El impacto local de la nueva Ley de Centros Culturales Independientes de C.A.B.A.

“Cada centro cultural independiente es muy particular”, expresó  y miembro de la Red Espacios Culturales de Tucumán, Juan Grande, minutos luego de ingresar a la Municipalidad de San Miguel de Tucumán, para reunirse con Beatriz Morán, la Secretaria de cultura de dicha institución, con quien comenzaron a analizar posibles medidas de acción en pos de mejorar la situación de los espacios culturales independientes de la jurisdicción a su cargo. “La habilitación de los espacios son inalcanzables para la mayoría de los proyectos, puesto que disponen exigencias insostenibles y que, por el contrario, deberían ajustarse a la realidad de cada espacio. A El Pasaje -espacio coordinado por Grande-, que está ubicado en una zona periférica de San Miguel de Tucumán y que alberga un proyecto barrial, por ejemplo, ingresan un promedio de 100 personas al mes, dejando claro que los objetivos trascienden a la realización de un negocio y el enriquecimiento económico, pero mínimamente necesitamos trabajar tranquilos, en un marco digno y autosustentable”, agregó.

La Ley de Centros Culturales Independientes, celebrada días atrás en C.A.B.A., y la Ley de Promoción Audiovisual de Tucumán, aprobada el último 4 de octubre, funcionan como dos antecedentes fuertes, claves y alentadores para quienes se dedican a la gestión cultural independiente en la provincia. Sin embargo, resulta notable que el sector sufrió distintos inconvenientes tanto a nivel nacional como provincial, originando el cierre de cientos de espacios por dos razones, una: por clausura, dos: por dificultades económicas y financieras para sostener el proyecto, entre ellas, la falta de apoyo del Estado en todas sus jurisdicciones y las instituciones -públicas y privadas- vinculadas al arte y la cultura.

En San Miguel de Tucumán, a los largo de este año, varios centros culturales cerraron sus puertas y la mayoría se declaró es estado de emergencia, fruto de las severas dificultades presentes para dar continuidad a sus proyectos y todos viven con el temor de ser clausurados. Tampoco se llevó a cabo la gestión de Circuitos Abiertos ni se realizó el Festival de Arte Pulsudo.

 

En Buenos Aires, los reclamos datan desde 2015 para evitar el cierre de los espacios culturales; docentes, músicos, referentes políticos y sociales denunciaron las políticas que llevó adelante la administración de Cambiemos desde el comienzo. Cerraron más de 500 talleres y 20 mil vecinos y vecinas se quedaron sin centros culturales. Por aquel entonces, el abogado Claudio Gorenman, referente del movimiento La Cultura no se Clausura, sostenía que “esos espacios son parte de la vida de la comunidad que privilegia la necesidad de expresarse por encima de lo comercial o lucrativo”, agregando que “las clausuras de centros culturales, dicen, se debe a que esa figura no está contemplada en la normativa de la Ciudad de Buenos Aires, cuando en realidad se debe a una idea de atomización de la cultura popular”.

En Rosario, el músico Fernando Montalbano, manifestó a principios de 2018 que “los lugares que continúan abiertos en diferentes latitudes del país, lo hacen abaratando sus costos y cobrando entrada a la gorra. Toda una postal de la situación económica, donde los números negativos impactan”. Y agregó: “Yo creo que la problemática de los espacios culturales va mas allá de la crisis económica actual, tiene que ver con una situación más profunda, amplia y compleja de la Argentina, que pasa fundamentalmente por una carencia educativa de parte del Estado”.

Ley de Centros Culturales Independientes en C.A.B.A.

En diciembre de 2014 se aprobó la Ley N° 5240 de Centros Culturales. Muchos miembros del sector quedaron disconformes, porque, por ejemplo, actividades como “bailar” eran motivo de clausura. Tras diversas reuniones y discusiones entre distintos actores del sector, ayer, jueves 29 de noviembre, se aprobó la Ley de Espacios Culturales Independientes (ECI), con 56 votos afirmativos y dos abstenciones.

“La ley es muy interesante, tiene cosas muy novedosas”, expresó Claudio Gorenman de Abogados Culturales, anteriormente mencionado, en diálogo con el medio Infobae durante la tarde de ayer. “Hace tres años, cuando salió la Ley de Espacios Culturales, nos dijeron que no en varios puntos y finalmente se avanzó. Ahora se abre la puerta a tener un sistema que proteja más al secotr cultural”, continuó. “La nueva ley dispone temas interesantes en materia de impacto acústico, la forma del funcionamiento, cuestiones a nivel habilitatorio que, creo yo, es el punto de inflexión para que se terminen las clausuras”. Además, explicó, “crea un espacio de control por parte del ex Ministerio de Cultura que, si te falta algún papel o algo, no derive en una situación crítica, porque la ley dispone que no pueden clausurar, pero sí intimar para que dentro de las 72 horas presentes los papeles. Ese es un gran problema que hay en los centros culturales, que además obliga a levantar toda la programación prevista”.

¿Cómo tipifica la Ley a un centro cultural?

-Según la ley, un centro cultural se puede desarrollar en un espacio de hasta 500 m2 de superficie y con un límite de 300 personas donde se realizan actividades y exposiciones relacionadas al arte y la cultura.
-Entre las actividades que se pueden desarrollar, ahora el baile está permitido (antes de esta ley no lo estaba contemplado) y se permiten actividades complementarias como ofrecer servicios de comida y venta de productos culturales.
-Los baños ahora se podrán habilitar como universales y sin distinción de sexo y género.
-Los espacios realizarán el trámite de impacto ambiental y control de ruidos por sistema de declaración jurada.
-Estarán exentos del pago de tasas y derechos para el trámite de habilitación porque, y he aquí una cuestión central, se puede abrir un espacio una vez que realicen la presentación del trámite de habilitación. La agilización de los trámites es uno de los puntos más esperados.
-Se comenzará a implementar a partir de marzo de 2019.

“En líneas generales entiendo que la ley es buena. Superadora en muchos aspectos”, aseguró Claudio Gorenman, sin embargo sugirió: “creo que aún falta un trabajo fino en la reglamentación para que no sea una especie de ley marco para todos los establecimientos, porque esto sería una especie de transición para eliminar los distintos rubros rehabilitatorios y que se resuelva en uno solo. Hoy hay un limbo donde muchos establecimientos se acomodan o no. Los teatros de hasta cincuenta espectadores tienen más ventajas en la ley anterior que la actual. Las peñas y milongas, porque funcionan en clubes, quedaron afuera de esta ley. Hay un montón de parches por lo que todavía vamos a tener un sistema dual”. Esta observación de Gorenman se acerca a la idea de singularidad propia de cada espacio remarcada por Juan Grande.

“En Tucumán está todo por hacerse aún, pero creo que lo primero que se debería crear es una figura normativa que contemple a los espacios culturales de un modo seguro para quedar habilitados. De lo contrario sigue el permanente riesgo de ser clausurados. Vamos a tomar como modelo la ley celebrada ayer y analizaremos cada punto para adoptar aquellos que consideramos positivos y se ajustan a la escena local”, finalizó Juan Grande.

Actividades varias realizadas en Charco – espacio experimental en 2018

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