PORTADA 4

Mapeo de literatura de personas LGBT: ¿Quién es Alma Catira Sánchez?

Esta nota forma parte del proyecto “Mapeo de Literatura LGBTIQ+” seleccionado en el marco del programa Comunicar Diversidad de Wikimedia para visibilizar y promover narrativas inclusivas y diversas en distintas comunidades.

Alma Catira Sánchez nació el 4 de junio de 1969, circunstancialmente en Córdoba Capital. “Mi papá era maestro rural en la Cañada a 150 km de la ciudad de Córdoba, entonces vinieron a la ciudad de Córdoba a tener familia, ya que en la Cañada en esos años no había maternidad, por eso es que mis hermanos y yo nacimos en Córdoba capital. Ahí en el campo viví hasta los 10, luego mi papá se jubiló y nos fuimos a vivir a otro pueblo que se llama Santa Rosa del Río Primero. Allí viví hasta mis 20 años a partir de ese momento viví en Córdoba capital hasta que en el 2006 vine a vivir a Ciudad de Buenos Aires”.

¿Cómo te conectaste con la escritura?

Por haber vivido en el medio del monte, yo empecé a notar claramente la desigualdad social y me reconocí ya desde ese entonces, como una persona muy pobre frente al resto de mis compañeritos de la escuela rural en donde mi papá enseñaba, porque ellos tenían sus cabras, sus vacas o un campito y yo no tenía nada, mi papá siempre se encargaba de recordármelo de que el ranchito en donde estábamos viviendo era prestado, porque el Estado provincial le alquilaba a la dueña de esa propiedad para que mi papá y nosotros pudiéramos vivir ahí mientras él trabajaba como maestro. Yo sentía que no tenía nada en el mundo y esa desolación o inconformismo me llevó a desear que en algún momento en mi vida tenía que solucionar eso, esa desigualdad social.

Con el tiempo me recibo de licenciada en Ciencias Políticas y más tarde en la Universidad Madres de Plaza de Mayo en el 2015 me recibo de Licenciada en Trabajo Social y a partir de ahí me sentí segura como para escribir y poner en debate la desigualdad social. Mi libro se llama Argentina Precolombina y es un ensayo sociopolítico precisamente acerca de cómo sería un Estado de derecho, una Argentina que busca una sociedad igualitaria, pero corriéndose de los parámetros marxistas y tomar, en cambio, la filosofía de vida precolombina, es decir buscar una sociedad de igualdad, de hermandad, pero buscando la esencia con la que vivían nuestros hermanos originarios hasta la llegada de la cultura Judea cristiana, occidental o europea como queramos llamarla, así que esa es mi intención con este libro.

¿Cómo impactó en tu vida el hecho de ponerte a editar un libro?

Siempre me ha gustado escribir, mi primera escritura me acuerdo fue de muy chica en un periódico local de Santa Rosa del Río Primera y que se llamó Abriendo surcos y fue un relato de mi experiencia en séptimo grado de la escuela primaria. A la par de eso me apasiona dibujar así que enviaba cómics a los diarios de Córdoba capital, por correo y me los publicaban siempre me ha gustado relacionar la escritura con el dibujo.

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Foto de Pili Cabrera
¿Eso fue lo que hiciste en el Teje, el primer periódico travesti de Sudamérica? 

Exactamente, participé en el Teje haciendo casi lo mismo que hacía en mi infancia chistes y notas, y luego el libro Argentina Precolombina un País que no existe, también es una vinculación entre texto y dibujos, aunque también hay algunos poemas tres en total, las ilustraciones del libro son imágenes de acuarelas digitalizadas, es decir las acuarelas son trabajos manuales que luego se digitalizan. Por último, otra vinculación que hago en el libro es con la música. Dentro del texto van a encontrar 22 QR que llevan a un video que son canciones mías que grabé y les hice un video, así que este libro es mi pequeña obra de arte que tiene texto, ilustraciones y videos con mis canciones.

¿Por qué según tu libro no debería existir la ley de cupo laboral trans? 

El inicio de libro hace la primera y más fundamental propuesta que es “Abrir el corazón”, entiendo que puede parecer un disparate la propuesta ¿no? -Mira lo que propone esta tonta, que logremos una sociedad igualitaria abriendo el corazón– (Alma riendo). Ahora bien esto es lo más difícil que puede haber, parece utópico, parece imposible, pero si lográramos atravesar ese puente, ese río y abrir el corazón todos ahí vienen las propuestas concretas. Luego de esa apertura de corazón pedir esto: que todos los argentinos que sean poseedores de tierra que pueda donar y que donen al Estado argentino hasta la mitad de lo que es su legítima posesión de tierras. A partir de eso se generaría este círculo virtuoso donde cada argentino tiene su espacio vital a donde asentarse en este mundo finalmente.

Por eso hablo de lo precolombino porque el habitante originario de estas tierras, no tenía la idea de parcelar la superficie terrestre y comprarla y venderla, ellos pensaban que el conjunto de la naturaleza incluida la tierra nos es dado por eso el concepto de la pacha mama, de que “todos tenemos derecho” a asentarnos en él. Por otro lado, las personas que recibirían esas parcelas de creación deberán tener responsabilidades con la sociedad es trabajar esa parcela de modo consciente y que redunde en un beneficio para el conjunto.

Ahora bien dentro de ese marco de una sociedad fraterna e igualitaria que yo propongo, reflexiono sobre qué sentido tendría una ley de cupo laboral trans, o cualquier otra ley de cupo cuando ya en ese estadio seríamos todos hermanos, todos iguales y no sería necesario tenerla.

¿Consideras a la literatura de personas de la comunidad como un género o corriente literaria?

