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La Legislatura de Tucumán distinguió a organizaciones y personas que se dedican a cuidar el medio ambiente a través de diversas acciones. Desde La Nota, conversamos con Ainhoa Cormenzana Méndez, Licenciada en Ciencias Biológicas, y una de las distinguidas por su labor en la conservación del medio ambiente.
El 31 de octubre, la Legislatura de Tucumán distinguió a 42 personas y organizaciones que se destacan por sus acciones en contribución al cuidado del medio ambiente.
Este premio busca incentivar la participación, tanto de personas individuales como de organizaciones, en acciones que busquen contribuir en la promoción de la conciencia ambiental y protección del medio ambiente.
Desde La Nota, conversamos con Ainhoa Cormenzana Méndez, Licenciada en Ciencias Biológicas, y una de las distinguidas por su labor en la conservación del medio ambiente.
“En mi carrera me orienté hacia la Biología de la Conservación y la Ecología, ciencia que estudia los seres vivos y la interacción que existe entre ellos y con el medio con el que habitan. Estas orientaciones me llevan a ser una bióloga de campo y tener contacto directo con la naturaleza, lo que me moviliza para accionar sobre el cuidado de la misma”, comentó Ainhoa sobre cómo comenzó su vinculación con la temática. Además, destacó: “fui beneficiada por poder estudiar en una universidad pública y gratuita, un detalle que no me parece menor”, aclaró sobre todo en una época donde la Universidad Pública y las áreas de investigación sufren constantes recortes presupuestarios.
La carrera de Biología se dicta en la Facultad de Ciencias Naturales e Instituto Miguel Lillo, es bastante amplia y se pueden elegir diversas ramas. “Considero fundamental haberme cruzado con grandes maestros que me han ido acompañando, enseñando, y apoyando en mi orientación. Como ser Rubén Barquez, especialista en murciélagos, Ada Echevarria, especialista en aves, Peter Feinsinger , ecólogo, e Iralis Ventosa, botánica, ambos educadores de la ciencia con quienes me formé estos últimos años. Todos ellos han destacado siempre la importancia de la ética en esta profesión”, explicó la bióloga, quien actualmente se desarrolla en el ámbito de la gestión ambiental.
“La gestión ambiental la defino como una profesión que articula, desde una mirada integral, las decisiones y acciones del ser humano sobre el medio ambiente, tratando de que estas acciones generen el menor impacto negativo posible”, comentó.
Desde hace algunos años trabaja de manera independiente en unas tierras familiares en Jujuy, ejecutando un Plan de Conservación desde donde se vincula con la Ley de Presupuestos Mínimos de Protección Ambiental de los Bosques Nativos.
“La primera vez que llegué a ese bosque lo hice con el concepto de “ser dueña” de una porción del mismo, y cuando me encontré ahí adentro vi tanta vida que sentí que yo no podía ser dueña de ningún ser vivo. Así como uno no puede ser dueño de las personas, tampoco puede ser dueño de otros seres vivo, de otras especies. Y hasta incluso sentí que de algún modo tenía que pedir permiso para integrarme, para estar y formar parte”, relató sobre su experiencia y forma de vincularse.
“El ser humano tiene un ego tan grande que cree que es la especie fundamental de este planeta y aborda sus decisiones y acciones con muy poca humildad a la hora de relacionarse con las otras especies”, explicó y agregó que “los problemas que hoy tenemos con el medio ambiente creo que parten de ahí”.
“Para accionar sobre el cuidado del medio ambiente o la conservación no hace falta estudiar. Creo que con observar detenidamente lo que está pasando alrededor (la historia natural) y utilizar el sentido común y el corazón para accionar al respecto, debería ser suficiente para cuidar el medio en el que uno habita”. Sumado a esto, Ainhoa cree que es fundamental la enseñanza y aprendizaje de la ecología desde jardín de infantes. “Si uno no comprende que forma parte de un sistema amplio e interconectado, estamos en el horno”.
EEPE: Enseñanza de la Ecología en el Patio de la Escuela
La EEPE es una metodología para enseñar a través de la investigación. Propone utilizar el método llamado Ciclo de Indagación, de tres componentes: la formulación de una pregunta, la acción para recolectar datos que la respondan y una reflexión final sobre los resultados, que conduce a una nueva pregunta.
En Tucumán, Ainhoa forma parte de un grupo de biólogas que dictan cursos y talleres para docentes y estudiantes de grado y posgrado. “Facilitamos esta herramienta para que los niños aprendan investigando ya que la ecología está en todos lados, en la casa de uno mismo, en el barrio, en la escuela como en ámbitos a otras escalas”, comentó.
Ley de Bosques para la conservación
Actualmente, Ainhoa también se vincula con FUNDEFMA (Fundación Ecología-Forestación-Medio Ambiente) ejecutando un Plan de Restauración de Bosques en aproximadamente 50 h de tierras fiscales en la Cocha. “Creo que la restauración de bosques es algo muy nuevo y beneficioso para nosotros como país. Hay que prestarle atención no sólo a la conservación de nuestros bosques, sino también a la restauración de los que ya no están”.
Y explicó que el concepto de bosque va más allá de los árboles. “Cuando decimos bosque nos referimos a todos los seres que habitan en ese ecosistema”.
Otros de los proyectos en los que participa con FUNDEFMA, junto con la Subdirección de Ordenamiento Territorial de Bosques Nativos, son los planes de manejo y conservación de algunas Áreas Protegidas como Aguas Chiquitas, en el Cadillal, Parque Aconquija en San Javier y la Aguadita.
“Hay una frase de un educador venezolano, Simón Rodríguez, tutor de Simón Bolívar, que la relaciono directamente con la conservación: lo que no se hace sentir no se entiende, y lo que no se entiende, no interesa. Si logramos implementar este concepto en la formación de las personas, yo creo que las cosas pueden llegar a ser distintas”, concluyó la bióloga.
