El Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Nación publicó el informe “Brecha Salarial: desigualdades en el mercado laboral”, con datos concernientes al tercer trimestre de 2016 provistos por la Encuesta Permanente de Hogares (EPH).
El documento, elaborado por el Programa Especializado en Derechos del Trabajo de la Procuración General de la Nación, repasa las diferencias que perciben trabajadores y trabajadoras según seis categorías: género, edad, categoría ocupacional, actividad económica, tamaño del establecimiento y nivel de instrucción.Resulta particularmente destacable la información sobre promedios salariales comparados en función de las diferentes categorías. Estas comparaciones se conforman como una fotografía de las principales diferencias salariales presentes en las relaciones laborales argentinas.
Las conclusiones del informe detallan que “la existencia o permanencia de brechas salariales inexplicables, o con altos niveles de arbitrariedad, dentro del mercado de trabajo argentino obedece en términos generales a dos tipos de factores que impactan sobre los y las trabajadores”: “elementos muy arraigados en la sociedad” que “obstaculizan el acceso a empleos mejor remunerados principalmente a mujeres y adultos jóvenes” y “factores económicos ligados principalmente a la informalidad y al subempleo”, que “estigmatizan y subvaloran a amplios sectores de la población”.
Las mujeres y el salario
Si bien la brecha salarial entre varones y mujeres se conforma como el indicador más evidente de las desigualdades al interior del mercado laboral, no es el único. Los mayores niveles de desempleo femenino, principalmente entre los segmentos más jóvenes de la población, los límites en el acceso a cargos jerárquicos, y la imposibilidad de formar parte de actividades “masculinizadas”, conforman un conglomerado que construye y reproduce desigualdades.
El informe detalla que “en promedio, cuando una mujer cobra 100 pesos, un varón cobra 129. La Argentina se ubica así, muy por arriba de la escala mundial que estima la brecha entre varones y mujeres en un 23%”. El Programa advierte que “muchas veces, el salario menor de las mujeres se explica porque las mismas acceden a puestos precarios, trabajos de poca calificación y son mayoritarias en los empleos de jornadas reducidas”.
Jóvenes y el salario
Si el análisis es por la edad de los trabajadores, por cada 100 pesos que percibe en promedio un trabajador o trabajadora de entre 16 y 24 años, quien se encuentra entre los 25 y los 34 años recibe 150 pesos, es decir un 50 por ciento más. En la escala mayor, se encuentran las personas de 60 años y más quienes cobran 88 pesos más que los más jóvenes.
Trabajo informal y el salario
La brecha existente entre los trabajadores registrados y los no registrados “se eleva al 123% a favor de los primeros. Esto es, por cada 100 pesos que cobra un trabajador no registrado en promedio, quienes ocupan un puesto formal obtienen 220 pesos”. En tanto, que quienes ejercen sus tareas por cuenta propia suman 133 pesos.
Por cada 100 pesos que cobra un trabajador no registrado en promedio, quienes ocupan un puesto formal obtienen 220 pesos.
Salario y nivel educativo
En cuanto a la calificación de la fuerza de trabajo, los profesionales se ubican en un 233 por ciento por sobre el salario mínimo, en tanto que quienes se desempeñan “en puestos sin calificación” perciben un 5 por ciento menos que el Salario Mínimo Vital y Móvil, que al momento de la edición del informe estaba fijado en 6275 pesos. En ese sentido, quienes cuentan con título terciario o universitario perciben 259 pesos, mientras que los trabajadores y trabajadoras solamente con primario completo reciben 123 pesos.
Algunas conclusiones
En primer lugar, según el informe, “se trata de factores culturales que estigmatizan y subvaloran a amplios sectores de la población. Efectivamente, elementos muy arraigados en la sociedad obstaculizan el acceso a empleos mejor remunerados principalmente a mujeres y adultos jóvenes.”
Y, en segundo lugar, se trata de factores económicos ligados principalmente a la informalidad y al subempleo. “El subempleo está ligado principalmente a la contracción del mercado de trabajo, al desempleo abierto, y a estrategias de subsistencia de las poblaciones más vulnerables. El empleo informal, por su parte, tiene un mayor alcance por la magnitud de trabajadores que contiene y, centralmente por el entramado económico que lo sostiene y lo vuelve tan difícil de erradicar.”
[su_document url=”https://lanotatucuman.com/wp-content/uploads/2017/07/Informe_Fiscales_Mercado-de-trabajo-1.pdf” width=”360″ height=”360″]