Considero que sí, que tal vez podríamos pensar en una corriente literaria LGBT, pero mi libro en especial no encajaría dentro de esa corriente, porque yo pienso a la Argentina en términos globales y no hago distinción por género u orientación sexual. Yo veo cuando voy a la Feria del Libro que hay stands con literatura LGBT, pero lo que noto es que se puntualiza mucho en lo sexual o identitario y mi libro no abreva ahí. Mi libro es un ensayo sociopolítico, no es un desarrollo que hable o que cuestione directamente la sexualidad y el género como manifestación de la vida.

¿Consideras a la escritura como una herramienta política y de activismo? 

Sí, totalmente sobre todo hablando de la literatura como búsqueda de lo artístico yo me expreso a través de la poesía.

¿Cómo surgió tu vinculación con la música?  

Me pasa que a veces siento que una parte de mí solo la puedo expresar a través de una poesía, de una canción o a través de un dibujo. Yo creo que ahí una hace una búsqueda artística.

Mi conocimiento musical se produjo cuando estaba en la secundaria y fui los tres primeros años a un colegio de curas y nos hacían optar por guitarra o piano, entonces yo elegí guitarra y mi primer aprendizaje fue ese, aunque nunca pude seguir nada porque nunca pude tener una guitarra. Después ya de adulta me pude comprar una guitarra y mi primer aprendizaje fue con Laura Alemán, una chica trans que toca muy bien la guitarra y con ella hicimos el rescate de lo poquito que me acordaba de la época de estudiante secundaria.

Como en esa época yo ya había escrito poemas lo que hicimos fue ir musicalizando y convirtiendo a esos poemas en una canción.

¿Cómo fue que ingresaste y por qué a la policía?

Por la edad que tenía, y porque en ese momento regía en la Argentina el servicio militar obligatorio yo corría el riesgo de ser llamada, cuando terminó la secundaria yo era muy pobre y quería estudiar en la universidad, como termine la secundaria con 17 años me quedaba un año más, pero recién cuando cumplías 18 te sorteaban. Finalmente saque número alto y fui convocada a la revisación y me dieron el apto –no había forma, no me salvaba del servicio militar– (riendo), entonces pensé en ser desertor, cosa que rápidamente quedó descartada. Al final me entero de que existía la Escuela de Policía a través de un chico del pueblo, la carrera duraba 2 años para recibirte de Oficial de policías y tenías la chance de quedar automáticamente admitido para trabajar en la policía aparte de que te liberaban del servicio militar y así fue como ingresé a la escuela de policía en 1988, y pude concretar cursar la carrera de Ciencias Políticas que tanto anhelaba. A los 15 de años de trabajo me pasaron a retiro con el goce de una jubilación.

¿Cómo pudiste sobrevivir 15 años dentro de un antro tan masculino?

Yo estaba en la escuela de policía, cuando veo a un chico que había ingresado el año anterior y estaba con el pelo largo, entonces pregunte a los demás si ese chico que había ingresado el año anterior se había ido de la policía y me dijeron no, está trabajando en inteligencia al descubrir eso me dije a mí misma –yo quiero ir a inteligencia– al menos ahí iba a poder llevar el pelo largo.

Yo me sentía mujer y así fue como terminé trabajando para la Dirección General de Inteligencia que era lo que antes había sido el famoso D2 Departamento de Informaciones de la Policía de Córdoba, que fue un centro de detención clandestino de la dictadura en Córdoba y así fue como tuve compañeros que fueron detenidos por causas de lesa humanidad. Lo hice de la manera más inocente que puede haber porque yo lo único que quería era tener el pelo largo. Estuve 8 años trabajando en inteligencia, al estar ahí podía llevar el pelo largo y todo el tiempo vestir de civil y no necesitaba cumplir horarios, entonces logré llevar bastante bien a esos 8 años. Después de eso fui a parar a la Dirección General de Investigaciones y luego de ahí fui a parar a comisarías donde me cortaron el pelo, me pusieron la gorra y eso fue terrible. Ahí sí era el chongo y cuando me mandaban a los patrulleros por 24 horas. Estar 24 horas arriba de un auto con otro chongo yo sentía que se me caía todo el mundo, porque era simular a un desconocido una persona que yo no era. Ahí empezó mi barranca abajo en la policía porque como no me bancaba el trabajo en la comisaría, empecé a sacar carpetas médicas. Como castigo no me ascendieron más y como seguí sacando carpetas médicas un buen día me corrieron y me pasaron a retiro. 

¿Libros, cuentos de cabecera?

Mi libro de cabecera es El Príncipe de Nicolás Maquiavelo, es un libro pequeño y, sin embargo, me parece que es muy potente. El libro sale a la luz unos 5 años después de la muerte de Maquiavelo él había sido expulsado así que estaba con toda la bronca en ese libro describe lo que para él es el ser humano, el rol de la iglesia y otras cosas, es el hombre que finalizando la edad media interpela y pinta a la sociedad y al ser humano con crudeza.

Ahora vos te preguntarás por qué es mi libro de cabecera cuando yo escribo otra cosa, porque Maquiavelo surge precisamente por los mil quinientos años que ya venían desde el imperio romano, donde todo era una falsedad y que promovió todas las guerras que tuvo la cultura occidental, porque las guerras desde el 300 hasta la época en que escribe Maquiavelo fueron provocadas fundamentalmente por la religión.

Maquiavelo viene a denunciar las falsedades y los dobles discursos de la iglesia y su afán de poder y las guerras que provocaba con tal de lograr sus propósitos, que por supuesto nada tenían que ver con el bienestar general de la sociedad. Me gusta mucho leer novelas y poesía.

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