Este fin de semana se realizará en la provincia de Buenos Aires el Primer Parlamento de Mujeres Originarias, un encuentro que reunirá a mujeres representante de 36 pueblos indígenas del territorio argentino donde, además de compartir resistencias y luchas, buscan organizarse en defensa de sus derechos.
El 21 y 22 de abril será la fecha del Primer Parlamento de Mujeres Originarias, como la contracara a la convocatoria del Gobierno Nacional a un Consejo Consultivo, en el que las comunidades originarias poco se ven representadas: “El estado parece mostrarse interesado en nuestros reclamos, pero en verdad lo que busca es neutralizar nuestra resistencia y lucha en los territorios, para consumar el despojo, la contaminación y la muerte”, explicó Moira Millán, la “weychafe” (que en mapuche significa guerrera) de su comunidad Pillan Mahuza, en Corcobado, Chubut, y una de las impulsoras de este movimiento de mujeres originarias.
Los primeros pasos para llegar a este parlamento comenzaron en 2015, en Epuyén, Chubut. Fue un llamado a las mujeres originarias para levantar su voz, legitimar sus procesos de lucha y denunciar las opresiones que las vulneran. En ese encuentro se comenzó a pensar en la Ley por el Buen Vivir, donde se plantea la conformación de un Consejo de Mujeres Originarias por el Buen Vivir integrado por las 36 naciones que conviven en los límites territoriales de Argentina.
El proyecto fue presentado en la Primera Marcha de Mujeres Originarias, el 21 de abril de 2015. “La ley del buen vivir no es solamente una ley elitista que va a garantizar derechos específicos para las mujeres originarias, sino que es una ley que nos trasciende. Es una ley que propone una nueva relación y un nuevo pacto co-habitacional entre el pueblo argentino y las 36 naciones indígenas que siempre hemos estado aquí”, anunciaron en aquel momento. En pocas palabras, persigue que los saberes ancestrales sean reconocidos, legitimados, difundidos e integrados a los conocimientos hoy tomados como paradigmas por el sistema capitalista y patriarcal.
El proyecto de ley fue cajoneado. Pero la organización de mujeres originarias creció, y así en 2016 realizaron la Segunda Marcha por el Buen Vivir. Esta vez, la marcha salió desde el monumento de Julio A. Roca, figura que representa para toda la resistencia indoamericana uno de los máximos exponentes del poder genocida que construyó la Argentina que querían unos pocos. De manera simbólica, dándole la espalda al “prócer”, las mujeres de las 36 naciones originarias comenzaron su recorrido, que terminó con una ceremonia frente al Congreso, ese monumento arquitectónico que aún hoy les niega la voz y la palabra. El lema que acompaño los pasos firmes de estas mujeres fue “Sin nosotras no hay país”. “Somos las que limpiamos, trabajamos en los campos, somos masa laboral invisible. Eso que se vende como el progreso tiene mano de obra mujer e indígena”, declaró Moira Millán.
“Las mujeres originarias hemos decidido ya no venir a Buenos Aires a marchar. Sino a empezar a hablar en otros términos con el Estado Argentino. Porque estamos muy cansadas. Nuestra demanda del buen vivir como derecho es una esperanza para el país. Plantea recuperar la reciprocidad con la naturaleza y entre los pueblos. Plantea una interculturalidad distinta, no paternalista del Estado hacia los pueblos sino desde los pueblos hacia el pueblo argentino. Es otro paradigma completamente diferente. Y creemos que se debe construir no solamente en la resistencia, la lucha, sino también la propuesta de manera pragmática. Así que estamos más que indignadas, con la negación, la omisión”, explicaba el comunicado.
Las mujeres originarias, finalmente, decidieron en asamblea, reunidas y hermanadas, que ya no irían más a Buenos Aires. El territorio es su lucha y es allí donde entendieron que tenían que estar. En 2017 realizaron un Foro en Bahía Blanca, donde estaba previsto realizar un parlamento, pero los días quedaron cortos y la participación desbordó la programación. Recuperar la memoria, denunciar las violencias, unirse por la justicia reafirmando la vida en los territorios son algunas de las consignas que dieron eje a los debates. El foro también estuvo marcado por la violencia y represión, que se acrecentó desde que asumió el gobierno de Cambiemos, con casos específicos de persecución, como el caso de Pu Lof Cushamen, donde Santiago Maldonado perdió la vida como consecuencia de una violenta represión de Gendarmería en agosto de 2017.
El 21 de abril se celebra el Día Mundial de la Tierra. Esta es la fecha que año tras año eligen desde la Marcha de Mujeres Originarias para expresarse y hacer escuchar su voz y su reclamo. Con paso firme, llegan hasta Ensenada, Provincia de Buenos Aires, para desarrollar el 1º Parlamento de Mujeres Originarias. El cronograma apretado da cuenta de la necesidad de reunirse y organizarse para modificar la realidad. El día sábado 21 de abril el encuentro será sólo para ellas, para poder parlamentar, escucharse e intercambiar experiencias sin oradoras centrales o panelistas referentes en las intervenciones. Y el domingo 22 abrirán el parlamento para compartir las conclusiones con el movimiento de mujeres, la prensa y organizaciones sociales y políticas que las acompañan.
Desde la organización, difundieron un comunicado en el cual impulsando la consigna “nuestros cuerpos–nuestros territorios”, entendiendo el cuerpo-territorio como una unidad indivisible: “el territorio viaja con nosotras, no hay fronteras, ni alambrados, ni propiedad”, explicaron.
Las mujeres originarias se autogestionan, no reciben apoyo de partidos políticos o estatales. Viajan con lo que pueden y con el aporte de organizaciones y particulares que entienden la necesidad de la lucha y la organización Es por eso que abrieron una cuenta donde reciben los aportes solidarios para poder garantizar la participación y pluralidad de las mujeres de las 36 naciones.
Camino al Encuentro Plurinacional de Mujeres en Trelew
En octubre se realizará el Encuentro Nacional de Mujeres en Trelew, Chubut, por primera vez. Hay una comisión de mujeres mapuches dentro de la Comisión Organizadora.
Así, las mujeres originarias se hermanan en la lucha feminista y la interpelan. “Estamos tejiendo nuestros reclamos históricos con la iniciativa de los feminismos que se reinventan y que se expanden en la medida que pueden enfrentar e interpelarse frente al racismo, la ofensiva empresarial, eclesiástica y judicial, que coloniza nuestros cuerpos y nuestros territorios como si fueran nuevos espacios de conquista”.
La propuesta que llevaron y que también estará presente en el Parlamento, es que el Encuentro, que es de todas, se haga eco de los reclamos de las mujeres originarias y se transforme en plurinacional, para que así pueda abarcar a las 36 naciones de hermanas que están siendo invisibilizadas.
“Como convergencia de movimientos y en camino al Encuentro de Mujeres de octubre de 2018 nos queremos plurinacional, desandando las estructuras patriarcales de un estado racista. En este país hay más de 36 naciones originarias que quedan invisibilizadas cuando hablamos de estado-nación. No estamos pidiendo integración ni inclusión folklórica. Estamos interpelando este modelo de Estado.
Nuestra participación genuina es transversal: es un protagonismo comunitario que se expresa en los conflictos por nuestros territorios, por una vida digna, contra los despojos de los proyectos megaextractivistas, contra la crimininalización y judicialización de nuestras resistencias y contra el femicidio indígena”, finaliza el comunicado.
Para asistir es necesario inscribirse :
Para la asistencia en general (para el día sábado si son mujeres originarias o para asistir el domingo)