El ritmo que comenzó como una manera de expresarse ante atropellos políticos de una época en Jamaica, ha logrado trascender fronteras y sonar a lo largo y ancho del mundo. Bob Marley, su máximo referente.
A fines de 2018, la UNESCO declaró al popular ritmo jamaiquino como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, mismo estatus asignado al tango. Así lo dio a conocer la propia organización a través de un comunicado emitido desde Port Louis, en la República de Mauricio, lugar donde se encuentra evaluando una larga lista de candidaturas para recibir tal distinción.
“Su aporte a la reflexión internacional sobre cuestiones como injusticias, atropello a los Derechos Humanos, resistencia y amor, pone en relieve la fuerza intelectual, sociopolítica, espiritual y sensual de este elemento como patrimonio cultural”, se lee en un comunicado emitido por el organismo.
Orígenes
El reggae es una amalgama de antiguos ritmos musicales jamaicanos y de otros de orígenes muy diversos –caribeños, latinoamericanos y norteamericanos– y surgió a comienzos de 1960 en un medio cultural de grupos marginados que vivían principalmente en la parte occidental de la ciudad de Kingston, capital de Jamaica.
A lo largo del tiempo se fueron incorporando estilos musicales neoafricanos, la música soul y el rhythm and blues, transformando paulatinamente el ska primigenio en rock steady, primero, y luego en “reggae”. Aunque en sus inicios el fue una expresión musical –vocal e instrumental– de comunidades marginadas, actualmente ha sido abrazado por amplios sectores de la sociedad sin distinción de sexo, etnia o religión.
El máximo referente que tuvo el reggae fue el mítico “Bob” Robert Nesta Marley, que con su vasta discografía, y mítica historia de vida, sigue vigente a través de las nuevas generaciones que lo escuchan y reproducen.