“La Lola Mora”: Lucha feminista en las artes tucumanas

Las desigualdades de género instaladas por el patriarcado hicieron eco en el ámbito de las artes. Sin embargo, a tono con los actuales movimientos y acciones que denuncian sus efectos nefastos y reivindican a las mujeres y personas no binarias en todo el país, la provincia más densamente poblada del NOA cuenta con un grupo integrado por más de 100 mujeres trabajadoras de las artes de distintas generaciones, que se organiza a través de encuentros, debates, sondeos territoriales y discusiones políticas, en pos de generar igualdad de oportunidades y propiciar futuros espacios de formación, capacitación y gestión.

Históricamente, los criterios y consideraciones alrededor de las incumbencias de las artes fueron revisadas una y otra vez, e, incluso, los modelos de representación varían y se configuran, actualmente, entre contemporáneos, posmodernos, posvanguardistas, poshistóricos, altermodernos, remodernos, retrosensacionalistas y, entre otros, poscoloniales. Sin embargo, existen aspectos referidos a quienes integran la mayor parte de cada uno de los circuitos implicados, que, hasta hace muy pocos años, no fueron cuestionados por las personas que constituyen la menor parte de dicho sector y que, desde luego, corrieron harta desventaja en cada una de sus competencias.

Estos aspectos se vinculan al machismo imperante en los terrenos de las artes, que redujeron el lugar ocupado por las mujeres cis heterosexuales y lesbianas y, más aún, por las mujeres trans y disidencias binarias, entendido a partir de la música, el teatro, la danza, el cine, producciones audiovisuales y, entre tantas otras, las visuales.

El patriarcado reflejado en las artes

En relación a los dominios de la música, según un estudio de Ruidosa, que fue realizado durante el año 2017 sobre los principales festivales Latinoamericanos de Argentina, México, Chile, Colombia, en nuestro país hay, en promedio, una solista o banda de mujeres por cada 14 artistas varones. A su vez, el mismo estudio arrojó que durante el primer semestre de ese año, entre más de 2000 artistas solistas y agrupaciones musicales, el 78% fueron varones, el 11,3 % fueron bandas mixtas (con mujeres en su formación) y tan solo 10,6% fueron artistas solistas mujeres o bandas formadas exclusivamente por ellas.

“En nuestra provincia —señala la música y Lic. Natalia Acosta— hay una fuerte vacancia en las áreas técnicas relacionadas con la música, puesto que son muy pocas las técnicas de sonido, managers, programadoras y productoras; se tratan de roles ocupados prioritariamente por varones”, indica.

Por otro lado, la participación de mujeres tucumanas en cine o producciones audiovisuales en general, pero en roles técnicos en particular, es (al igual que en la música) notablemente reducida. “El porcentaje de mujeres técnicas es muy pequeño, más aún si se lo piensa en relación a la cantidad de mujeres que estudia o se recibe de la EUCVyTV (Escuela Universitaria de Cine, Video y Televisión)”, señala la realizadora audiovisual Nadia Neder.

Por otro lado, a pesar de que en los últimos años existe una creciente cantidad de alumnas mujeres en el área de Fotografía, Neder señala que es el área de menor incidencia y participación femenina y LGBTIQ+. “Las mujeres que se vienen formando desde ese terreno, aún no lograron ocupar el ámbito laboral, porque en las producciones locales, y sobre todo en las producciones que vienen a filmarse en Tucumán pero que son porteñas, el área de Fotografía es, casi siempre, integrada sólo por varones, quienes, a su vez, se repiten una y otra vez en cada rodaje”, subraya.

Otro ejemplo claro, que da cuenta de la inequidad en los dominios del cine, es lo que sucede, cruzando el Atlántico, en España; desde CIMA (Asociación de Cineastas y Medios Audiovisuales) revelaron en un informe del año pasado, que la representatividad de las mujeres en el sector cinematográfico constituye el 29%, y, a notar, áreas como Maquillaje y Vestuario, 10 de cada 12 trabajadores/as son mujeres.

Al igual que en España, Neder indica que las áreas en las que se incorporan la mayoría de las mujeres en los proyectos audiovisuales de Tucumán son las consideradas ‘típicamente femeninas’, como Arte, Vestuario y Producción.

En esta línea, la realizadora sostiene que el permanente copamiento de espacios de trabajo por parte de los varones (que generalmente son las mismas personas) genera una brecha; una fuerte disparidad en cuanto a experiencia laboral en rodajes profesionales, que resta las posibilidades de que las mujeres asuman esos roles.

Por otra parte, y con una fuerte correspondencia ante lo planteado hasta aquí, en el ámbito de las artes visuales a nivel nacional, a fines de 2017, la Asamblea Permanente de Trabajadoras del Arte – Nosotras Proponemos en C.A.B.A. señaló que las mujeres forman parte del 20% del mundo profesional, cuyos cargos principales y de dirección están mayormente ocupados por varones.

