Con el ánimo de visibilizar su gestión, articular con agentes institucionales y organizaciones afines al quehacer cultural de la provincia -e interpelar a más artistas visuales para que se sumen al proyecto–, desde TAViT señalan los objetivos, las causas y una caracterización del colectivo, cuyos orígenes se remontan al contexto de los primeros meses de la pandemia del COVID-19 en Tucumán.
Ciertamente, el fenómeno pandémico agudizó –al igual que a tantos otros ámbitos de intervención laboral en general y de las artes en particular– una profunda crisis que supo atenderse por sus trabajadorxs en medio del parate masivo que significó la cuarentena. En efecto, desde el mes de abril de 2020, la histórica y latente necesidad de organización devino en urgencia a lo largo y ancho del país, cuya principal consecuencia culminó en la construcción de redes de contacto entre comunidades, provincias y regiones, a partir de los recursos de comunicación habilitados por la tecnología digital actual e internet.
Al respecto, según la escritora y especialista en estudio crítico de la cultura contemporánea Remedio Zafra, el escenario de precariedad laboral es un hecho para el sector cultural en general, cuyo entusiasmo, vocación y profesionalismo son instrumentalizados por un sistema que favorece la ansiedad y el conflicto de la agenda neoliberal y el mundo en red; la burocratización de la vida de lxs trabajadorxs culturales corre el riesgo de neutralizarlxs, cansándolxs de antemano para aliarse y reivindicar sus derechos como trabajadorxs (Zafra, 2017).
A partir de un escenario laboral complejo y hostil, entonces, TAViT (Trabajadorxs de las Artes Visuales de Tucumán) surgió de una necesidad puesta en contexto para reflexionar sobre los derechos de lxs trabajadorxs de las artes visuales de la escena tucumana; luego de decenas de reuniones virtuales por Meet, intercambios y discusiones -y con una participación de 100 asociadxs– desde el colectivo se encuentran a pocos pasos de concretar los trámites pertinentes para constituir una personería jurídica como asociación civil, cuyos objetivos apelan a la creación, transformación y, entre otros, representación de diversas actividades y medidas que defiendan los intereses de lxs trabajadorxs de las artes visuales, mediante la promoción de condiciones laborales adecuadas y la garantía de sus derechos como trabajadorxs y profesionales. “Desde el comienzo nos encontramos proyectando la creación de un organismo que nos convoque y nuclee para afrontar, mediante acciones conjuntas, las problemáticas comunes e históricas que arrastra el sector”, señala la Lic. Sol Rodríguez Díaz, presidenta de la Asociación.
A su vez, TAViT se constituye como una organización con perspectiva/enfoque de género y cuenta con una Comisión de Género y Diversidad, la cual atiende varias de las diversas aristas que atañen las incumbencias de género en su ámbito de intervención. Al respecto, cuenta con un protocolo de acción en caso de detectarse situaciones negativas que lo requieran.
Por otro lado, desde la organización consideran de suma importancia el fomento y la creación de un marco normativo y/o regulatorio para sus actividades, razones por las que articulan con diversas organizaciones nacionales que vienen impulsando diferentes proyectos de ley. A su vez, la actual gestión se propone contribuir con el logro de beneficios sociales (tales como obra social, previsión social y vivienda) para sus asociadxs, mediante la articulación de acciones con organismos gubernamentales y no gubernamentales.
“Entre nuestros objetivos de este año también se encuentran los de generar condiciones más favorables para el desarrollo de la actividad artística en la provincia y lograr que TAViT se posicione como un organismo de referencia y asesoramiento para artistas e instituciones”, agrega Rodríguez Díaz. Por otra parte, la Lic. Rocío Valdivieso, Secretaria General de la organización, indica que “es de vital importancia para la gestión estimular el interés público y privado en relación a la producción, difusión y distribución de las artes visuales que facilite tanto la circulación como el consumo de arte local. Además, también queremos articular con diferentes puntos y localidades de la provincia, tales como Tafí del Valle, Monteros y Concepción, con el ánimo de establecer redes, cruces y dinamizar el circuito por fuera de San Miguel de Tucumán”, concluye.
Además de la gestión burocrática de la personería jurídica, entre las actividades que se realizaron hasta la fecha se encuentran una bolsa de trabajo, un censo interno y un relevamiento de datos e información sobre el campo de las artes visuales de Tucumán. También se activó una reformulación de la ordenanza 3671/05 de San Miguel de Tucumán, correspondiente a Obras de arte en edificios, y una participación notable dentro del grupo de trabajadorxs de la cultura que viene impulsando la Ley de Emergencia Cultural para la provincia de Tucumán. Por otro lado, se estableció una articulación con el Ente Cultural de Tucumán y la Dirección de Cultura de la Municipalidad de San Miguel de Tucumán. Finalmente, participaron en reuniones pertinentes al sector en el ámbito nacional, como, por ejemplo, con la Secretaría de Industrias Culturales, la Secretaría de Patrimonio Cultural y AVAA.
No obstante, tanto la protección del patrimonio de la provincia, la generación de políticas de preservación de la producción actual como el diálogo entre el arte actual y los acervos de las distintas instituciones locales se suman como materia interpelante para lxs trabajadorxs nucleados por TAViT, motivo por el que consideran necesario –a lo largo del 2021- establecer articulaciones directas con el Ministerio de Cultura de la Nación. “Manifestamos para este año nuestra predisposición y voluntad para integrar mesas de trabajo o cualquier instancia que pudiera existir en un futuro próximo con las instituciones que resultaran pertinentes, con el ánimo de activar políticas que le garanticen a la escena local la materialización de nuestros objetivos”, finaliza Rodríguez Díaz.