Entre los 28 y los 30 años, las personas experimentan lo que en astrología se llama el retorno de Saturno. ¿De qué va?
En la mitología griega, el equivalente a Saturno es Cronos, el dios del tiempo. Los mitos cuentan que Cronos se comía a sus hijos por miedo a ser derrocado. Saturno es la personificación de la autoridad, de la conciencia de límite.
Entre los 28 y los 30 años, las personas experimentamos lo que en astrología se llama el retorno de Saturno. ¿De qué va? Es el momento en el que Saturno retorna al punto exacto en el que se encontraba cuando nacimos. El planeta da una vuelta al sol (y, por ende, a nuestro mandala astrológico o carta natal) cada 28 o 30 años. Por lo tanto, los seres humanos vivimos, en promedio, tres retornos.
Como es arriba es abajo, como es afuera es adentro, y entre los 28 y los 30 años todos vivenciamos, con mayor o menor intensidad, cierta crisis que tiene que ver con un derrumbe de estructuras y la conformación de otras nuevas, o bien un cambio en el curso vital que venía aconteciendo.
Saturno nos trae conciencia de límite y de autoridad para comprender algunos nuevos márgenes dentro de los cuales nos moveremos libremente. Ya no desde la idea de omnipotencia sino aceptando nuestras propias limitaciones y, también, deseos.
Si bien puede percibirse como un momento de cambio, revisión y construcción de nuevas estructuras, esto no acontece de un segundo a otro sino que viene gestándose a lo largo de su tránsito por nuestra carta natal, otorgando estructura a medida que transita por las doce casas que nos conforman energéticamente. Sin embargo, el momento de testeo, de análisis y de mayor movimiento se gesta entre los 28 y los 30 años.
Cambios de trabajo, vocación, planificaciones amorosas o familiares, exilios o mudanzas, o nada de lo anterior. Todo depende de cómo se habite y cómo se decida transitar el proceso. Meditación, terapia, consultoría astrológica y lo que resulte útil para habitar entornos de cambio, bienvenidos sean.