Juicio contra Alperovich: Retrato de la violencia machista en la política tucumana

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La última jornada del juicio contra Alperovich dejó al descubierto el panorama de la violencia política dirigida hacia mujeres y disidencias tucumanas. Los testimonios presentados ante el juez Juan Ramos Padilla, enumeraron una serie de comportamientos inapropiados que crearon un ambiente propicio para los abusos sexuales denunciados por la ex secretaria y sobrina del ex gobernador de la provincia.

La audiencia de este miércoles comenzó con una hora de retraso debido a las fuertes lluvias que afectaron a toda la ciudad de Buenos Aires, donde se lleva a cabo el juicio oral y público contra Alperovich en el Tribunal Oral Número 29. Tres testigos que trabajaron en la campaña electoral de Alperovich para la gobernación en 2019 relataron diversos episodios de violencia machista, algunos dirigidos directamente hacia la denunciante.

Enzo Ariel Navarro, asesor de una agencia de marketing político de Buenos Aires, describió cómo ciertas actitudes de índole sexual por parte de Alperovich, que eran “constantes” y formaban “parte de su personalidad”, incomodaban a algunas personas, incluido él mismo. También detalló la jerarquía dentro del esquema político para el que trabajaba, donde Alperovich ejercía un poder dominante sobre los demás.

Este testigo, licenciado en relaciones Internacionales, llegó a la última etapa de la campaña después de que Alperovich mostrara en vivo actitudes machistas hacia una periodista de La Gaceta Play, lo que provocó una “crisis en la campaña”  y la renuncia de su antecesor, Jorge Reale. Durante su testimonio, el testigo mencionó tres situaciones específicas donde presenció comportamientos problemáticos por parte de Alperovich hacia la denunciante. 

Según el relato del testigo, en una ocasión, dentro de un auto durante el cambio de vestuario para filmar un spot audiovisual, Alperovich se desvistió hasta quedar en ropa interior frente a la denunciante. ”El abuso de poder era la dinámica cotidiana, había excesos de confianza y mostraba su poder más o menos directamente hacia ella”. 

Otra situación de fuerte desagrado que relató Navarro, ocurrió en la casa del ex mandatario provincial, donde Alperovich indicó a la denunciante que se sentara a su lado en un sillón. Ella lo rechazó. Más tarde, ese mismo día, en presencia mayoritaria de hombres y solo algunas mujeres, incluyendo a su hija Sara Alperovich y la denunciante, Alperovich reclinado en un sillón reveló detalles íntimos de su vida. “Él – Alperovich-  contó que mientras tenía una relación sexual con una mujer se había lastimado y que tuvo que engañar la forma en la que había ocurrido para llamar a un médico”, recordó el asesor de campaña sobre cómo ventilaba en público Alperovich su proeza sexual provocando risas entre los varones presentes. Para explicar cómo se normalizan estas conductas las definió como “dinámicas de la política de otros tiempos y de lo que sucede en otras provincias”.

Una ex empleada que compartía equipo de campaña con la hija de Alperovich, hizo particular hincapié en el ambiente excesivamente machista que rodeaba al entorno. “Había un grupo de whatsapp con más de 200 varones muchos de ellos políticos que hacían vistas a localidades del interior de la provincia, y estábamos sólo unas pocas mujeres, en el cuál se mandaban mensajes de humor sexista y fotos de genitales femeninos en la madrugada”. Recuerda que ante la queja se encontraba sola y nadie la apoyaba. Relató que eran habituales las insinuaciones sexuales de candidatos a intendentes o delegados comunales que llegaban fuera del horario laboral. “Tengo miedo porque yo sé lo que significa Alpeovich para Tucumán”. Este era el clima en el que desarrollaban su militancia y sus trabajos, atravesados por fuertes dependencia económica ya que los acuerdos eran de palabra y no tenían seguridad laboral. “Yo les decía que esto no podía ser así, no podía ser tomado como normal porque no estaba bien. Yo me dí cuenta después de muchos años de terapia y psicoanálisis. Además de tener que trabajar día, tarde y noche, teníamos que aguantar a estos machistas. Esto iba a terminar mal y con alguien lastimado”, expresó la joven desde una pantalla frente a las diferentes partes del juicio oral contra Alperovich. 

