Se llevó a cabo la conferencia de prensa en la que se presentó Tafí Viejo, la serie, producción taficeña realizada por un equipo integrado por más de 200 personas, protagonizada por actrices y actores de Tucumán y Buenos Aires, con la dirección de Eduardo Pinto, cineasta de amplia trayectoria en la cinematografía argentina.
Por Pedro Arturo Gómez
El amor puede apagarse en un vínculo interpersonal, pero las historias de amor poseen un atractivo imperecedero en las ficciones literarias y cinematográficas. En este fuego inextinguible halla su energía Tafí Viejo, la serie. Verdor sin tiempo, la producción del ex intendente de esa ciudad Javier Noguera, con dirección del experimentado cineasta Eduardo Pinto, realizador de películas como Palermo Hollywood (2004), Caño Dorado (2009) y La sabiduría. Más en particular, la serie –actualmente en rodaje- abreva del tópico “sublime amor juvenil obstruido por una fatalidad”. Este esquema sedimentado en forma definitiva por Shakespeare en Romeo y Julieta, se halla encarnado en esta oportunidad por la pareja que integran Laura Grandinetti y Emanuel Rodríguez -el joven y talentoso actor tucumano, figura central del suceso teatral El loco y la camisa– en el marco natural y urbano de ese lugar cargado de intensas reminiscencias culturales, históricas y sociales que es Tafí Viejo, cuya ciudad en 2024 ha cumplido 124 años.
Versado en cine de género –su película más reciente, El desarmadero (2021), es una historia de terror psicológico con tintes sobrenaturales- Eduardo Pinto señala que fue traído al proyecto por el actor protagonista de ese filme, Luciano Cáceres, y coincide con el ex funcionario devenido en productor Noguera sobre la relevancia que en la serie tiene la idiosincrasia de la población taficeña, su calidez humana. En la conferencia de prensa llevada a cabo en la Hostería Atahualpa Yupanqui, donde estuvo presente La Nota, junto a medios locales y nacionales, el cineasta remarcó la calidad actoral de los integrantes locales del nutrido elenco –además de Emanuel Rodríguez, los emblemáticos Liliana Juárez y Sergio “Negro” Prina, Daniel Elías, Camila y Ruth Plaate, entre otras y otros- que interactúan con los venidos de Buenos Aires: Luis Machín, Juan Palomino, Daniel Elías, Lautaro Delgado y Paloma Contreras, además de Laura Grandinetti y Cáceres. Pinto también puso en relieve la significación de filmar esta ficción en un momento muy difícil para la producción audiovisual argentina, subrayando la condición comunitaria del trabajo cinematográfico, tal como lo demuestran las más de 200 personas –la mayoría tucumanas- involucradas en la realización de la serie que constará de 6 episodios.
Javier Noguera destacó el aporte de los empresarios taficeños e hizo referencia a cómo el Festival Internacional de Cine de Las Yungas, que tiene lugar anualmente en Tafí Viejo, marcó el rumbo hacia esta serie, la primera en su tipo hecha en Tucumán, que será distribuida por la plataforma Flow en Argentina y otros países hispano parlantes, a partir de mayo del próximo año.
Después de que Luciano Cáceres y Laura Grandinetti expresaran el privilegio que sienten al trabajar en este proyecto, Luis Machín se manifestó muy gratamente sorprendido por el nivel y el esfuerzo que le están poniendo a la producción, algo que da mucho ánimo en lo que caracterizó como una época muy triste en Argentina. “No van a poder matar la cultura, la cultura somos nosotros”, se pronunció con vigoroso entusiasmo y destacó el enorme valor de este emprendimiento, al que calificó como “el comienzo de algo mucho más grande”. Liliana Juárez y el “Negro” Prina –personalidades de la actuación fundamentales y fundacionales del llamado “nuevo cine tucumano”- hicieron explícita la felicidad que viven al tener parte en esta realización, cuyo equipo integra recursos humanos formados en la Escuela Universitaria de Cine, de la Universidad Nacional de Tucumán.
Especial vibración emocional tuvieron las palabras de Emanuel Rodríguez, quien destacó la importancia de trabajar haciendo uso de la tonada tucumana, la belleza de las locaciones en el paisaje taficeño y el significado que tiene para él –egresado de la Carrera de Teatro, en la Facultad de Artes de la UNT, además de ser odontólogo- compartir el trabajo en la serie con sus compañeros de formación teatral, lo cual le llena el corazón de orgullo y agradecimiento, según afirmó con voz conmovida.
La Nota le preguntó a Javier Noguera si la enorme densidad histórica, cultural y social que posee Tafí Viejo aparece representada en la serie. El ex alcalde y ahora productor respondió haciendo referencia a un carácter “chauvinista” –en el buen sentido de la expresión- en cuanto a resaltar el valor de “esta patria chica” que es Tafí Viejo, en la particular idiosincrasia de su población moldeada –en contraste con la centralidad que para Tucumán tuvo la industria azucarera- por la actividad de los talleres ferroviarios, lo cual –hizo notar- “traccionó a comienzos del siglo pasado una inmigración diferente a la que recibió el resto de la provincia, integrada por al menos 16 colectividades de distintos orígenes, principalmente europeos, atraídas por el trabajo en lo que era una tecnología de punta, la del ferrocarril, que fueron las bases de asociaciones civiles, clubes de barrio, que al día de hoy todavía subsisten, un entramado social y cultural muy valioso, que apostamos a que se vea reflejado en esta producción, en una historia contada de la manera más genuina posible. Es por eso que Eduardo (Pinto) ha venido cada dos semanas, junto con los otros guionistas, a conocer compartiendo con nosotros cómo hablamos, a qué le tenemos miedo, a qué no, a qué nos animamos, a qué desafíos del futuro nos podemos proyectar”.
También interrogado por La Nota, el director de la serie, Eduardo Pinto, se remontó a su método de filmación que describió como “un truco” el de “retratar”, una especie de retrato fotográfico de la realidad, capturarla sin alterarla demasiado, sobre todo la callejera, presente en todas sus películas, que aplica ahora en su tratamiento de Tafí Viejo en la serie. “Cuando llegué a este lugar me encontré con el gigante ausente, esos galpones y esas chimeneas de los talleres ferroviarios, esas vías, toda esa ausencia, con sus texturas del óxido, esa textura ocre del pasado, que contrasta con su opuesto, el verdor sin tiempo de la naturaleza propia de la yunga, que se nutre tanto del sol como de la lluvia. En la serie tratamos que la cámara capture el esplendor de este contraste. Ana y Mauro, los protagonistas de la historia, pertenecen cada uno de ellos a uno de estos opuestos”.
Tafí Viejo, la serie. Verdor sin tiempo es una producción de TAFISUEÑA y Corralón Films, con guion de Gabriel Macías, Natalia Torres y Eduardo Pinto.