El hermano de Ismael Ramírez criticó que se hayan difundido fotos falsas y las mentiras que reprodujeron algunos medios. Su mamá pidió que el crimen no quede impune.
La madre de Ismael Ramírez, el niño de 13 años que fue asesinado cuando quedó en medio de una balacera, reclamó justicia por su hijo y pidió que el crimen no quede impune. “El que hizo esto a mi hijo quiero que lo pague”.
Criticó las versiones que circularon, en un intento de criminalizar al joven, de la misma forma que sucedió en Tucumán con el caso de gatillo fácil donde Facundo Ferreira murió por un disparo de la policía. “Muestran fotos que no tienen nada que ver. Muestran a un chico con una pistola que no es mi hijo. Quisiera que lo conozcan a mi hijo porque mucha gente lo conoce. Él no era un chico que andaba con armas”, remarcó la madre.
Daniel, hermano de Ismael, habló con La Garganta Poderosa, y sostuvo: “Tengo mucha bronca, mucha tristeza. No se imaginan lo que se siente haberlo visto morir y encima escuchar tantas mentiras sobre él en los medios, en las redes; que aparezcan fotos de otra persona con un arma, que inventen cualquier cosa para denigrarlo, que omitan su nombre. ¡Ismael Ramírez se llamaba! Era tranquilo, querido por todo el pueblo, no molestaba a nadie. Un pibe bien educado, que de la escuela volvía al barrio e iba a jugar a la pelota con sus amigos, o a las bolitas con los más chiquitos”.
“Lo voy a extrañar cada segundo de mi vida. ¿Con quién voy a salir ahora a caminar? ¿Quién me va hacer reír a carcajadas? ¿Quién me va a molestar todas las mañanas? Les juro que va a ser insoportable no tenerlo nunca más a mi lado”.
“Resistir se está volviendo muy difícil en Sáenz Peña, porque casi a diario aumenta el precio de la mercadería. Parte de la sociedad, que quizá nunca pasó necesidades, piensa que la gente reclama por gusto. ¡No es así, todo lo contrario! La gente va porque la está pasando muy mal, porque necesita, porque tiene hambre”, aseguró.
Ismael Ramírez vivía en el barrio Mataderos, de Sáenz Peña. Tenía 13 años. Iba a la escuela 225, jugaba al básquet y colaboraba con el merendero de su barriada. Vivía con su mamá (de etnia qom) y sus hermanos, en un hogar muy pobre.
La tarde de lunes fue a buscar a su madre al barrio 713, al otro lado de la ciudad. Lo hizo junto a su hermano de 17 años. Hay diferentes versiones sobre lo que sucedió luego. Hay quienes hablan de un intento de saqueo, primera versión brindada por la policía local, y quienes en realidad denuncian que el dueño del supermercado no quería entregarle alimentos especulando con los aumentos causados por la crisis.
La policía comenzó a reprimir y vecinos del lugar también salieron a hacer disparos. Una de esas balas perforó el pecho de Ismael y lo mató. En los videos que circularon en las redes sociales se ve a los policías corriendo a los tiros a un grupo de personas y a un hombre de civil en la calle con una pistola en la mano.
El fiscal Marcelo Soto señaló que el proyectil que se le extrajo a Ismael Ramírez pertencería a una escopeta o “tumbera”, es decir, un arma de fabricación casera. El funcionario aseguró que por las características de la bala no se trataría de un disparo policial, “a menos que se hayan violado los protocolos”. Aún no se sabe quien lo asesinó, ni tampoco hay detenidos por el crimen. Su familia pide justicia.
Patricia Ramírez, la maestra de Ismael Ramírez, escribió una carta publicada por Revista Cítrica, negando las mentiras que circularon sobre él.
“Yo soy la maestra de Ismael. Hoy tendría que haber dado clases y que él estuviera ahí, como todos los días. Pero no. Ahora estoy yendo a su velatorio.
Esto no tendría que estar pasando, porque Ismael era un niño, un niño muy querido, un niño muy bueno, un niño con sueños.
Y encima de este dolor por su muerte, hay que aguantar que se digan un montón de mentiras. Se están diciendo muchas cosas feas. Se están publicando fotos de él que no son de él. Fotos de niños con armas. Seria bueno que se chequeé la información. Y aquellos que no saben lo que pasó, que no lo conocieron, que no estuvieron cerca de él, que se llamen a silencio. Porque quienes convivimos con Ismael y lo conocimos bien sabemos cómo era.
En los comentarios en las redes también quedan en evidencia los prejuicios respecto a nuestros pueblos originarios. Algunos hasta justifican lo que le pasó justamente por ser miembro de una comunidad. Eso no se puede permitir.
Esta foto que yo compartí es la foto del festejo del Día del Niño. Ahí pueden ver que él era un niño, como cualquier otro. Y como niño tiene derechos. Derechos que no se respetaron. El derecho a la vida. Y también otro derecho que no se está respetando: el derecho a la dignidad. Por eso por favor pedimos respeto para su familia en este momento tan difícil”.