Por otro lado, en relación a los terrenos de las artes escénicas, un ejemplo más cercano de inequidad se dio en el contexto de la compañía del Teatro Estable de nuestra provincia, donde, durante sus sesenta años de existencia, menos del 10% de las obras fueron dirigidas por mujeres, entre las que se destacan Carolina Romero, Daniela Villalba, Viviana Perea y Debora Perchal.

Membrana visible

La notable desigualdad de género en los distintos lugares y ámbitos citados anteriormente es el fruto de un sistema que no sólo se hace presente en el mundo de las artes; el patriarcado es un régimen que, en sus diversas formas de exclusión y violencia contra las mujeres y disidencias, alcanza desde expresiones brutales como acosos y abusos de amplia tipología y gravedad, prácticas violentas que terminan en violaciones y/o femicidios, hasta modos mucho más sutiles que regulan los ejercicios de poder en cada uno de los ámbitos que constituyen, íntegramente, cada una de las sociedades contemporáneas.

Pero, volviendo al terreno de las artes, ¿cuáles son los criterios que se necesitan contemplar para equilibrar la balanza con los varones?

Una creciente y notable aparición de grupos y movimientos vinculados a las artes en nuestro país, funcionan como algunas de las respuestas que durante los últimos años viene dando el feminismo, impulsado, masivamente, por la ‘marea verde’ de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, el movimiento Ni Una Menos y las diversas organizaciones feministas y lgbetistas, que presentan batalla desde hace más de diez años a los desaciertos del sistema patriarcal de poder.

En Tucumán, las mujeres artistas comenzaron a organizarse con mayor visibilidad entre el año pasado y el 2017 con movimientos como, por ejemplo, Mujeres por el Arte, integrado por bailarinas y músicas.

Por otro lado, en el ámbito del teatro, directoras de todo el país organizaron el Encuentro Nacional de Directoras Provincianas ‘Una Escena Propia‘; un encuentro itinerante que propicia un espacio creado para señalar y repensar las prácticas dadas entre las directoras escénicas de provincias, cuya segunda edición acaba de celebrarse en Tucumán, durante el último mes de agosto. “Histórica y políticamente, fuimos oprimidas por la regencia de lógicas patriarcales y centralistas​ y es por ello que buscamos de-construir ese rol, pero desde una perspectiva de género y político territorial”, señalaron las organizadoras.

Sin embargo, Tucumán cuenta con un antecedente propio de reivindicación feminista en materia de teatro; Mujeres a escena Festival de Teatro de Género, organizado desde el año 2008 desde el proyecto de la Ross Sala Teatral, cuya directora es la Lic. Viviana Perea. “En el ámbito del teatro independiente de nuestra provincia se viene generando desde hace mucho tiempo una conciencia plena de la inequidad de género reflejada en cada una de las expresiones artísticas”, reflexiona Viviana Perea.

Por otro lado, un numeroso grupo de artistas de diversas disciplinas presentaron este año, el ciclo mensual e itinerante Encuentra Mujeres en las Artes; una invitación a vivir y mostrar la producción artística de las mujeres en las diferentes expresiones y acciones del arte, cuyo objetivo es “visibilizar, definir, compartir y dialogar con la manera de hacer y con la manera de ser”, señala la cantante Nancy Pedro, una de sus organizadoras.

La Lola Mora

Si bien distintos grupos y movimientos realizaron acciones colectivas referidas a las incumbencias de sus disciplinas, actualmente, existe en la provincia un colectivo que agrupa a más de 100 mujeres de distintas generaciones y funciones en los diversos ámbitos de las artes; La Lola Mora, Trabajadoras de las Artes Tucumán.

Este grupo nació el día 7 de diciembre de 2018, en el contexto de la inauguración del 46° Salón Nacional de Artes Visuales del Museo Timoteo Navarro; a partir de una acción colectiva y la publicación de un comunicado por redes sociales, señalaron que de los/as 61 artistas admitidos/as en la convocatoria, sólo 18 fueron mujeres, ninguna de las cuales recibió alguno de los cuatro premios más importantes.

A su vez, las artistas se remitieron en su comunicado a las discusiones realizadas durante ese mismo año sobre la posibilidad de una reglamentación que asegure la participación igualitaria de mujeres y varones artistas en los salones, que alcanzó escala nacional cooptando a muchos de los museos del país para verse reflejados en los porcentajes de presencia femenina a fin de potenciar su visibilidad elevando sus niveles de competitividad a la hora de disputar los mejores premios. “Durante el siglo XX, la representación de la obra de las mujeres en el mundo del arte nunca superó el 10% y en promedio ha sido del 5%”, afirma la investigadora Andrea Giunta en la cita de las artistas.

Por otro lado, las mujeres artistas afirmaron que su acción no tenía como objetivo impugnar las obras seleccionadas, ni a los artistas premiados. “Como lo expresa el colectivo Nosotras proponemos, sí buscó ‘crear conciencia sobre las formas patriarcales que, como una membrana invisible, moldean el ejercicio del poder en el mundo del arte’ y contra las cuales, en nuestra provincia también debemos luchar”, concluyeron.

