable) y entre otras cosas, director de la diplomatura en narrativas sonoras y podcast de Éter. O sea, un tipo talentoso y experimentado en el tema y por suerte para nosotras, un gran compañero y rápidamente amigo querido.
Tomás empatizó inmediatamente con nuestra búsqueda y nos ayudó a poner los pies en la tierra con los objetivos y las estrategias para llegar a hacerlo realidad.
Así decidimos también sumar a un lujo de trabajadora para la post y diseño de sonido, la música y productora tucumana Juliana Isas. Con ella completamos el equipo y llegamos al primer informe de Buscando Señal.
Buscando sonidos
Entre las pisadas crocantes del monte santiagueño en invierno, mucho bondi con gente sentada en el piso o compartiendo una butaca porque es el único que va a pasar en todo el día, y preguntas, muchas preguntas, se definió el primer tema: preguntamos en el campo sobre qué temas necesitaban información y no la estaban encontrando en los medios locales tradicionales ni en los organismos de información pública y nos respondieron “adicciones”.
Nos sorprendieron y fuimos a hacer nuestra tarea de buscar información. Encontramos todo mucho peor de lo que imaginábamos.
Una cachetada para empezar, pero también una motivación el haber confirmado que podíamos generar algo útil. De paso, confirmamos también la metodología: preguntar primero, producir después, y sobre todo, facilitar el acceso al producto final.
Entrevistamos a Emilio Mustafá, psicólogo y psicólogo social tucumano, y director de asistencia en la Secretaría de Políticas Integrales en Adicciones del Ministerio de Desarrollo Social de Tucumán. (Porque el podcast es full santiagueño-tucumano con aspiraciones regionales hacia el NOA). Y apenas empezamos la entrevista, Emilio lanzó la frase que definiría todo el primer capítulo: “¿Qué ha pasado en la Argentina hoy, para que no haya pueblito en nuestro territorio en donde no se venda droga, en donde no esté instalado el consumo de sustancias y el desarrollo de las adicciones?”
Si vos, como nosotras, pensabas que era muy difícil que en un pueblo de menos de mil habitantes haya problemas graves de consumo de sustancias, Emilio en este Podcast llega para sacudirte las ideas, pero con una batería de conceptos y herramientas dignos de quien le dedica la vida a pensar salidas para esta problemática.
Después llegó Fernando “El Negro” Burgo, músico tucumano y adicto en recuperación. Le pedimos que piense en las personas que no tienen con quien hablar de este tema y que incluso podían llegar a necesitar intimidad para escuchar el podcast. El Negro superó todo lo que podíamos pedirle, porque es su vida, su historia y su militancia. Valiente el Negro, un capo. Después de escucharse y de contarle las repercusiones del podcast nos dijo que está “sorprendido con el impacto que tiene. Haberme escuchado en este podcast hace que cada vez me reafirme más de la convicción que tengo: nadie se salva solo. Hay que hablar para que las cosas sucedan. Me gusta escucharme decir que soy un adicto en recuperación y que estoy luchando día a día para que sea mi mundo mejor. Y tratar de gritarlo para que también pueda llegar a ser un mundo mejor para alguien que está sufriendo ahora”.
Buscando salidas
Cuando menos nos dimos cuenta empezó a cruzarse esa palabra que viene de alguna manera a cumplir la misma función que tuvo el amarillo del macrismo en su momento: la palabra libertad. Al igual que ese efecto que generaban los globos, allá por el 2015-2019, está palabra nos pone todos los días en situación de aclararla, reapropiarla, no perderla, no dejarla en manos de la derecha. Esta vez, con mucha más crueldad y destruyendo la libertad real de las personas.
La cuestión es que Fernando, Emilio y después Marysol Aguirre, militante social y trabajadora de las Casas de Atención y Acompañamiento Comunitario en el campo santiagueño, traían permanentemente la “libertad”. ¿Porque el consumo es una prisión? Si, pero también porque se afianza en las zonas rurales un fenómeno que debería preocuparnos a todos, que es al agro-narco negocio. Ahí, no hay nada mejor que escucharla a Marysol. Esta red se expande y arrasa a su paso con los intentos por construir en libertad, sembrar en libertad, vivir en libertad.
Buscando comunidad
A la semana de lanzar el podcast nos dimos con que la FM del Mate, del centro popular cultural y barrial “El Mate Cocido” de Tucumán al que queremos y admiramos mucho, quería pasarlo en su programa semanal que se llama “¿Cómo te lo digo?”, un programa que trata justamente temas similares y está dirigido a los jóvenes. Cuando la Sole Barreto nos llamó para contarnos sentimos que el primer paso estaba dado: a Fernando, a Emilio, a Marysol, a Nazarena que también está en el capítulo 2, los iban a escuchar en un barrio tucumano. Y además, resultó que una compañera del programa vive en uno de los pueblos mencionados en el podcast y pudo compartir y ampliar al aire mucho más sobre lo que relatamos.
También nos llegaron audios, mensajes, capturas de pantalla que daban cuenta del impacto que el podcast estaba empezando a tener. Y nos quedamos sobre todo con un grupo de gente de una zona rural de Santiago que iba a descargarlo, en el árbol, o en el techo, para escucharlo después en grupo.
Ahora lo que se viene son nuevas preguntas, nuevos informes, sobre otros temas y un diseño de sonido con música original de Juliana Isas, porque creemos también que el arte es el camino.
Esta nota no busca sumar audiencia para el podcast. Si llega, bienvenida sea.
Lo que buscamos es invitarte a no sentirte solo. Siempre fuimos mejores en comunidad.
¡Gracias por llegar hasta acá!
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Capítulo 1: En todos lados
Capítulo 2: Salir en Libertad
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