En planeta viene dando importantes alarmas contra la contaminación ambiental y en el último año, aparecieron algunas iniciativas que ofrecen alimentos envasados en materiales biodegradables en Europa.
En febrero de 2018, muchos medios hicieron eco del lanzamiento de Ekoplaza Lab, una cadena de supermercados holandesa que en sus sucursales de Ámsterdam se podía recorrer un gran sector libre de envases de plástico en todos sus alimentos. Esto implicaba empaquetar los panificados, pastas, quesos, cereales, salsas, aderezos, vegetales, conservas y más de 700 otros productos en materiales biodegradables, en un impulso de reducir la contaminación con desechos plásticos.
El Ekoplaza Lab funcionó hasta abril del mismo año y luego se desmanteló, pero el stock de productos con envases de vidrio, papel reciclable o materiales compostables (por ejemplo, celulosa o cera) solo fue en aumento: ahora se consiguen más de 1300 marcas que adoptaron este tipo de packaging y se pueden comprar en todos los locales de la cadena, incluso en la tienda online.
Ekoplaza Lab
Como no podía ser de otra manera, junto con la avalancha de felicitaciones llegaron también las críticas. Algunas de las objeciones son hacia los términos utilizados -el supermercado asegura que son materiales que “desaparecen” cuando, en la naturaleza, todo se transforma- , hacia la confusión que produce la estética -por qué crear un componente que imite el plástico, si queremos desterrarlo del planeta-, hacia la producción masiva y el gasto de recursos -dicen que esto conlleva la fabricación de toneladas de productos innecesarios para la vida- y hacia la falta de garantías sobre su inocuidad: ¿quién dice que estos falsos plásticos no pueden terminar en el océano?
Las quejas no parecen hacer mella en una tendencia que crece, por ahora a una velocidad moderada. Simultáneamente al proyecto del supermercado holandés, en Inglaterra se creó Zero Waste Club, un mercado virtual en el que se pueden pedir a domicilio pastas, frutos secos, especias, semillas, harinas, sales y hasta tenedores de bambú, todo plastic-free, en una plataforma tan alegre y colorida como la idea de salvar a un animal de su terrible destino.
Thornton Budgens
Pocos meses después, en noviembre de 2018, los británicos dieron un paso más allá y, en el norte de Londres, el super Thornton Budgens decidió reemplazar alrededor de 1700 productos envasados por otros libres de plástico. Se necesitaron 10 semanas para lograrlo. El dueño del local y de sus franquicias, Andrew Thornton, sueña con inspirar a sus competidores de mayor envergadura y a las grandes marcas para que reproduzcan su ejemplo. Además, apuesta a terminar de transformar todas sus góndolas siguiendo el mismo criterio en apenas tres años.
“Creemos en tomar una postura fuerte en los temas que afectan a nuestro bienestar y a nuestro planeta. Mientras que los grandes retailers dicen que va a llevar 10 años eliminar el plástico y hacer un cambio real, en Thornton Busgens demostramos que podemos deshacernos de él en solo 10 semanas”, dijo en diálogo con el diario Independent.