Desde esa fecha, mujeres del teatro, de la música, del cine, la danza y de las mismas artes visuales se sumaron para “gestionar espacios políticos en sus ámbitos de intervención y problematizar las prácticas que promueven y efectivizan las desigualdades de género concebidas en el sistema patriarcal, heteronormado y hegemónico”, señalan desde el movimiento.

Además, “nos proclamamos a favor de las luchas por los DDHH, adherimos a la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal Seguro y Gratuito, y al movimiento por la separación de la iglesia del Estado y al Ni Una Menos”, señalan las artistas y licenciadas Alejandra Mizrahi y Lucrecia Lionti, quienes integran el grupo.

Una característica a notar es que las integrantes de La Lola Mora han elegido usar un delantal de trabajo como sello distintivo del colectivo. “Con el delantal de trabajo nos reconocemos en las luchas históricas y contemporáneas de la mayoría de las mujeres y, por eso, más allá del aura de la palabra ‘artista’, nos enunciamos como trabajadoras de las artes, que escribimos día a día nuestras luchas, nuestros logros y nuestros avatares”, indica la artista y Lic. Carlota Beltrame, también integrante de “La Lola”.

Se va a caer

El 22 de mayo de 2019, el Senado de la República Argentina aprobó con media sanción un cupo femenino del 30% en los espectáculos musicales, festivales, ciclos y programaciones anuales de música en vivo (el proyecto espera media sanción de Diputados). “En Tucumán la perspectiva de género aún es una deuda”, señala la cantante Florencia Lencina e integrante de La Lola Mora. “En la Agenda de Género, propuesta por el INAMU (Instituto Nacional de la Música), hay varias trabajadoras de la música de nuestra provincia participando, sobre todo en los foros regionales en los que se trata la problemática de la Ley de cupo femenino y carteleras en festivales”, agrega.

Al respecto, Natalia Acosta, también integrante de La Lola Mora, destaca la importancia de organizar instancias colectivas de encuestas/encuentros, que arrojen números en la región. En este sentido, un grupo de trabajadoras audiovisuales, entre ellas Antonella Cardozo, se encuentra realizando un sondeo online, a partir de un formulario de relevamiento en torno al trabajo femenino y LGBTIQ+ en las producciones audiovisuales realizadas en Tucumán.

Por otro lado, Nadia Neder, también integrante de La Lola Mora, y Natalia Acosta sostienen que tanto desde el ámbito del cine como de la música es fundamental generar espacios de formación y capacitación de mujeres, lesbianas y disidencias binarias. “Problematizar en torno a las herramientas que tenemos es un tema para analizar y abrir caminos”, señala Acosta.

“Activar espacios de formación y producción con perspectiva feminista (en los modos de pensar y hacer cine) es una urgencia, sobre todo para detener la brecha laboral que vuelve cada vez más inaccesible el trabajo técnico para las mujeres y disidencias”, reflexiona Neder, quien, a su vez, señala que últimamente las mujeres ocupan cada vez más los lugares de toma de decisiones en espacios como el Centro de Estudiantes y el Consejo Asesor de la EUCVyTV. “Un hecho inédito, en este sentido, es que actualmente las autoridades de ADF (Asociación de Directores de Fotografía) son mujeres”, destaca.

Está claro que la conquista de derechos en los terrenos de las artes en nuestro país y provincia recién comienza y, en esta línea, instalar políticas culturales que propicien y garanticen espacios y puestos de trabajo, la circulación y fomento económico de proyectos artísticos liderados por mujeres y disidencias no será rápido ni sencillo; el patriarcado es un asunto hartamente enquistado, que lleva siglos de consolidación en el mundo, por lo tanto, su deconstrucción no se dará de un momento a otro. Al respecto, las trabajadoras de las artes iniciaron un cambio de este paradigma con las primeras discusiones alrededor de cada una de sus áreas de competencia.

“Desde La Lola Mora abrimos un camino de debate y acuerdos en torno a ideas, términos y acciones referidas a las construcciones de sentido emergentes, que se configuran en torno a las luchas feministas y disidentes”, destacan desde el grupo, que se prepara para participar del trigésimo cuarto Encuentro Nacional de Mujeres, que tendrá lugar en la ciudad de La Plata, provincia de Buenos Aires, en octubre.

En efecto, a partir de las actuales luchas feministas y lgbtistas, sembradas a lo largo y ancho del país, se viene instalando con fuerza una plena conciencia que agudiza la mirada a la hora de detectar los innumerables actos que encuentran su germen nocivo en el patriarcado, hermanando a las mujeres y disidencias para denunciar, repudiar y accionar en contra de un sistema que desde tiempos remotos les oprime y anula. Esta nueva perspectiva funciona, entonces, como la garantía que de que tarde o temprano, sí o sí, el sistema patriarcal se va a caer.


Imagen destacada: Pierina Iluminato

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