“Buscamos crear un sistema sintrópico entre árboles y cultivos para reconectarnos con la naturaleza”

Los cultivos de verduras tradicionales empobrecen los suelos y los agroquímicos que utilizan en la mayoría de los campos nos envenenan. Martita Ayup es bióloga y emprendió un proyecto que apunta a la auto-sustentabilidad y a generar conciencia en la comunidad, para replicar y hacer extensivo su conocimiento y experiencia.

Si creías que te alimentarías saludablemente al evitar los alimentos industrializados, abasteciéndote de verduras, brotes y harinas sin TACC, estarías ciertamente equivocada o equivocado. Lamentablemente, al comer las verduras que conseguimos en verdulerías o supermercados, no sólo consumimos agrotóxicos que nos envenenan, sino también alimentos sin nutrientes, es decir que no nos alimentan. “Me he dedicado mucho a la investigación. Desde que me recibí hice un doctorado y un postdoctorado en ecología, sobre interacciones entre varias especies, invasiones biológicas. También soy docente en la Facultad de Ciencias Naturales de la UNT, en la cátedra de Ecología de comunidades, entre otras cosas”, detalló MartaMartita, Ayup para La Nota.

Producción agrícola tradicional: un atentado contra la naturaleza

64268 1 1“En mi trabajo postdoctoral trabajé con abejas melíferas, que es una de las polinizadoras más importante de todos los sistemas, naturales y agrícolas. Los agroquímicos las están afectando mucho y poca gente dimensiona la importancia de las polinizadoras en todos los sistemas; sin ellas no tendríamos frutos, ni la mayoría de las verduras. He notado en mi trabajo que la salud de las colmenas baja muchísimo cuando se encuentra cerca de un campo cultivado, donde se aplican agroquímicos. Existe una crisis mundial de polinizadores, por ejemplo, en China hay muchos sectores donde se extinguieron y la gente poliniza manualmente con pinceles. Ésta práctica nunca será una polinización tan efectiva como la natural. Nosotros -Martita y su pareja- tenemos cuatro colmenas y las mantendremos plantando flores para que polinicen y fomenten su crecimiento poblacional. Nuestro proyecto se llama Hogar conciencia y persigue el objetivo que su nombre indica; generar conciencia”, explicó la biológa.

Comunión con la naturaleza

“La idea de vivir más cerca de la naturaleza vino aparejado de un momento en el que estuve enferma, hace unos 9 años, cuando padecí algo similar a la leucemia. Luego de hacer quimioterapia, pasé a practicar fitoterapia y naturismo, una terapia natural. Más allá de que me trataron excelentes médicos y que me dieron lo mejor que tenían a su alcance desde la alopatía, creo que lo que realmente me curó fue el naturismo y lograr un equilibrio entre mi cuerpo, mi mente y mi alma. Eso me curó”, recordó Marta que también es profesora de yoga y practica esta filosofía de vida.

Agroforestería: sistema de bosques comestibles

“Nuestro objetivo, a mediano y largo plazo, es generar un sistema sintrópico entre árboles y cultivos. Soy vegetariana hace 17 años y fui adquiriendo conocimientos sobre las prácticas agrícolas, de cómo se manejan los agroquímicos y cómo eso repercute en el cuerpo. Con mi pareja tenemos la política de comer nuestro propio alimento y de autosustentarnos lo máximo posible. No se necesita un gran espacio para autosustentarse, nosotros conseguimos recientemente un campo pequeño por la Rinconada y estamos tratando de establecer un sistema sinérgico, plantando árboles y haciendo un bosque comestible. También hicimos un estanque tratando de conseguir mucha biodiversidad, para que sea un sistema sustentable, donde podamos comer nuestro propio alimento, respetando el proceso de reciclado de nutrientes, separanado el compost en distintos tipos y, así, vamos alimentando la tierra porque de lo contrario, si sólo sembramos la tierra, los cultivos sacan nutrientes y éstos no vuelven solos; hay que regenerarlos alimentando la tierra a través de un reciclado de nutrientes, sino los suelos se empobrecen y esta es la base de los cultivos tradicionales de donde provienen las verduras que compramos en el supermercado y en las verdulerías. También estamos por adquirir pollitos para nuestra propia producción de huevo. Queremos alimentarlos saludablemente, sin hormonas.

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Antisistema: comunicar, enseñar, multiplicar

“La idea del proyecto, a largo plazo, es que se convierta en un espacio educativo, que se dicten talleres, que se acerque, por ejemplo, una madre y coseche junto a su hijo o hija, las verduras que comerán en el día. En estos tiempos el ser humano está muy desconectado de la naturaleza. Queremos que se reconozca el valor inmenso de esta práctica y que nos reconectemos con la tierra”, finalizó Martita Ayup para La Nota.

 

Las fotografías fueron tomadas por Pablo Piovano y forman parte del trabajo documental “El costo humano de los agrotóxicos”.

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