Luego fue el turno de Bernardo Beltrán, uno de los dueños de la agencia encargada de la comunicación de la  campaña electoral. En su relato, destacó la intensidad del trabajo durante la campaña, describiendo un ambiente estresante que se volvía más intenso a medida que se acercaban las elecciones.

El testigo, que hablaba a través de una videollamada, señaló la existencia de un trato patriarcal que se alejaba de una situación laboral y que “nadie lo ponía en tela de juicio”. Contó que con su pareja tuvieron que soportar que el candidato se propasara. “A mí novio, que es una persona muy tímida, le dijo `si me hacen ganar las elecciones yo te voy a hacer el amor a vos”. También expuso una pregunta ofensiva del imputado que los descolocó: “¿De ustedes dos quién es la mujer?”. Se encontraban los tres solos por un breve instante mientras esperaban que entrara otra persona. Trataron de manejar esa situación incómoda, no poner atención y concentrarse en el trabajo.

Los episodios de acoso también afectaron su labor audiovisual. El último testigo de la audiencia recordó que en el lanzamiento de un auto Volkswagens, acosó a una periodista que le hacía algunas preguntas para un video promocional. “No la miraba a los ojos, sólo le miraba el escote. Cuando vimos el resultado, nos dimos cuenta que el archivo no servía, no se podía mostrar”. Esta situación se planteó pero la respuesta del político tucumano fue: “Soy hombre, hay tetas ahí querés que haga. Se molestó y cambió de tema”. 

Las  situaciones incómodas relacionadas con comentarios y chistes de connotación sexual desubicados por parte de Aperovich eran permanentes. “Las chicas evitaban quedarse solas con él”. Recordó que pudieron realizar un compilado con material similar.

También compartió detalles sobre como se enteró de la denuncia de abuso sexual que presentó la sobrina de Alerpovich después de finalizada la campaña, así como el impacto emocional que tuvo en él y en el equipo ya que ella trababa junto a ellos.  “Los miedos que ella expresaba tenían que ver con que se suele culpabilizar a la víctima o no saber qué es lo que iba a pasar, si la iban a escrachar”. Recordó que el propio Alperovich hizo trascender a los medios de comunicación el nombre de la denunciante, mostrando su poder en los días que se conoció la acusación judicial. “Fue como un David y Goliat” concluyó Beltran.

Lucía Temkin, otra sobrina de Alperovich y actual empleada de la legisladora nacional Sandra Mendoza, que estuvo presente en la sala respaldó la versión de la familia al expresar que “el trato era respetuoso con las mujeres”. También declararon Gastón García Biagosch y Gastón Robles, ambos ex candidatos del esquema político de Alperovich. Biagosch, actual comisionado comunal de Cevil Redondo, describió al exgobernador en una relación como jefe. Afirmó también que trabajó al lado de la denunciante en esa época, a quien describió como una mujer “totalmente eficiente” y de un trato muy “cercano” con el ex senador por ser familia. Por su parte, Robles afirmó que Alperovich trataba a hombres y mujeres por igual, y aunque reconocía que hacía chistes fuertes, los consideraba propios del carácter del imputado. “A nadie le sonaba raro, nadie hacía nadal”

Robles agregó que se enteró de la denuncia de los abusos cuando terminó la campaña. Cuando la ex secretaria personal de Alperovich le contó lo sucedido, meses después de su renuncia, él creyó en su palabra.

Los testimonios presentados en la séptima jornada judicial revelaron conductas sistemáticas permeadas por el sexismo, el acoso y la falta de respeto hacia las mujeres y disidencias en el entorno político de Tucumán. Los delitos de abuso y violencia sexual con acceso carnal que se investigan en este proceso judicial tiene una pena máxima de hasta 15 años de prisión. En las próximas audiencias se espera la presencia de los custodios que acompañaban portando armas a todas partes al acusado, según algunos de los testigos que ya pasaron.

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